Ryan Turrell, joven estadounidense de familia ortodoxa judía, buscará una oportunidad en la NBA, la mejor liga de básquet del mundo. El chico de 21 años es una de las máximas figuras de la División III de ese deporte, en el marco universitario.
En sus últimos dos años de estudiantes secundario, el muchacho promedió un trible doble. A partir de ahí, despertó los intereses de los scouts universitarios para contar con él.
Recibió ofertas para ser becado en algunas de las universidades más importantes en el mundo del baloncesto. Tras arreglar su llegada a la prestigiosa institución de Air Force, la religión le hizo dar un giro a su vida.
El equipo de ese lugar entrenaba los viernes por la noche, lo que no le permitía respetar Shabat. Turrell decidió combinar el deporte con la religión. Entró a Yeshiva, una universidad judía de Nueva York que no dispone de becas, pero respeta obviamente la tradición religiosa.
Con sus 2,01 metros de altura, y su gran tiro desde afuera de la llave, se convirtió en el máximo anotador entre las más de 1200 facultades que conforman el circuito de la National Collegiate Athletic Association (NCAA). Llevó a su equipo a ser campeón de conferencia en el último torneo disputado.
«Crecí siendo religioso y kosher. Quiero ser un ídolo para todos los judíos, y sin dudas usaría mi kipa en la NBA. Por otro lado, estoy dispuesto a resignar el descando en Shabat para jugar allí», declaró Turrell al New York Times.
Lo cierto es que el próximo 23 de junio se realizará una nueva edición del draft de la NBA, donde los equipos seleccionan a los jóvenes que se unirán desde las universidades a sus planteles.
Turrell espera tener su chance en ese evento, aunque los especialistas creen que deberá probarse en una categoría más fuerte del básquet universitario. Los Macabees de la Yeshivá, juegan en la tercera y última división de la NCAA, por lo que el nivel es bastante más amateur.