De acuerdo a la Fundación del Patrimonio del Muro de los Lamentos, alrededor de un millón de personas visitaron el sitio durante las últimas fiestas judías. Así, esta escena volvió a repetirse luego de que las restricciones nacionales por coronavirus impidieran visitar el Kotel.
Los fieles se unieron a los servicios de Slijot en el mes previo a Rosh Hashaná, como también en los diez «iamim noraim» entre año nuevo judío y Iom Kipur. También las fiestas de Sucot y Shmini Atzeret reunieron a muchos participantes.

Por otro lado, la tradicional bendición ancestral se dividió en dos días distinto para evitar grandes aglomeraciones. Al respecto, el rabino Shmuel Rabinowitz declaró: “Las masas que llegaron al Muro Occidental son una prueba impresionante y contundente de la conexión de la nación judía con el Muro Occidental, que nos une a todos preservando la tradición y su santidad”.
Por último, en referencia a continuar con la no acumulación de gente en un mismo sitio, el Muro Occidental se dividió en 15 cápsulas. Durante el año nuevo judío, se permitió un aforo máximo de 8.000 personas al mismo tiempo.