Un laboratorio israelí de innovación de biotecnología es respaldado por algunos gigantes farmacéuticos del mundo. Con ese apoyo, formó una nueva empresa que aprovechará la Inteligencia Artificial y la biofísica para construir una plataforma para anticuerpos diseñados por computadora orientados al desarrollo de nuevos medicamentos.
La startup DenovAI es la segunda empresa israelí establecida con financiamiento y apoyo de AION Labs. Esta última es una organización con sede en Rehovot lanzada en 2021 con la misión de crear e invertir en startups en etapa inicial centradas en IA y biología computacional en el descubrimiento y desarrollo de fármacos.
Fundada con una financiación inicial de alrededor de dos millones de dólares, DenovAI busca construir una plataforma computacional para el diseño desde cero de anticuerpos terapéuticos de unión fuerte para desarrollar nuevos fármacos funcionales. Los anticuerpos terapéuticos son medicamentos bien establecidos que salvan vidas, pero seleccionar un candidato a fármaco entre miles de millones de secuencias de anticuerpos potenciales es laborioso y costoso y, en muchos casos, no logra identificar anticuerpos efectivos.
El objetivo final, según Gill, es poder desarrollar la tecnología para «descubrir nuevos anticuerpos que luego puedan convertirse en medicamentos y poder trabajar con nuestras compañías farmacéuticas y otras compañías de la industria y ayudarlas a desarrollar sus nuevos anticuerpos, en colaboración con la startup”. “Si sabemos cuál es el objetivo o el mecanismo de la enfermedad, podemos diseñar un anticuerpo terapéutico que pueda atacarlo”, le dijo Gill a The Times of Israel.
DenovAI se basará en tecnología patentada inventada conjuntamente por Sadiq en el Laboratorio Europeo de Biología Molecular (EMBL) en Heidelberg, Alemania, que tiene licencia para la puesta en marcha. EMBL es un laboratorio de ciencias de la vida con 28 estados miembros, incluido Israel, y más de 110 grupos de investigación y equipos de servicio que cubren el espectro de la biología molecular en seis sitios en Europa.
“Actualmente, el desarrollo de un nuevo fármaco cuesta más de mil millones de dólares y lleva más de 10 años”, añadió Gill. “Con la ayuda del aprendizaje automático y las tecnologías computacionales de inteligencia artificial, podremos reducir ese tiempo de años, meses, semanas o días, para finalmente poder hacerlo a un ritmo mucho más rápido con un proceso mucho más económico. así como mucho más preciso y con mayores posibilidades de éxito”.
“Si la tecnología se desarrolla correctamente, podremos diseñar nuevos anticuerpos terapéuticos desde cero para desarrollar anticuerpos que ataquen nuevos objetivos que actualmente no tienen anticuerpos que los aborden, de modo que podamos tratar enfermedades que actualmente no se tratan con anticuerpos”, concluyó. “De todas las enfermedades que hay en el mundo, muy pocas, principalmente en oncología, se tratan con anticuerpos. Así que hay mucho más que podemos hacer”, concluyó.