Una empresa de alta tecnología se va de Israel por temor a la reforma judicial

Sede de Papaya Global en Herzliya. Wikimedia Commons.

Una de las empresas emergentes de alta tecnología con más éxito de Israel, Papaya Global, y dos importantes fondos de riesgo anunciaron el retiro de todo su capital fuera del país, ante la desconfianza que suscita la polémica reforma judicial que impulsa el nuevo gobierno de Benjamín Netanyahu.

«Tras las declaraciones del primer ministro Netanyahu de que está decidido a aprobar reformas que dañarán la democracia y la economía, en Papaya Global hemos tomado la decisión empresarial de retirar todos los fondos de la empresa de Israel«, indicó Eynat Guez, directora general de la plataforma de nóminas en la nube, en un comunicado difundido este jueves en Twitter.

«En la incipiente reforma, no hay certeza de que podamos llevar a cabo una actividad económica internacional desde Israel», declaró, calificando la medida de «paso empresarial doloroso pero necesario».

Papaya Global, entre cuyos clientes figuran Intel, Microsoft, Toyota y Wix, emplea a más de 700 personas en todo el mundo y tiene más de 3.000 millones de dólares en nóminas totales bajo gestión.

En 2021, recaudó 250 millones de dólares en una nueva ronda de financiación, lo que disparó su valoración hasta los 3.700 millones de dólares, según medios especializados.

Su anuncio es el último de un creciente movimiento de protesta en los sectores financiero y de alta tecnología contra la reforma, que socavaría la independencia de la Justicia.

Los inversores Tal Barnoach y Yorai Fainmesser anunciaron también que sus fondos de capital riesgo Disruptive y Disruptive AI trasladarían 250 millones de dólares al extranjero.

La reforma «creará inestabilidad económica en Israel y habrá una rama del gobierno que podrá hacer lo que quiera, incluso cambiar la fiscalidad y las formas de operar de las empresas», dijo Barnoach.

Con la fuga del capital, «el sector bancario israelí también se verá afectado. La gente no entiende que los siguientes en sufrir serán los ciudadanos de Israel, ya que habrá menos dinero para quienes lo necesitan», añadió.

La reforma judicial incluye, entre otras cosas, la polémica «cláusula de anulación», que permite que una mayoría parlamentaria simple anule una decisión del Tribunal Supremo que implique derogar una ley o decisión gubernamental; además de eliminar el supuesto de «razonabilidad» que permitía a esa corte desestimar a iniciativa propia decisiones o normas que violen la Ley Básica.

El gobernador del Banco Central de Israel (BCI), Amir Yaron, se reunió el miércoles con Netanyahu para alertarle sobre los riesgos que entraña para la economía el plan de reforma judicial, que podría ahuyentar a los inversores y perjudicar la calificación crediticia del país, algo que también expresaron al día siguiente 250 académicos y economistas en una carta abierta.

El martes, cientos de empleados de varias empresas israelíes de alta tecnología se manifestaron contra el plan del gobierno en Tel Aviv, mientras mantuvieron una insólita huelga a la que se unieron trabajadores de hasta 500 empresas del sector privado, más de 150 de alta tecnología.

En torno al 10% de los trabajadores israelíes se desempeñan en el sector de la alta tecnología, que representa cerca de un 15% del PIB, un 25% del impuesto sobre la renta total pagado en el país y más de un 40% de las exportaciones.

La huelga del sector «high-tech» se produjo tres días después de que una multitudinaria protesta el sábado en la que más de 130.000 israelíes salieron a las calles en distintas partes del país para expresar su rechazo a la reforma judicial.

Con información de Efe

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