Isaac Herzog estará en Turquía próximamente. Foto: Creative Commons

Elías Farache S. 

El domingo 28 de noviembre en la noche se encendía la primera vela de Janucá. Esta festividad es muy emblemática en cuanto a hacer público los milagros ocurridos, dar luces acerca de lo que ha acontecido al pueblo judío y lo que sigue pasando. Janucá tiene varios milagros dentro de ella. El aceite que duró más de lo previsto, el haberlo encontrado, la victoria de los pocos ante los numerosos, de los débiles frente a los mucho más poderosos. Pero en muy buena medida, Janucá exige la publicitación de la verdad acerca de lo sucedido.

Las velas se encienden cerca de la ventana, para que los viandantes las vean. Se recomienda el encendido temprano, para que más gente tenga oportunidad de ver los candelabros encendidos. Es la fiesta de las luces, y se pretende alumbrar.

En nuestros días se aplica en mucho el espíritu de Janucá. Dar luces acerca de las verdades históricas representa una lucha titánica contra el imperio de la media manipulada, las redes contaminadas y la información falsa. En esta lucha Israel está en el bando de los débiles. Campañas de desprestigio, BDS y propagación de mentiras y medias verdades que atentan contra el derecho de los judíos a un estado, ponen en tela de juicio la pertenencia histórica y religiosa a la tierra de Israel.

En el mismo Israel, la división y pugna entre derecha e izquierda respecto a cómo resolver el tema con los palestinos arroja sombras sobre verdades y realidades. Hay sectores que optan por una postura radical de poca o cero tolerancias en cuanto a cesiones territoriales, y hay un sector que prefiere negociar territorios por paz. Unos no temen tanto enfurecer a una contraparte bastante poco amigable, y otros se cuidan de no desatar pasiones que puedan despertar con inusitada violencia.

La composición del ejecutivo de gobierno israelí es también muy extraña. Forman la coalición un grupo de partidos con posturas diametralmente opuestas respecto a cómo tratar el tema del conflicto palestino-israelí. En ese ambiente de estabilidad forzada por el objetivo prioritario de impedir la formación de un gobierno liderado por Benjamín Netanyahu, se pueden diluir posturas y generar confusiones.

Pero el actor más imparcial y representativo del Estado de Israel, dio una lección de ética y valentía el mismo día de inicio de Janucá. Sin muchos aspavientos previos, ni anuncios rimbombantes, encendió la primera vela de Janucá en la Tumba de los Patriarcas, Mearat Hamajpelá, en Hebrón. Allí están enterrados Abraham, Isaac y Jacob, con sus esposas Sara, Rebeca y Leah. Los fundadores del pueblo de Israel y quienes ejercieron el derecho sobre la Tierra prometida en una primera instancia.

La lección de ética es porque Herzog se ajustó a la verdad histórica, al deber ser con el patrimonio nacional, religioso e histórico de los judíos. La lección de valentía no tanto porque la reacción de ciertos sectores árabes fuera negativa, sino por la interpretación que ciertos sectores dentro de Israel pudieran hacer. Herzog se adelantó a la derecha y sin pretender un hecho electoral ni extremadamente mediático, con la elegancia de un presidente, se puede decir que robó la iniciativa. No tuvo reparos en incomodar a una izquierda algo tímida que teme molestar a quienes niegan o cuestionan el derecho de los judíos a la Tierra Prometida. Y el presidente Herzog ocupa su cargo gracias al respeto mayoritario de derechas e izquierdas.

Isaac Herzog tiene abolengo propio. Su padre, Haim Herzog, fue también presidente de Israel. Su abuelo, Isaac Ha Levy Herzog, fue Gran Rabino de Israel. Su tío político, Abba Eban, ministro de Relaciones Exteriores. Si existieran títulos de nobleza en el estado judío, Isaac Herzog sería quizás el segundo Barón Herzog. Emulando al célebre filántropo que tanto ayudó a Israel y al pueblo judío.

Pero Isaac Herzog, presidente de Israel, no es el Barón Herzog. Al encender la primera vela de Janucá, es el Varón Herzog.

Gracias Varón Herzog. A veces necesitamos de un aliento de verdad y de optimismo. Cosas de varones, con la elegancia de barones.

2 de diciembre de 2021

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