Actualmente, el nivel de agua de Kinneret ya no es un problema porque Israel logró desalinizar el agua del Mediterráneo desde 2005. En los últimos meses completó un proyecto de infraestructura de 250 millones de dólares que permite rellenar el lago con agua de sus cinco plantas desalinizadoras del sur del país.
Se precisaron cuatro años para construir el Proyecto Nacional de Inversión del Flujo del Portador. Desde 1964, el agua del Kinneret se canaliza hacia el sur para abastecer a todo el país. Ahora, ese flujo se invirtió.
Actualmente, el mar de Galilea funciona como una fuente de agua de emergencia y para proporcionar al vecino de Israel, Jordania, el agua que tanto necesita, como parte de un tratado de paz de 1994.
El proyecto para llenarlo con agua de mar desalinizada es el primero de este tipo en Medio Oriente y en cualquier parte del mundo. “En lugar de tomar el agua de norte a sur, la tomamos de sur a norte e invertimos el flujo de regreso al Mar de Galilea”, dijo Lior Gutman, oficial de prensa de Mekorot, la empresa de agua de Israel.
Dicho esto, todavía juega un papel clave en el suministro de agua a Jordania, un país casi sin salida al mar. Israel duplicó el volumen de agua que envía allí cada año desde Kinneret, de 50 millones de metros cúbicos a 100 millones.
La demanda total de agua de Israel por año es de 2.200 millones de metros cúbicos. La desalinización representa alrededor de una cuarta parte de su suministro de agua, pero subirá a casi la mitad en un futuro próximo.
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