El presidente electo de los Estados Unidos recibirá en Mar-a-Lago al ministro de Asuntos Estratégicos de Israel, Ron Dermer, con el objetivo de definir una hoja de ruta para resolver la actual crisis en Medio Oriente
Román Lejtman
Corresponsal en Washington DC
En las últimas 72 horas, Donald Trump y Benjamín Netanyahu hablaron por teléfono tres veces y lograron una sólida sintonía geopolítica para trazar una hoja de ruta destinada a resolver la crisis en Medio Oriente. Entonces, Ron Dermer -ministro de Asuntos Estratégicos de Israel- abordó de urgencia un avión en Tel Aviv con el objetivo de mantener una reunión a puertas cerradas con el futuro presidente de los Estados Unidos.
Antes de arribar a Mar -a- Lago para entrevistarse con Trump, el ministro israelí se encontrará en DC con Jake Sullivan -consejero de Seguridad Nacional de Joe Biden- y el secretario de Estado, Antony Blinken, para tratar -de nuevo- un posible cese del fuego en Líbano.
No hay muchas expectativas en la administración demócrata y el gobierno israelí. Será la última vez que Dermer visite a Sullivan y Blinken en sus despachos: el 20 de enero, Trump se hace cargo de la Casa Blanca.
El poder real ya no está en Washington, se trasladó a Mar -a- Lago. Y allí en Palm Beach, adonde Trump define los temas esenciales de su futuro gobierno, la prioridad es avanzar contra Irán.
“Fueron conversaciones muy buenas e importantes. Estamos de acuerdo en lo que respecta a la amenaza iraní en todos sus componentes y el peligro que representa”, dijo Netanyahu sobre su diálogo con Trump, antes que Dermer embarcará rumbo a Washington.
Dermer es el ministro de mayor confianza del premier israelí y no será la primera vez que dialogue con Trump. Fue una pieza clave para firmar los “Acuerdos de Abraham”, un hecho histórico que permitió normalizar las relaciones diplomáticas entre Emiratos Árabes Unidos (EAU), Bahrein e Israel, en septiembre de 2020. Ese año, Trump estaba en la Casa Blanca y Dermer ocupaba la embajada israelí en DC.
Trump y Netanyahu coinciden en señalar a Irán como el responsable de todos los ataques terroristas que se ejecutan contra Israel. El régimen de los ayatolas maneja a Hezbollah, Hamás, Jihad Islámica y los Hutíes, y su fuente financiación es la venta de petróleo. Asimismo, Teherán está muy cerca de tener su arsenal nuclear, una palanca estratégica que consolidaría su posición dominante en el mundo árabe.
En este contexto, el presidente electo de los Estados Unidos recibirá al ministro israelí Dermer para fijar una agenda que logre acotar las operaciones terroristas en Medio Oriente financiadas por Irán y entierre el proyecto atómico que controla Teherán.
Durante su primera administración, Trump ya estableció sanciones a Irán para cortar el flujo de apoyo económico a sus proxies en Medio Oriente -como Hezbollah, Hamás, Jihad Islámica y los Hutíes- y congelar el programa atómico de Teherán. Entre 2018 y 2021, la administración republicana impuso más de 1.500 represalias a Irán o a empresas o brokers extranjeros que hacían negocios con el régimen.
Este modelo de presión constante a través de la Secretaría del Tesoro, el Pentágono y la Secretaría de Estado será una de los principales ejes de la agenda de Trump para estabilizar la región, proteger a Israel y avanzar en un acuerdo diplomático inédito en Medio Oriente.
Además de establecer los criterios básicos para avanzar contra Irán, Trump y Dermer dialogarán sobre la posibilidad de establecer un cese del fuego en Gaza y el Líbano. Trump desea asumir la presidencia sin conflictos abiertos y con la libertad de los 101 rehenes secuestrados por Hamás, pero se trata de una condición política de difícil cumplimiento en escasos 70 días.
Hamás tiene una posición recalcitrante y la mediación de Qatar quedó suspendida por ausencia de resultados, mientras que una tregua en Líbano depende de la voluntad de Irán. Sin Qatar como backchannel no hay posibilidad de negociar con Teherán, que aún amenaza con atacar a Israel en los próximos días.
La reunión entre Trump y Dermer también servirá para exhibir la relación de confianza entre la futura administración republicana y el gobierno de Israel, tras los silencios y cortocircuitos que protagonizaron Netanyahu y Biden en los últimos dos meses.
De todas maneras, es poco probable que al finalizar el cónclave en Mar -a- Lago haya un anuncio clave para Medio Oriente.
Ahora se inició una nueva etapa, y habrá que aguardar su evolución en el tiempo. Trump y Netanyahu no controlan todas las variables de una región que rompió su lógica interna después del ataque terrorista ejecutado por Hamás el 7 de octubre de 2023.
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