Recordando el pogrom de Chisinau, preludio del Holocausto en Moldavia

Antigua sinagoga de Chisinau

Ricardo Angoso

La fecha de la llegada de los primeros judíos a esta región -el antiguo principado rumano de Moldavia- no está clara y su antigüedad se remonta para algunos al siglo X, mientras que otras fuentes hablan del año 1769 como el de la llegada de los primeros hebreos a tierras moldavas. Sin embargo, en la base de datos del Museo del Pueblo Judío Beit Hatfutsot, hemos encontrado estos datos que ilustran la presencia judía desde que se tienen noticias con posterioridad a esa fecha: “La primera evidencia documentada de una presencia judía en la ciudad data de principios del siglo XVIII. En la segunda mitad del siglo XVIII había aproximadamente 540 judíos viviendo en Chisinau, aproximadamente el 7% de la población de la ciudad. En 1812 se colocó la piedra angular de la Gran Sinagoga, y poco después se abrió un hospital judío”.

La misma fuente asegura que “aproximadamente 20 años después, en 1838, la comunidad local abrió una escuela judía que enseñaba tanto materias judías como seculares. Para 1858, también había dos escuelas estatales seculares, una escuela privada para niñas y otra para 500 niños; una ieshiva jasídica también se agregaría a este conjunto de instituciones educativas a partir de 1860”.

Lápidas del antiguo cementerio de Chisinau de la calle Milano

Antes de entrar en detalle acerca de los acontecimientos más cercanos, conviene que recordemos algunos datos sobre la comunidad judía que había en este territorio antes de la Segunda Guerra Mundial y la evolución de la misma, tal como se recoge en esta web de la comunidad de Moldavia http://www.jewishmemory.md/en/: “Cuando en 1812, Besarabia se convirtió en una parte del Imperio ruso 50.000 judíos vivían aquí. La provincia de Besarabia formaba parte de Rusia a todos los efectos. A los judíos se les concedían algunos privilegios, por ejemplo, el derecho a comprar y alquilar terrenos. Muchos judíos vinieron a Moldavia de otras partes de Rusia e incluso de países europeos”.

Y sigue relatando esta breve historia que “a finales del siglo XIX, 230.000 judíos representaban el 12% de la población total de Besarabia y más del 50% en algunas ciudades (Beltsy, Orhei, Soroca). A principios del siglo XX tuvo lugar una serie de sangrientos pogromos, incluyendo el de 1903 en Chisinau. La emigración masiva de muchos judíos a los EEUU, Palestina y Argentina aumentó grandemente. En 1918, Besarabia entró en el Reino rumano, mientras que la orilla izquierda (actual Transnistria) se convirtió en parte de la Rusia soviética”.

EL POGROM DE CHISINAU

El pogrom de Chisinau de 1903 fue terrible. “El 6 de abril de 1903, la Comunidad Judía de Chisinau sufrió dos días de violencia callejera que impactaron al mundo y cambiaron el curso de la historia judía. Provocado por un libelo de sangre medieval, conocido hoy gracias a las nuevas tecnologías de la época, apareció en toda la prensa mundial con grandes titulares. El pogrom de Chisinau fue el último de la Edad Media y la primera atrocidad del siglo XX. Este hecho y la ola mundial de indignación judía que provocó, crearon las bases del moderno Estado de Israel, dio a luz a un activismo judeo-estadounidense contemporáneo y ayudaron a provocar la caída del régimen zarista”, hemos podido leer en Wikipedia que citaba varios artículos del periódico judeoamericano Forward.

Literalmente, así lo relataba Forward en aquellos días: “Armados con cuchillos y machetes, los asesinos irrumpieron en los hogares judíos, donde comenzaron apuñalar y matar, cortar cabezas y golpear a las mujeres frágiles y niños pequeños. Si la perversa multitud enfurecida hubiera atacado una ciudad judía en algún lugar de Lituania, miles de judíos hubieran muerto en el plazo de una hora. Pero los judíos de Chisinau eran duros, sanos y fuertes como el hierro y sin miedo. Cuando los asesinos pogromistas comenzaron su terrible masacre, los niños y los judíos llegaron corriendo y pelearon como leones para proteger a sus hermanos y hermanas más débiles y de edad avanzada. Incluso las chicas jóvenes se comportaron con un heroísmo increíble. Defendieron su honor con una fuerza sobrenatural … Los judíos, sin embargo, lucharon con sus propias manos y los asesinos, armados con machetes y cuchillos, fueron cebados para aniquilar y diezmar a toda la gente del pueblo judío».

Incluso el periódico británico The Times informaba acerca de aquellos luctuosos hechos en sus páginas: “Aquello fue un plan organizado a la espera de la masacre general de judíos al día siguiente de la Pascua Rusa. La multitud fue liderada por los sacerdotes y el grito general de ´matar a los judíos´ durante las marchas se escuchó por toda la ciudad. Los judíos fueron tomados totalmente desprevenidos y fueron masacrados como corderos. El número de muertos fue de 120 y los heridos unos 500. Las escenas de horror que asistieron a esta masacre son indescriptibles. Los bebés fueron literalmente destrozados en pedazos por la multitud, frenética y sanguinaria. La policía local no hizo ningún intento para reprimir el reinado del terror. Al atardecer, las calles estaban llenas de cadáveres amontonados y heridos. Los que pudieron escapar, huyeron aterrorizados, y la ciudad está ahora prácticamente desierta de judíos”.

Al parecer, unos días antes del ataque a la comunidad judía, un joven cristiano, Mikhail Ribalenko, fue encontrado muerto en la ciudad de Dubasari, ciudad situada a unos 40 kilómetros de Chisinau, y un periodista local, Pavel Krushevan, redactor del periódico en lengua rusa Besarabia, acusó a los judíos de haber perpetrado un crimen ritual, una acusación muy corriente en casi toda Europa del Este contra los judíos y utilizada frecuentemente por los antisemitas. El periódico Besarabia llamó a la población local al exterminio de los judíos con el grito de “¡muerte a los judíos!” y acusando a los mismos de haber utilizado la sangre del joven para un ritual religioso. Aparte de esta incitación al odio por parte de los medios locales, muchos de los cuales repetirían las mismas acusaciones que el diario en lengua rusa, la acción violenta antisemita se perpetró sin que las autoridades interviniesen en favor de la comunidad judía y sin que la policía evitase la masacre, sino que realmente la misma ocurrió con su conocimiento de causa.

El pogromo, que duró entre dos y tres días, causó la muerte de entre 60 y 120 judíos, según las fuentes, 92 heridos graves y 500 leves, aparte de cuantiosos daños materiales, como la destrucción de unas 700 viviendas y un número indeterminado de negocios en manos hebreas. Otras fuentes consultadas solamente reportan 49 víctimas mortales. Solamente dos hombres fueron condenados, con penas leves, por estos hechos, y el suceso provocó una profunda conmoción internacional, siendo muy conocido en la época y generando la emigración de miles de judíos rusos hacia Palestina y varios países europeos. Al parecer, la misma Iglesia ortodoxa lideró los disturbios y algunos popes incitaban a las turbas para atacar a los judíos.  

Estos sucesos provocaron una profunda conmoción en el mundo judío y contribuyeron a fortalecer el incipiente movimiento sionista en Europa, que apenas comenzaba a andar en esa época. Como fruto de esa preocupación ante los hechos, un joven poeta hebreo, Haim Nahman Bialik, fue enviado a Chisinau por una comisión comunal judía para entrevistar a los sobrevivientes e informar de primera mano sobre el baño de sangre. Muy impresionado ante los hechos, Bialik compuso varios poemas relativos al pogromo y al dolor de sus víctimas y acabó escribiendo una de sus obras maestras, La ciudad de la matanza, relativa al pogromo. El libro es un alegato poético en favor de los judíos atacados y se nutre con el testimonio de todo lo que vio, escuchó y conoció de primera mano Bialik en su viaje a Chisinau.

EL SEGUNDO POGROM DE CHISINAU

Más tarde, un segundo pogromo tuvo lugar entre los días 19 y 20 de octubre de 1905. En esta ocasión, los disturbios comenzaron como protestas políticas contra el zar ruso, pero se transformaron en un ataque contra los judíos que se pudiesen encontrar. Al terminar los disturbios, 19 judíos habían asesinados y otros 56 resultaron heridos, aunque también los datos son controvertidos porque no hay coincidencia entre las fuentes. Grupos de autodefensa organizados por judíos después del primer pogromo contribuyeron para contener la violencia, pero su éxito fue relativo y no se pudo detener el ataque. Estas dos acciones contra la comunidad judía provocaron la marcha de unos 12.000 judíos, pasando el censo de esta población de 65.000 a 53.000 -todavía algo más del 40% del total los habitantes de Chisinau- y generando la desconfianza entre moldavos y hebreos. El impacto de los dos pogromos fue brutal en toda la región, no solamente en Moldavia, y miles de judíos de Rumania, Rusia y zonas aledañas huirían para siempre despavoridos ante el horror de lo acontecido en Chisinau.

“El Pogromo de Chisinau fue un importante punto de inflexión. No fue el pogromo más sangriento que se haya producido, pero fue la primera vez que el antisemitismo fue explícitamente uno de los principales motivadores de la violencia. La prensa internacional recogió la historia y, por primera vez, la palabra ´pogromo´ se dio a conocer en todo el mundo”, señalaba con gran acierto el Dr. Raphael G. Bouchnik-Chen en este mismo medio.

Años después de estos hechos, en 1924, las autoridades locales revocaron la ciudadanía de muchos judíos que vivían en Besarabia desde hacía tiempo, y en Chisinau en particular, lo que llevó a un desempleo generalizado en la comunidad. No pasó un solo año sin manifestaciones antisemitas, disturbios y la supresión de las organizaciones educativas y culturales judías. Los miembros de la organización antisemita Liga de Defensa Nacional y Cristiana, dirigida por el caudillo rumano Alexander Cuza, organizarían frecuentes “desfiles» con el propósito de aterrorizar a la comunidad judía local. También hubo el cierre casi masivo de instituciones judías, escuelas, periódicos, teatros y organizaciones culturales.  

Después de estos hechos, terribles y luctuosos, llegarían los años treinta, la Segunda Guerra Mundial, la ocupación de Moldavia por los alemanes y sus aliados rumanos y el Holocausto, que causó la desaparición de algo más del 90% de la población hebrea moldava, asunto que dejaremos para otra nota.
Fotos del autor de la nota

Fuentes consultadas y utilizadas:

Aurora
https://aurora-israel.co.il/el-pogromo-de-kishinev-como-catwalizador-de-la-guerra-ruso-japonesa

Wikipedia:
https://es.wikipedia.org/wiki/Pogromo_de_Kishinev

JewishMemory:
http://jewishmemory.md/en/

Centro de documentación del Museo del Pueblo Judío:
https://www.anumuseum.org.il/museo-del-pueblo-judio/

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