Un jugador de hockey israelí relató su huida de Ucrania en medio de la invasión rusa

8 marzo, 2022 ,
Eliezer Sherbatov. Foto: REUTERS

Hace un par de semanas, un jugador de hockey sobre hielo israelí, llamado Eliezer Sherbatov, tenía ganas de salir al campo para defender los colores de su club en la liga ucraniana. Pero ese deseo se esfumó cuando explotó una bomba afuera del hotel de Donetsk donde se hospedaba con sus compañeros.

Con 30 años, el deportista de HC Mariupol está contento de poder haber huido del país sano y salvo. Residente en Canadá, le agradeció a Israel por ayudarlo a irse a la nación norteamericana.

«Me desperté con un fuerte estruendo a las 5 de la mañana. Nunca había escuchado un ruido tan fuerte», le dijo al sitio web The Sports Network (TSN). «La habitación comenzó a temblar. Todo estaba temblando. La guerra estaba en marcha».

Luego del susto, el entrenador convocó a sus dirigidos a una reunión de emergencia. Y les confesó: “Chicos, la guerra ha comenzado. Mi consejo para ustedes es que permanezcan juntos, pero si deciden irse, depende de ustedes”.

Sherbatov y sus amigos más cercanos decidieron partir a la estación de tren local más cercana. Pero el viaje a Leviv se atrasó dos días. «Nos dijeron que estaban disparando contra los trenes y otro miembro del equipo que se suponía que debía unirse a nosotros dijo que no estaba preparado para morir», añadió el atleta.

Luego de dialogar con sus padres y rezarle a Dios, el israelí abordó el tren rumbo a Kharviv. Luego siguió a Kiev, todo bajo el fuego ruso. «Imagínate lo que sentí durante esas 24 horas. Lo llamé el tren de la muerte», agregó. «Porque esperas que te disparen en cualquier momento. Los militares estaban en todas partes, pero nunca sabías con quiénes eran los soldados».

Cuando llegó a Lviv, se contactó con la embajada de Israel en Letonia y con un grupo de voluntarios israelíes. Ellos lo subieron a un micro de ancianos y niños que iba a Polonia. “Nadie del consulado vino con nosotros porque estaban esperando que llegara más gente”, comentó. «Esto fue lo más difícil que he hecho en mi vida. Fui responsable de 17 personas en una situación de vida o muerte», concluyó Sherbatov.

Por último, tras llegar a Canadá, se pudo reunir con su familia cercana y resguardarse con ellos. «Pensé que nunca los volvería a ver. Mi hija estaba en su cama durmiendo, yo la abracé y me quedé con ella llorando”.

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