La compañía israelí Nano Dimension usa procesos de inyección de tinta para imprimirlos en 3D. ¿No sería impresionante si lo próximo es un hígado o un corazón?
Parece ciencia ficción: tecnología que puede imprimir un órgano humano. El primer paso para convertir esta fantasía, que sólo se ve en el cine, en realidad lo ha dado la compañía israelí Nano Dimension, que fabrica impresoras 3D.
Trabajando en colaboración con otra firma israelí, la biotecnológica Accellta, de Haifa, Nano Dimension ha podido mezclar células madre humanas con tinta de impresoras 3D. La tinta puede crear tejidos humanos cuando es expelida por los más de mil inyectores diminutos de una impresora DragonFly 3D, de Nano Dimension.
Aunque la tecnología está aún en la fase de desarrollo del concepto, y pasar de un simple tejido a un órgano completo es un proceso difícil y aún desconocido, las posibilidades de salvar vidas al “imprimir” un nuevo hígado o pulmón son asombrosas.
El director ejecutivo de la compañía, Amit Dror, dijo que Nano Dimension no es la única que ofrece impresión biotecnológica, pero la diferencia radica en la velocidad y resolución de la impresión.
“Nadie más está utilizando tecnología de inyección de tinta”, expresó. “Somos los primeros en hacerlo rápido y de forma precisa”.
Antes de que Nano Dimensions se asociara con Accellta, la impresión de un tejido, incluso muy pequeño, demoraba toda la noche y se hacía bajo condiciones de laboratorio muy particulares. Era, además, algo que se hacía principalmente para investigación.
“Mostramos cómo podíamos lograr lo mismo en apenas pocos segundos”, explicó Dror. “Esto significa que podría tener, con el tiempo, aplicaciones comerciales”, por ejemplo en un hospital durante una operación de urgencia o para probar nuevos fármacos en un tejido vivo.
Pioneros en nano-impresión
La innovación de Nano Dimension es, de alguna forma, una excepción a su actividad principal, que es la impresión de placas de circuitos que se usan en dispositivos como teléfonos móviles e frigoríficos inteligentes. Como indica su propio nombre, Nano Dimension usa nanotecnología para imprimir las partes metálicas de una placa de circuitos utilizando “tinta” en la que están suspendidas diminutas partículas de plata.
La plata se funde sólo a 961.8ºC grados –que es demasiado calor para una impresora–, pero cuando se reduce a nivel de nanopartículas puede permanecer líquida a una temperatura entre 100ºC y 200ºC, dijo Dror. Una vez hecha la impresión, la plata se enfría y la placa de circuitos está lista.
Las placas impresas en 3D probablemente no se encuentran en una computadora corriente. “No es para el mercado de producción en masa, sino más bien para prototipos”, dijo Dror.
Nano Dimension es la única compañía de impresión 3D enfocada actualmente en la producción de placas de circuitos.
Dror ha rechazado numerosas ideas de potenciales socios para colaborar en varios proyectos que no tienen relación con las placas. “No queríamos perder el enfoque”, dijo. “Pero Accellta era diferente”.
“Somos muy buenos en la creación y reproducción de células madre”, le dijo el director ejecutivo de Accellta, Itzchak Angel, a Dror. “Pero no contamos con la tecnología para implementar las células en los tejidos. Por eso necesitamos una impresora”.
A Dror le pareció que las dos compañías se complementaban. “Hemos llegado a entender muy bien la química”, dijo Dror. “No es nada trivial tomar nanomateriales e imprimirlos con precisión”.
Desarrollo de nuevas bio-tintas
Accellta y Nano Dimensions trabajaron juntos durante varios meses en el complicado proceso. “Teníamos que asegurar que no íbamos a electrizar las células madre y matarlas cuando la inyectásemos”, agregó Dror. “Desarrollamos entonces toda una serie de nuevas bio-tintas”.
Cada bio-tinta porta un tipo diferente de células madre. Un tercer tipo de tinta que no incluye células madre solidifica el resultado. “Después de todo, no buscamos un amasijo de ingredientes, sino una estructura que se asemeje a un tejido”, dijo Dror. “El tejido se envía a Accellta para su incubación una vez que es impreso”.
El precio de las acciones de Nano Dimension, que tiene sede en Nes Ziona, al sur de Tel Aviv, subió un 17% el día que anunció su asociación con Accellta. Fundada en 2012, la compañía ha presentado una solicitud de patente para su sistema.
Aunque la bioimpresión en 3D es un “tema muy candente”, manifestó Dror, Nano Dimension no dejará su negocio de placas de circuitos impresos. Al finalizar el primer trimestre de 2016, la compañía contaba con $7,6 millones en el banco, y comenzará pronto a distribuir sus primeras impresoras 3D comerciales para la producción de placas de circuitos impresos.
Dror quizá se pase el día pensando en impresoras 3D y células madre, pero por la noche puede relajarse con un whisky de fabricación local. Él y el director de negocios de Nano Dimension, Simon Fried, establecieron la Destilería Milk and Honey, que produce bourbon y whiskies a base de centeno. En 2018 van a lanzar el primer whisky de malta kosher producido en Israel como regalo a quienes han contribuido a la campaña de financiación colectiva de Indiegogo de Milk and Honey.
Los demás tendremos que esperar un poco más. A no ser, claro está, que Nano Dimension empiece a imprimir whisky.
Fuente: Israel21