Una artista judía pide retirar sus obras del Museo de Zúrich como protesta

Museo de Arte de Zurich Foto: Roland ZH Wikimedia Commons CC BY-SA 3.0

La destacada artista contemporánea suiza Miriam Cahn ha pedido que se retiren todas sus obras actualmente expuestas en el Museo de Arte (Kunsthaus) de Zúrich, uno de los más importantes del país, en protesta por que este posea cuadros que se sospecha fueron expoliados por la Alemania nazi.

En una entrevista de la que se hace eco la agencia suiza ATS, Cahn, hija de judíos que huyeron de la persecución nazi, afirmó hoy que no desea estar representada en ese museo por la reciente incorporación a él de las obras de la colección privada Bürhle.

«Quiero retirar todas mis obras de la Kuntshaus, comprándolas al mismo precio al que se vendieron originalmente», señaló la artista, de 72 años, en declaraciones a un semanario dirigido a la comunidad judía en Suiza.

La colección de la polémica perteneció al empresario alemán Emil Georg Bührle (1890-1956), nacionalizado suizo en 1936, quien se enriqueció vendiendo armas a la Alemania nazi durante la Segunda Guerra Mundial y se sospecha que fue un importante comprador de obras robadas por el régimen de Hitler.

El Museo de Zúrich y la Fundación Bürhle han señalado con anterioridad que han encargado a expertos investigar el origen de las obras de la colección, mientras que algunas que pertenecían a esta anteriormente ya fueron devueltas a sus antiguos propietarios al demostrarse su origen ilícito.

Las polémicas por la presencia de obras de arte procedentes del expolio nazi en Suiza son frecuentes.

Hace unos días otro destacado museo del país, el Kunstmuseum de Berna, anunció que renunciaría a 38 obras de otra polémica colección privada que heredó en 2014, por similares motivos.

La decisión se tomó tras varios años de investigación de los orígenes de la colección Gurlitt, formada por unas 1.600 obras que fueron donadas hace siete años por esa familia y creada principalmente por el coleccionista de arte Hildebrand Gurlitt (1895-1956).

Gurlitt, cercano a las autoridades nazis del más alto nivel, comerció con arte robado en la Francia ocupada y amasó una importante colección de obras impresionistas, cubistas y expresionistas, algunas de ellas consideradas «arte degenerado» por el nazismo. EFE

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