Reporte Antisemitismo 2020 – Centro Kantor de la Universidad de Tel Aviv

Un hombre observa las tumbas profanadas con cruces esváticas en el cementerio judío de Estrasburgo, Francia Foto archivo: Reuters Marketplace - Panoramic

En 2020 el número total a nivel global de incidentes antisemitas violentos disminuyó de 456 (2019) a 371 (2020). Al mismo tiempo se observó un incremento de 20% en la profanación de sinagogas, cementerios y memoriales del Holocausto (los cuales estaban cerrados o sin vigilancia debido a los cierres y por lo tanto eran presa fácil para el vandalismo antisemita). Adicionalmente, se desarrollaron nuevos fenómenos en internet como el “zoom bombing” (invasión de reuniones de zoom) y la “darknet” (red oscura), que son difíciles de cuantificar.

Hoy (Miércoles 7 de Abril) el Centro Kantor para el Estudio del Judaísmo Europeo Contemporáneo de la Facultad de Humanidades de la Universidad de Tel Aviv, en cooperación con el Congreso Judío Europeo, publicaron el Reporte de Antisemitismo del 2020 – el año de la COVID19 – indicando tendencias contradictorias: Por un lado una disminución en la violencia física debido a los cierres, que redujeron los encuentros entre judíos y antisemitas violentos; por otro lado un aumento en las expresiones antisemitas flagrantes en internet en general y en especial en las redes sociales. El reporte se basa en miles de testimonios de diferentes lugares alrededor del mundo, recibidos durante el año 2020 de la red internacional establecida por el Centro Kantor hace varios años – que incluye cerca de 60 participantes que envían regularmente información sobre antisemitismo en todo el mundo.

Prof. Dina Porat, Directora del Centro Kantor:

«La pandemia del coronavirus y la realidad que resulta de la misma dictaron tanto la naturaleza como el alcance del antisemitismo en 2020, que fue un año inusualmente tenso y turbulento en todo el mundo. Prejuicios, supersticiones, emociones primordiales y teorías bizarras afloraron en la escena, y las manifestaciones de antisemitismo, tanto verbal como visual, fueron viciosas e indignantes. Acusar a los judíos e israelíes de desarrollar y propagar el coronavirus (o “Judeovirus”), fue el argumento principal de las manifestaciones antisemitas este año. Esta noción está arraigada en el profundo miedo al judío/israelí como propagador de enfermedades tanto en el pasado como el presente”.

Dr. Moshe Kantor, Presidente del Congreso Judío Europeo:

“En un año de restricciones físicas, es obvio que los ataques físicos disminuirían. Sin embargo, con el aumento del antisemitismo en internet, la próxima ola de ataques contra judíos y objetivos judíos está a la vuelta de la esquina. En tiempos de crisis sociales los judíos siempre son chivos expiatorios y son atacados, y hemos visto esto durante todo el ciclo de la Covid. Los judíos han sido responsabilizados por el virus y la cura, y las restricciones y vacunas han sido comparadas de forma inapropiada con el Holocausto, lo que minimiza el asesinato de seis millones de judíos. Esperamos que lo que estamos presenciando no sea la calma antes de la ‘tormenta perfecta’ de odio a los judíos en los próximos años”.

Culpar a los judíos e israelíes por desarrollar y propagar el coronavirus (o “Judeovirus”) es una acusación más grave que cualquiera que se haya hecho anteriormente contra los judíos a través de la historia. Cuando la pandemia comenzó a extenderse alrededor del mundo, inmediatamente fue seguida por acusaciones de que el virus había sido desarrollado y estaba siendo propagado por judíos e israelíes: ellos serían los que encontrarían una cura y vacuna para la enfermedad, vendiéndola a un mundo enfermo y obteniendo enormes ganancias.  En los meses siguientes esta difamación se extendió rápidamente. Recibimos informes en este sentido de decenas de países, en forma de mensajes agresivos y numerosas caricaturas malintencionadas. Además, la acusación se escuchó no solo en círculos extremistas como supremacistas blancos, cristianos ultraconservadores o los acusadores habituales como Turquía y la Autoridad Palestina, y especialmente Irán, que invirtió esfuerzos en difundir esta acusación. También se extendió a poblaciones sin identidades ideológicas o políticas bien definidas.

Datos y tendencias.

Como fue señalado anteriormente, los cierres en los diferentes países redujeron los encuentros entre judíos y los que quieren atacarlos, y en consecuencia el número de incidentes violentos disminuyó en 2020 de 456 a 371 – un número que era lo habitual entre 2016 y 2018. Nadie fue asesinado este año por ser judío (a pesar de que los ataques físicos pudieron haber provocado la pérdida de vidas), y el número de lesiones corporales disminuyó de 170 en 2019 a 107 en 2020. El daño a la propiedad privada también se redujo de 130 a 84 incidentes, simplemente porque la gente mayormente se quedó en sus casas. En la mayoría de los países se registró una disminución en el número de incidentes violentos, ataques tanto a personas como sus propiedades, amenazas e incendios provocados. Sin embargo, el vandalismo hacia las propiedades e instituciones comunales judías se mantuvo como antes, y en algunos casos incluso aumentó (ver tabla). El número de profanaciones de cementerios, memoriales del Holocausto y otros monumentos judíos aumentó de 77 (2019) a 96 (2020) incidentes en todo el mundo, ya que estos sitios están abiertos y desprotegidos. El número de vandalismos a sinagogas también aumentó de 53 (2019) a 63 (2020), ya que al estar cerradas se convierten en presa fácil.

En E.E. U.U. se ha observado un aumento gradual de incidentes violentos durante varios años, alcanzando 119 este año (en comparación a 99 en 2017, por ejemplo) y Alemania también experimentó una escalada significativa en el número total de casos, de un total de 2.032 en 2019 a 2.275 en 2020, incluyendo 59 incidentes violentos. En ambos países la mayor parte de los incidentes fueron de vandalismo.

Una disminución significativa se registró en Australia, Reino Unido y especialmente en Francia, donde tanto el Ministerio del Interior como la Comunidad Judía reportaron una disminución de 50% en todas las formas de incidentes antisemitas, debido al cierre estricto, así como Canadá, donde el número de casos violentos se redujo en más de la mitad. La mayoría de los incidentes ocurrieron en países con grandes comunidades judías: E.E. U.U., Canadá, Reino Unido, Australia, Francia y Alemania. En otros países, con excepción de Ucrania, fueron reportados menos de 10 incidentes (por país) en el año 2020.

Antisemitismo en internet.

Desde que se cerró el espacio público durante la pandemia y las personas permanecieron en casa, las actividades en las redes sociales, incluyendo actividades antisemitas, aumentaron de forma significativa, caracterizadas por la agresividad y el abuso verbal. Sin embargo, tales fenómenos son, intrínsecamente, difíciles de cuantificar.

Zoom bombing: Al convertirse zoom en un importante medio de comunicación, surgió un fenómeno llamado “zoombombing” – invasión de conferencias por zoom de sinagogas, centros comunitarios judíos y estudiantes judíos, interrumpiendo las reuniones y utilizando la plataforma para mostrar esvásticas, presentaciones antisemitas, discursos, etc. Solo en E.E. U.U. se registraron 200 casos de “zoom bombing”.

Desarrollo de la “darknet”: Grupos extremistas, especialmente de la extrema derecha, como supremacistas blancos y neonazis, abandonaron las redes sociales abiertas y descendieron a la “darknet” (red oscura), que creció de forma significativa el último año – donde pueden estar libres de cualquier supervisión o restricciones. Allí, sin ser molestados, manejan sus propios sitios web que son muy difíciles de monitorear. En otras palabras, mientras el número de manifestaciones antisemitas en redes abiertas disminuyó, las actividades en la “darknet” se intensificaron.

Activistas anti vacunas y el Holocausto, en Israel y el exterior.

Activistas anti vacunas equipararon las restricciones y los cierres para contener la pandemia con las políticas del régimen Nazi acusando al “establishment” y a los gobiernos de varios países de aplicar medidas de coerción: los cierres fueron comparados con el encarcelamiento en los guetos y campos de concentración, las vacunas fueron descritas como experimentos médicos, los certificados que otorgan privilegios tras la vacunación fueron vistos como el infame procedimiento de “selección” en los campos de exterminio Nazis; los anti vacunas sintieron que eran tan indeseables y perseguidos como lo fueron los judíos; la frase en la puerta de Auschwitz sirvió como inspiración para el nuevo eslogan “La vacunación libera”, entre otros.

En Alemania, donde la oposición a las vacunas es particularmente fuerte, los manifestantes llevaron estrellas amarillas en sus vestimentas con la expresión “no vacunado” sustituyendo a la palabra “Judío”, y tildaron de Nazi a la canciller Merkel.

La llegada de las vacunas, junto con la vasta campaña de vacunación en Israel, asistida por israelíes y judíos que ocupan puestos destacados en las empresas que producen estas vacunas, como Tal Zaks, Director Médico Jefe de Moderna, y el CEO de Pfizer Albert Bourla, reforzaron las acusaciones de que israelíes y judíos se confabularon para que Israel pueda ser el primero en recuperarse de la pandemia, mientras el resto del mundo hace fila y pide ayuda a los judíos.

La entrada a Auschwitz con las palabras “La Vacunación Libera” en vez de “El trabajo libera”.

Fuente: Centro Kantor, Universidad de Tel Aviv en cooperación con el Congreso Judío Europeo.

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