mié. Ene 22nd, 2025

Toldot. De Padres e hijos. Reflexión

3 de diciembre de 2024
Foto: Pexels

“Itzjak amaba a Esav, pues tenía la presa en su boca; pero Ribká amaba a Yaacob” 
Libro del Génesis 25:28


De ambos lados del mostrador.


La persona cambia física y mentalmente. Ya de joven es fuerte, pero impulsivo y sin experiencia de vida.


En general, los grandes errores o pecados suelen cometerse en esta volcánica etapa de toda vida.


Con el transcurrir de los años, la experiencia acumulada, los yerros y los aciertos, se mezclan y brindan por lo general una mayor claridad y transparencia en el proceso del pensamiento y en el análisis de los acontecimientos. Y fundamentalmente en el momento de tomar decisiones.


Podríamos cerrar que, aún de grande nos equivocamos en nuestras decisiones, pero y reitero por lo general mucho menos.


Los hijos y sus rasgos.


Toda regla tiene su excepción. Ribká sale bondadosa y justa y proviene de una casa de malvados. Por el otro lado, Esav, ya de joven es un criminal consumado, ciertamente con la capacidad de maquillarse y presentarse diferente frente a su padre y en el seno familiar, siendo hijos de dos personas justas y meritorias y temerosas de D’os.


Por lo visto, amén de la genética y de la educación, existen otros factores no tan bien delimitados, que moldean el carácter de una persona.


Podríamos pensar en los amigos o las amistades, como el segundo círculo que podría orientar nuestro diagnóstico.


Mi madre Aida K. De Daitch Z“L (docente de profesión) siempre repetía “dime con quien andas y te diré quién eres”.


El árbol y su fruto.


El dicho es: “el fruto no cae lejos del árbol”, y como dijimos esta es la regla.


No obstante, la Torá, que es la vida misma, nos muestra en ciertos casos paradojas o contradicciones, que nos enseñan que la vida encierra algunos secretos e infortunios, que, si bien son parte necesaria del eterno conflicto y pruebas de la existencia, no siempre ajustan totalmente a la lógica de la comprensión humana.


Final


Si quisiéramos alargar no alcanzaría ni el espacio, ni el papel ni la tinta.


El niño es un producto o combinación de ambos progenitores. Y si bien copia lo que ve, el resultado final pasa por un combo de variables y la Torá nos advierte el punto.


El hijo o la hija deseados, no siempre nos resulta como pensamos o anhelábamos.


Igualmente hay guías, pero no se ha publicado aún el manual perfecto de cómo ser “un hijo perfecto y un padre modelo”.


En la teoría todo encaja, pero en la realidad las cosas no siempre encastran de la forma adecuada o deseada.


El capítulo leído en el último Shabat, lejos de cerrar, abre el debate.


¡Jodesh Tov!


Dr. Natalio Daitch

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