Desde hace décadas es muy habitual escuchar de los riesgos y las consecuencias negativos de los alimentos ultra-procesados en la salud.
Esto se relaciona al exceso de conservantes, azúcares y a los procesos que son sometidos durante su preparación, en comparación con los alimentos naturales.
Sin embargo, un estudio llevado a cabo por investigadores de la Facultad de Biotecnología e Ingeniería de Alimentos de Technion sugiere que, con la adición adecuada de proteínas, estos alimentos pueden ser beneficiosos para la salud.
El estudio israelí se centró en las proteínas amiloides, que son cúmulos de proteínas que se acumulan en los cerebros de personas con enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer y el Parkinson.
Pero lo que se descubrió es que la adición de amiloides a los alimentos procesados podría promover la salud intestinal, simular el efecto de la fibra dietética que se encuentra en frutas y granos enteros y evitar interrupciones en el proceso digestivo.
Uri Lesmes, director de la investigación, explicó que “junto con herramientas de investigación innovadoras, este enfoque científico nos ayudará a comprender el destino de las proteínas y los componentes alimentarios innovadores en los cuerpos de diferentes consumidores e incluso puede facilitar el desarrollo de opciones dietéticas personalizadas”.