Se necesita un tratado de paz

Se cumplen seis meses de esta guerra cruel entre Israel y Hamás. Una guerra desigual entre quienes aprecian la vida como valor supremo, y quienes le dan a la muerte y el martirio un valor superior. Una guerra entre quienes ven en las víctimas una desgracia, y entre quienes capitalizan las víctimas como forma de demonizar a su enemigo ante un mundo impasible al dolor, siempre dispuesto a exigir a Israel un estándar de comportamiento muy particular. 

Cuando van ciento ochenta días y más de guerra, Israel vive momentos dramáticos. Hamás no ha sido depuesto, a pesar de haber sido reducido y estar Gaza destruida en buena parte, y percibe como evidente que un cese al fuego le daría tiempo y recursos necesarios como para seguir siendo una amenaza vital para Israel en breve plazo. Los secuestrados no han sido rescatados, y cada día parece más probable que muchos estén ya muertos. Los familiares de los secuestrados no pueden menos que desesperarse, pues los resultados de la ofensiva militar no han devuelto a sus seres queridos a casa. Las negociaciones en Qatar y Egipto, con la anuencia y participación de varios entes, se han prolongado por una eternidad. La protesta de los familiares ante el gobierno de Israel, únicos oídos dolientes de ellos, contribuye al desgaste de quienes tienen la responsabilidad de llevar a cabo esta campaña militar sin precedentes.

El objetivo de Hamás de deslegitimar a Israel se ha conseguido. Hasta los Estados Unidos de América se olvidan de lo ocurrido el 7 de octubre de 2023. Israel es presionado para bajar la intensidad, proveer ayuda humanitaria aún a sabiendas que esto fortalece a Hamás. La imagen de Israel en el mundo es muy golpeada, aunque le asista la razón.

Irán y sus proxis actúan con eficiencia. Desde Líbano, el norte de Israel está amenazado, bombardeado y su población ha emigrado sin fecha de regreso. La inminencia de un conflicto con Hezbollah ante la imposibilidad de una salida diplomática, no es nada alentador.

El frente más problemático de Israel es el interno. Veinticuatro horas al día, televisión, radio y prensa, informan y comentan acerca de los acontecimientos y las acciones de las Fuerzas de Defensa de Israel. La inmediatez de la información termina aturdiendo, y todos quienes opinan se atribuyen una experticia abrumadora. Siendo que no existe un gobierno de unidad nacional, y que la misma coalición incluyendo a los añadidos ministros para el gabinete de guerra, tienen incluso entre ellos serias diferencias, que además se hacen públicas y son comentadas. La politización del conflicto y de como se percibe y se trasmite al público, genera un clima permanente de desesperación. Es increíble que, en plena guerra que amenaza hasta la existencia misma, la libertad de expresión esté por encima de la seguridad de los ciudadanos. Una cosa es libertad de prensa, crítica e intercambio de ideas. Otra muy peligrosa es la descalificación permanente de unos y otros, la discusión pública de temas delicados e internos, la medición permanente en encuestas de opinión que predicen las eventuales coaliciones en caso de haber elecciones en el momento medido.

En 1967, cuando tuvo lugar la Guerra de los Seis Días, se estableció un gobierno de unidad nacional que incluía a personajes históricamente enfrentados. Ante el peligro, privó el respeto y la disciplina. También cierta necesaria discreción. Cuando se había ganado en los frentes egipcio y sirio, Menachem Beguin tuvo a bien recomendar que se tomara Jerusalén. Efectivamente, en 1967, Israel logró tomar Jerusalén luego de casi dos mil años de no haber soberanía judía sobre toda la ciudad. Si en 1967 hubieran existido lo adelantos comunicacionales de hoy día, cuatro canales de TV transmitiendo todo el tiempo y con paneles ininterrumpidos, las estaciones de radio con entrevistas sin parar, las redes sociales explotando… ¿Qué comentarios hubiera generado, por tomar un ejemplo, la propuesta de Beguin y las respuestas que seguro hubo a esa propuesta, incluyendo la opinión de David Ben Gurión? De haber habido una transmisión en tiempo real, difundida y comentada 24×7, ¿hubiera tenido el mismo resultado la Guerra de los Seis Días? Quiere uno pensar que sí, pero sabemos que no.

Las divisiones y enfrentamientos en la política israelí son demasiado fuertes. No obedecen ya a posturas ideológicas solamente, ni a criterios necesariamente lógicos. Existen demasiados intereses particulares, antipatías y una falta de respeto que avergüenza. No se respeta la majestad de los cargos y se cuestionan todas las decisiones como si fuera que hay mala intención y poca entrega, algo que definitivamente no es así. Se descalifica a quienes critican también. El ciudadano común, que está movilizado, o con familiares movilizados, sufriendo la crisis económica de un conflicto sin fin, preocupado y ocupado por su misma seguridad y supervivencia, se desmoraliza. Las divisiones internas deben ser un aliciente y motivo de celebración para los muchos enemigos de Israel.

Israel va a ganar la guerra porque no tiene otra opción. Desaparecer no es algo que se puede considerar. Pero urge un tratado de paz interno, entre todos los que hacen vida en Israel, para poder asumir esta desagradable situación con algo más de fuerza, confianza, optimismo y entereza. Es evidente la soledad de Israel, es dramático que tener la razón no basta, es frustrante que los aliados y amigos den la espalda porque hay otros intereses, otras prioridades.

Sí, diferencias aparte, urge un tratado de paz. Un tratado de paz interno en primer lugar. Luego habrán de corregirse los enuertos.

Elías Farache S.

[email protected]
eliasfaraches.blogspot.com  

Compartir
9 thoughts on “Se necesita un tratado de paz”
  1. La verdad es que estoy asustado. Desde España veo con horror la división del pueblo judío. Ahora es el momento de unirse y luchar contra esa lacra que es Hamas. He rezado y rezo por los rehenes y sus familias pero ahora rezo también por el pueblo de Israel y el pueblo judío. Por favor, que se unan. Ya sé que debe ser muy doloroso para las familias de los rehenes, pero deben todos los judíos unirse. Los no judíos los necesitamos unidos y luchando contra el mal que representa Hamas, Hezbollá e Irán. Ya sé que es duro para los judíos pedir esto en la situación que están, pero no me queda otra. Dios bendiga a Israel. Am Israel Jai.

  2. Sr. Elías, en el siglo XXI, que Jerusalem haya sido judía hace más de 2000 años no aplica a reclamarla como parte de un Israel que tiene un 30% de ciudadanos árabes. Y, obvio que Israel queda desligitimado ya que cayó en la «trampa» mediática sabienso que nones posible vencer a una guerrilla además de matar a más civiles que terroristas. Errores morales que no tienen vuelta atrás [obvio, en Vietnam los EE UU mataron 1 millón de vietnamitas y en alto porcentaje eran civiles, lo mismo hizo Francia en Camboya, etc etc. Además, la división que existe en Israel es casi imoosible de salvar de ahora en más.
    Saludos.

  3. Sr. Farache no sabía que usted era humorista. Me ha hecho reír. Asi que tratado de paz????? Que poca memoria tiene. Izquierda enferma.

  4. Estimado Sr. Farache. Se olvida Ud. que partidos conformaban entonces la Kneset, quienes eran los líderes y que coaliciones formaban. Esta es la coalición más ultrareaccionaria que conoció Israel, y está conformada en su ala más extrema por mesianicos religiosos que no tenían entonces tanto peso político. El cambio en la sociedad y la política israelí es revolucionario y sus consecuencias también. Netanyhau lo hizo posible. Pocos países tienen gobiernos integrados por gente tan fanática y peligrosa, que solo se interesan por las prebendas políticas y económicas a su sector. Es imposible hablar de «Unión Nacional» con pájaros como esos.

  5. El tratado interno es mucho mas dificil que un tratado con Iran, la fuente de la discordia son los lideres, sin escepcion (este quiere vivir en el sillon, estos otros fueron tratados mal por el primero, que llega al sillon usando a gente que no quiere cumplir sus funciones civiles, y con otra extremista, que a su vez dos por tres tratan de hacer cosas locas
    que la corte le prohibe), descartandolos, basandose solamente en el ciudadano «de a pie», como se podria?

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.