Tormentas de guerra y fuego

21 agosto, 2021 , , , ,
El régimen talibán amenaza los derechos humanos en Afganistán. Fuente: REUTERS.

 José I. Rodríguez 

Los seres humanos somos los más destructivos de toda la creación y a todos los niveles. Nos da lo mismo matar al prójimo que incendiar los bosques, los campos de siega o las ciudades. Todo parece indicar que destruir es nuestro pasatiempo favorito.

En verano especialmente las guerras y los fuegos, inseparables por otro lado, están arrasando medio mundo por no decir el mundo entero. Las noticias que nos llegan son de catástrofes naturales y las que por naturaleza humana causamos de una forma o de otra cada uno de nosotros. 

 El fuego podría ser atribuido a causas naturales, pero la violencia o la guerra solo pueden ser atribuidas a la ya nombrada naturaleza humana de la que hizo gala Caín cuando asesinó a su hermano Abel. La historia de la humanidad es una historia de fuego, sangre y muerte ¿Todos los seres humanos son iguales? Afortunadamente no, pero una inmensa mayoría se regodea en el mal ajeno contribuyendo por activa o pasiva a que el mundo empeore y se haga más inhabitable.  

En dos semanas y unos días estrenaremos un año nuevo lleno de incertidumbres y con la vista puesta en Iom Kipur donde se dictará la sentencia anual a toda la humanidad.

Por lo que vemos y oímos los fuegos están arrasando, como ya dijimos, este mundo material y en muchos casos el mundo invisible del cual no tenemos mayor conciencia que la dictada por la Escritura. Para algunos hagan lo que hagan en esta vida carece de significado siendo su perspectiva de futuro vivir lo mejor posible el presente sin considerar lo que pueda pasar en el mañana. Una forma de vivir egocéntrica que no considera las necesidades ajenas ni las de su círculo personal o familiar siquiera.  

La conocida frase “sálvese el que pueda” es el patrón con el que se mueven y con el que empujan a otros pasándoles por encima si es preciso. Lo que les importa es el yo, el aquí y el ahora todo lo demás no les preocupa en lo más mínimo. Aquellos que viven arrogantemente de espaldas a la realidad se creen más fuertes y hábiles que los demás demandando para ellos lo mejor y negando a otros lo más esencial de la vida. Las tormentas de fuego y guerra son para todos incluso para los que se creen a salvo de toda calamidad. 

Las imágenes de personas desesperadas por salvar sus vidas huyendo de la vorágine talibán estaban hace pocos días desapercibidas del peligro que se les venía encima. Las mujeres y los niños se quedaron atrás mientras muchos hombres huían de la venganza que los talibanes habían prometido ejecutar contra los que llaman colaboradores con los infieles occidentales ¿Abandonarías a tus hijos y esposa por salvar tu vida? ¿Dejarías a tu familia en manos de aquellos que se han juramentado en vengarse de ti y los tuyos? Las imágenes que vemos son de miles de hombres huyendo y dejando atrás a su familia. Un drama difícil de soportar y asumir para aquellos que tienen la bendita conciencia del amor al prójimo como a ellos mismos. 

El yihadismo es una filosofía político-religiosa que fomenta la exclusión, el dominio, la esclavitud o la muerte de cuantos no asumen sus postulados e ideas. El fuego y la guerra yihadista van a incendiar el mundo de aquí a poco mientras un impasible Occidente capitaneado por la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) mira para otro lado después de asumir una cobarde derrota ideológica por parte de los talibanes que ya se están frotando las manos preparándose para invadir y dominar el mundo. Por Afganistán ya han empezado. Hazlo saber. 

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