Diego Schwartzman Foto archivo: Secretaria de Deportes de Argentina Argentina.gov.ar CC BY 4.0

Djokovic ha llegado a París con el ánimo de resarcirse del tortuoso episodio del anterior Grand Slam, el Open de Australia, y su expulsión de ese país por la polémica sobre su visado y las vacunas contra la covid.

Por ello, «Nole» se ha mostrado inabordable hasta ahora y en sus tres primeros encuentros del torneo no ha cedido un solo set y solo ha perdido 18 juegos.

El serbio, de 35 años, ha exhibido un dominio contundente de todas las facetas del juego y ha desplegado su mejor tenis para deshacerse sucesivamente con igual facilidad del japonés Yoshihito Noshioka, el eslovaco Alex Molcan y el esloveno Aljaz Bedene.

En cambio, el camino del argentino (29 años) ha sido algo más accidentado, ya que en primera ronda necesitó cuatro sets para superar al ruso Andrey Kuznetsov, un modesto procedentes de la fase previa.

Después, el «Peque» solo pudo doblegar al español Jaume Munar (87 del mundo) en cinco sets, un encuentro que llegó se le llegó a poner muy complicado y terminó en 2-6, 6-7 (3), 6-2, 6-2 y 6-2.

En cambio, el argentino recuperó su mejor tenis en su duelo de tercera ronda, curiosamente ante el rival teóricamente más fuerte, el búlgaro Grigor Dimitrov (21 jugador mundial), al que despachó con más comodidad en tres sets (6-3, 6-1 y 6-2).

Hasta ahora, Schwartzman ha perdido los seis enfrentamientos con el número uno mundial. En la única vez que se han visto las caras en Roland Garros, en 2017, Djokovic necesitó cinco sets para doblegarle.

«Voy a tener que sacar más fuerte y cerca de las líneas porque es uno de los mejores devolvedores del mundo, y él tiene un gran saque», pronosticó el argentino sobre cómo veía su duelo ante «Nole», en declaraciones ayer tras su encuentro ante Munar.

Además, reconoció que necesitará dar lo mejor de sí mismo, en todos los niveles, para poder tener una oportunidad ante su impresionante rival: «A cinco sets hay que estar muy preparado físicamente y mentalmente. No es joda jugar tres cuatro o cinco horas, hay que trabajar el cuerpo durante mucho tiempo».

Por su parte, Djokovic reconoce que el argentino será un rival más duro que los que ha afrontado hasta ahora en París: «Es uno de los más rápidos del circuito, sus mejores resultados han sido en arcilla, es un oponente duro y ya jugamos muy buenos partidos en diferentes superficies. Estoy listo para la batalla física».

Preguntado por su tenis implacable tras su exhibición en el encuentro de tercera ronda ante Bedene, reconoció que «la perfección no existe», aunque señaló que siempre intenta «acercarse» a ella.

«Jugar de manera agresiva, como es mi rasgo, no es siempre posible, pero hoy he estado realmente muy bien», señaló con toda claridad y sin falsa modestia.

Schwartzman, que alcanzó su mejor momento en 2020, cuando llegó a las semifinales de Roland Garros y ascendió hasta el puesto número 8 del ranking mundial, tendrá que superar ese gigantesco obstáculo para intentar recuperar ese nivel. EFE

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