Equipo médico del Hospital Ichilov festeja poco antes de recibir las vacunas contra el COVID-19. Foto: REUTERS/Ronen Zvulun

El tema del presupuesto cobra importancia y amenaza la unidad. Irán, siempre Irán, se asoma en una campaña novedosa de atacar barcos de bandera israelí. Un nuevo invento para molestar a Israel, asustar a muchos y crear confusión. Una cantante, Billy Eillish, es criticada por saludar a Israel en un TikTok promocional.  Uno que otro deportista se niega a competir contra israelíes. Todo sigue igual.

Luego de la grata noticia de las medallas de judo en las olimpiadas de Tokio, ya es un hecho que Israel lanza una campaña de vacunación masiva para la tercera dosis contra el COVID.  Los primeros en vacunarse son también los primeros en evidenciar la baja en la eficiencia de las vacunas luego de unos meses de aplicada.

Israel el primer lugar en muchas cosas. Seguro el país con más cobertura de medios internacionales en relación con su tamaño o población. También el de más enemigos que le han declarado guerra por territorios sin tener fronteras.  El récord más grande de condenas en la ONU, cuando las mayorías de conveniencia se ponen de acuerdo para votar lo que sea. Hasta que la tierra es plana.

Pero en estos momentos, la aplicación de una tercera dosis de vacunación, y la data que se tiene respecto a todo el proceso que empezó hace unos seis meses, debe ser muy importante para todo el mundo. Estamos ante una pandemia cuyos efectos aún no se conocen con certeza, y empleando vacunas cuyo resultado final no tiene estadísticas disponibles.  Israel se ha decidido a tomar un riesgo calculado y evitar que una nueva ola ponga en jaque al país. Con ello proporciona un conocimiento invaluable a toda la humanidad.

Quizás quienes abogan por la destrucción de Israel, o quienes se suman a boicots que abarcan solamente productos intrascendentes, chucherías como los helados Ben y Jerry, deberían declarar en contra de utilizar la data que se levante respecto a la vacunación en Israel. Eso sí sería una muestra de coherencia.

El tema de la salud mundial no parece dejar de ser importante y vital. Nos vemos sometidos a una pandemia que no cede en su contaminación, en sus variantes que son cada vez más contagiosas. Países pequeños, con sistemas de salud organizados, pueden dar la pauta de qué debe hacerse y que no. El israelí de a pie, se siente agradecido de la posibilidad de ser vacunado antes que todo sea más grave, y se siente incómodo de ser una especie de conejillo de indias. Uno conejillo que ni siquiera merece la consideración y ni el agradecimiento de quienes se benefician de su rol.

Israel se lanza a una campaña que ha de ser exitosa. Los resultados se verán en unas semanas y servirán a todos para tomar decisiones más correctas, más acertadas, aunque sean algo tardías.

Como siempre Israel de primero. Terceros rimeros o primeros para la tercera. Se entiende, no se agradece,

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