Uno de los primeros retratos de El Greco sale a subasta en Londres

"Retrato de un caballero" Foto: Wikimedia Dominio Público

Uno de los primeros retratos de El Greco, «Portrait of a Gentleman», de 1570, acabará en manos del mejor postor en una subasta el próximo 7 de diciembre en la casa Christie’s, en Londres, durante una jornada dedicada a Viejos Maestros de la pintura.

Curiosamente, las primeras obras de Doménikos Theotokópoulos, conocido como El Greco, durante años han sido confundidas y atribuidas por equivocación a maestros italianos, un hecho «nada sorprendente”, afirmó la especialista en Viejos Maestros de Christie’s, Clementine Sinclair.

“El Greco era un artista de Creta que se fue a Italia y se formó en Venecia con Titian. En sus primeras obras puedes sentir la influencia del estilo de Titian, así como de otros artistas venecianos como Tintoretto o Bassano”, arguye Sinclair.

Las pinceladas sueltas en el rostro, sin acabar de pulir, son características de esos primeros años junto con otros elementos comunes, como el distintivo libro donde reposa la mano del caballero retratado, que se repite en otras pinturas del cretense fechadas en esa época.

El valor estimado de «Portrait of a Gentleman» -uno de los pocos de El Greco que queda en propiedad privada- se sitúa entre las 800.000 y 1,2 millones de libras (937.800 euros y 1,4 millones de euros) y se ofrecerá en una misma subasta junto a un cuadro del interior de una iglesia firmado por Emmanuel de Witte (“Interior of the Oude Kerk, Amsterdam”) y un retrato pintado por el Maestro de Fráncfort, que aspiran a las 800.000 libras (937.000 euros) y 60.000 libras (70.300 euros) respectivamente.

Se trata de tres obras de la colección de los austríacos Julius y Camilla Priester incautadas por los nazis y que, hasta 2015, sus herederos no pudieron recuperar. En los años 30, los Priester eran una prominente familia judía de Viena dedicada a los negocios del sector petrolero y energético que con la anexión de Austria a la Alemania nazi se vieron obligados a huir a París, y posteriormente, a México.

“Tuvieron que dejar su apartamento lleno con más de 80 obras de pinturas de Viejos Maestros y del siglo XIX, increíbles obras de arte decorativas, porcelana, mobiliario, vajilla y cubertería de plata”, comenta la especialista.

La intención era mandar las obras también al exilio junto con sus propietarios pero nunca acabó sucediendo, ya que la Gestapo se les adelantó. “Algunas obras acabaron en museos y otras se vendieron”, concluye. EFE

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