El jefe del Gobierno de Salvación de Idlib fue elegido por el líder rebelde Al Jolani y el ex primer ministro sirio Al Jalali para capitanear esta nueva era en el país, que ha vivido más de cinco décadas bajo la familia Al Assad
Nacido en Jabal Zawiya (noroeste de Siria) en 1983, Mohamad al Bashir ha sido asignado por los rebeldes para liderar la transición en Siria tras el derrocamiento de 24 años de régimen de Bachar al Asad por una ofensiva insurgente.
Ahmed Al Sharaa (conocido anteriormente como Abu Mohamed al Jolani), el líder islamista que encabezó la ofensiva que derrocó a Al Assad, y el ex primer ministro sirio Mohamed Ghazi al Jalali fueron quienes decidieron que Al Bashir iba a capitanear esta nueva era en Siria, que ha vivido más de cinco décadas bajo la familia Al Assad.
Pero ¿quién es Al Bashir y qué es el Gobierno de Salvación del que era también el jefe?
Ingeniero de profesión
El político islamista se graduó en Ingeniería Eléctrica y Electrónica en la Universidad de Alepo en 2007 y, posteriormente, en Sharía (ley islámica) en la Universidad de Idlib, la provincia nororiental que sirvió de principal feudo opositor del Gobierno de Al Assad en los últimos años y de donde es oriundo.
En 2011, trabajó en la Compañía Siria de Gas como responsable del departamento de instrumentos de precisión, de acuerdo a su currículo.
También cuenta con diferentes diplomas, entre los que destaca sus cursos en inglés avanzado, así como certificados en gestión de proyectos y planificación administrativa.
Pero el salto a la política lo dio tras las revueltas populares de 2011 contra Al Assad, en el marco de la llamada “Primavera Árabe” que, posteriormente, se extendieron por toda Siria y fueron duramente reprimidas por el Gobierno de Al Assad y de sus aliados, entre ellos Irán y Rusia.
Al Bashir fue nombrado el pasado enero como jefe del Gobierno de Salvación, una suerte de rama política que está vinculada al Organismo de Liberación del Levante (Hayat Tahrir al Sham o HTS, en árabe), y cuya sede está en Idlib.
Gobierno de Salvación y su papel
Antes de pasar a ser el jefe del Gobierno de Salvación, estuvo como ministro de Desarrollo y Asuntos Humanitarios bajo el que era entonces el cabecilla de esa administración en Idlib, Ali Keda.
Durante ese periodo de tiempo, se centró en modernizar esta región tan castigada por la guerra y atender las necesidades humanitarias de las alrededor de tres millones de personas en esa provincia, la mitad de ellas desplazadas y que han sufrido terribles ataques del Gobierno sirio y bombardeos de la aviación rusa.
Pero, ¿qué es exactamente el Gobierno de Salvación?
Establecido en 2017, esta administración que cuenta con ministerios, departamentos y autoridades judiciales y de seguridad se creó para ayudar a las personas que estaban en las zonas que escapaban al control de Damasco y que no podían volver para obtener los servicios gubernamentales.
No obstante, Al Bashir se tuvo que enfrentar a varios problemas durante su cargo como jefe del Gobierno de Salvación.
El pasado febrero, grupos de manifestantes salieron a las calles de algunas ciudades de Idlib pidiendo la caída de Al Jolani, según informaron activistas en ese momento, en unas protestas que continuaron durante algunos meses.
Sus demandas iban desde el fin de las violaciones de derechos humanos en las cárceles, así como reformas económicas en la región por sus malas condiciones de vida y la oposición al monopolio de la toma de decisiones por parte de HTS, que es tan solo uno de las decenas de grupos que componen la oposición a Al Assad en Siria.
Las unidades de seguridad de HTS atacaron a los manifestantes con porras y gases lacrimógenos y prosiguieron de forma esporádica durante meses, mientras que Al Bashir emitió un decreto de amnistía general para autores de delitos que hubieran mostrado buena conducta con el fin de contentar a la población.
Según el informe de septiembre de 2024 de la Comisión de Investigación sobre Siria, creada por la ONU, las protestas siguieron a campañas de arrestos contra miembros del HTS, grupos rivales, partidos políticos y civiles, incluidos mujeres y niños de hasta 7 años, mientras que los detenidos fueron sometidos a tortura.