Un exmiembro de la Knéset que sufre de Parkinson logra mejorar su calidad de vida con una cirugía cerebral

Michael Eitan. Foto: Wikimedia Commons.

En febrero, el exmiembro de la Knéset Michael (Miki) Eitan no podía vestirse solo y apenas hablaba. Tenía su cuerpo y su mente debilitados debido a la enfermedad de Parkinson.

Hoy habla con claridad, sus temblores disminuyeron y volvió a tener una vida activa. Esto lo logro gracias a una extraña y arriesgada cirugía para tratar sus síntomas.

Eitan, de 77 años, quien se desempeñó como legislador del Likud durante 28 años, realizó un informe especial para el Canal 12 de noticias israelí. Su objetivo es crear conciencia sobre la enfermedad y los posibles beneficios de la cirugía de estimulación cerebral profunda (DBS).

El exparlamentario fue diagnosticado con Parkinson hace cinco años. Si bien los efectos más notorios son los temblores o la postura encorvada, los pacientes que padecen Parkinson con el tiempo pierden el control de sus habilidades motoras, sufren problemas de visión, vejiga y sueño, y hasta pueden perder la memoria.

Luego del diagnóstico, con el transcurso de los años la calidad de vida de Eitan se fue deteriorando. Ante esta situación, junto a su compañera Karine Nahon, comenzaron a buscar nuevas opciones de tratamiento.

Asi fue como se reunieron con el profesor Avinoam Reches del Hospital Hadassah Ein Kerem en Jerusalén. Él fue quien sugirió que probaran la cirugía DBS, donde se insertan electrodos en un área específica del cerebro.

Si bien no ofrece una cura, la estimulación cerebral profunda puede ayudar a los pacientes a llevar una vida más normal. La misma implica un tratamiento psiquiátrico y neurológico basado en la estimulación eléctrica, es hoy en día uno de los principales métodos de tratamiento de los síntomas motores de la enfermedad de Parkinson y otros trastornos motores relacionados, como temblores, rigidez muscular y dificultades de movimiento.

El procedimiento se realizó por primera vez en 1993 y fue aprobado por la FDA como tratamiento para el Parkinson en 2002. En Israel, el procedimiento ingresó a la canasta de salud en 2004. Sin embargo, su uso aún no está generalizado debido a los riesgos que implica la implantación de electrodos en el cerebro.

La mayoría de los médicos, incluso neurólogos, no le recomendaron seguir adelante con el proceso. Sin embargo, Eitan estaba convencido de llevarlo a cabo.

La cirugía fue un éxito casi instantáneo. Al salir del hospital, la característica postura encorvada había desaparecido. Tras una semana, los temblores se calmaron y su habla mejoro.

Durante el informe emitido por Canal 12, Eitan y Nahon enfatizaron que la estimulación cerebral profunda no es una cura. Asimismo, remarcaron que incluso cuando los síntomas disminuyen, la enfermedad continúa progresando. Asimismo, Eitan tiene que acudir a citas periódicas con médicos que recalibran las señales eléctricas.

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