«Tres idénticos extraños» documental notable

24 enero, 2019

 Shlosha Zarim Zehim (Three identical strangers, EEUU, 2018), Dirección: Tim Wardle

El film empieza con Robert Shafran de 56 años de edad rememorando un pasado que se nos irá presentando a continuación. La cámara lo enfoca en primer plano como luego lo hará con David, de parecido similar asombroso. Robert cuenta algo que pasó cuando tenía 19 años, en 1980, llegando a un College en un primer día de esta escuela y sin embargo todos lo felicitan por su retorno al campus llamándolo, extrañamente para él, Eddy.

Cabe acotar aquí que el cineasta combina sagazmente recreaciones escenificadas con entrevistas de cabezas parlantes y metraje de archivo, siendo esa manera hacerle crear al espectador una sensación de presente. Uno de los estudiantes dándose cuenta de lo que está ocurriendo lleva a Robert a la casa de Eddy Galland en Long Island, y se puede decir que el atónito Robert se encuentra directamente con su imagen idéntica.

Ambos son idénticos mellizos, separados después del nacimiento, pero ahora están ahí juntos por una increíble coincidencia. Se escribe sobre ellos, y esa extraña reunión y gracias a esos periódicos surge de pronto un tercer personaje, David Kellman de Nueva York y ahora ya se trata de un triplete de idénticos. Aparentemente fueron enviados por la misma agencia de adopción a familias diferentes, sin haberles dado a éstas ningún dato informativo al respecto.

A estas alturas el triplete se convierte en material para tabloides y se convierten en fenómeno de alcance nacional. Hay filmaciones de cameos donde encantan a los espectadores con sus actitudes similares y sus gustos, vistiéndose con ropas idénticas, cruzando las piernas al unísono y hasta parecen tener la misma fantasía sobre mujeres. Habrán sido criados en diferentes familias pero dan la impresión de haber vivido juntos toda su vida.

No hay nada falso o falsificado en lo que se está viendo, son auténticamente idénticos en todo, mismas actitudes, misma conducta. Sacando ventaja de esa fama abren un restaurante llamado Triplets y todo esto sucede en la primera tercera parte del film. Desde ahí las relaciones se tensan y ahí descubren que no son tan similares como fue a primera vista.

La naturaleza pude ser un factor muy dominante pero ahí también se muestra que la educación y la crianza también tienen una influencia. En inglés se contrapone “nature” a “nurture”. De ahí en adelante la historia toma giros inesperados, cuando un periodista investigativo, Lawrence Wright, va descubriendo cosas que ya no son meramente simpáticas sino van tomando una dirección más oscura, se cuestiona lo que significa la identidad, se entrevistan a otras “cabezas parlantes” que van recontando cosas del pasado y dando opiniones, algunos personajes son bastante impresionantes en sus reflexiones.

Se trata de familias judías de distintas clases sociales, cada chico tenía síntomas de ansiedad de separación y aparece un nuevo factor encarnado por el doctor Peter Neubauer que hizo un estudio al respecto. Aquí se presenta el dilema del crítico, si seguir escribiendo revelando lo que ocurre y lo que ocurrirá o dejándole el privilegio al espectador sin nutrirlo de numerosos spoilers. Opto por esta segunda variante porque es un film que hay que ver sin ideas preconcebidas. Es un gran documental que merece todo el aprecio, calurosamente recomendado. ■

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