Los mensajes de mi madre.
Mi madre Aida K. de Daitch Z”l, siempre repetía que la vida de toda persona no es recta o una línea. Es ondulante, con altos y bajos, un mix o mezcla de cosas buenas y malas.
En verdad un combo, donde en el momento esperado, para poder sentarnos a descansar con un cómodo sillón en el balcón, justo en ese instante suena la sirena de que algo está pasando, haciendo perder esos minutos de descanso y relax tan esperados.
Los hechos de los Patriarcas…
Lo que aconteció a nuestros Patriarcas es una señal para los hijos. Esto dicen los sabios judíos, y los hijos somos nosotros mismos, los hebreos de todas las generaciones y de todos los tiempos.
Y es que lo vemos en carne propia, y si se me permite también “en lomo ajeno”.
Como todo es dinámico, y la vida se caracteriza por la cinesis o movimiento constante, y donde en cualquier momento se nos mezclan las fichas que teníamos ordenadas en nuestro tablero existencial.
Planes relativos.
Todos los pensamientos y los planes de cada persona son relativos, y queda supeditado a los deseos e intenciones y el plan del Todopoderoso.
Siempre viene a mi mente que Yaakov se sienta a ver si puede tener un poco de paz, pero esto es en verdad un espejismo.
Casi inmediatamente le viene el tema de la envidia y celos de los hermanos de Yosef y la venta del joven a mercaderes que iban hacia Egipto.
Luego el relato mentiroso, y una abrumadora tristeza que duraría muchos años.
El Emet de la Torá.
Entendemos que la Torá judía es verdadera, dado que no idealiza, ni oculta defectos o faltas debajo de la alfombra. El ser humano y toda persona es mostrado como un combo de grandezas y miserias.
La Torá es la verdadera realidad del hombre judío. Que en ocasiones puede elevarse hasta el más alto de los siete cielos, o por el contrario descender a las profundidades del abismo.
Reflexión final.
La Torá es enseñanza. Y llegados a este punto habría mucho donde tallar. Igualmente cierro nuevamente citando a mi progenitora, y ella decía que, para poder sobrellevar la existencia terrenal, debemos estar preparados para cualquier cosa, y que necesitamos una buena dosis de valentía y paciencia. Y a todo esto, yo agregaría una buena dosis de Emuná o confianza o convicción, traducido habitualmente como Fe, y esta es nuestra armadura para poder lidiar con esta eterna alternancia de momentos alegres o de felicidad encadenados a momentos tormentosos y problemáticos o de amargura.
Y esta historia se repite cíclicamente tanto en la vida de cada individuo como a nivel del conjunto o colectivo del país o nación.
Shabat Shalom.
Dr. Natalio Daitch