Por el exembajador Zvi Magen y Sophie Kobzantsev
En el centro del orden mundial está la crisis entre Rusia y Occidente con respecto a Ucrania, que amenaza con convertirse en un movimiento militar ruso contra Ucrania.
La pregunta es: ¿cuáles son los motivos de Putin en torno a la crisis actual y qué cuadro está surgiendo como resultado?
La motivación para restaurar la corona a su antigua gloria está a la cabeza de los motivos de Putin, y al hacerlo, su ambición de reconstruir la Unión Soviética se hace evidente.
Entre otras cosas, esto significa el control de Rusia del espacio postsoviético.
En este contexto, estamos siendo testigos de los movimientos de Rusia para contener los esfuerzos del sistema occidental, los Estados Unidos y la OTAN, para expandirse a Ucrania y evitar que Ucrania se desprenda del control de Rusia.
Putin está realizando un obstinado esfuerzo para afrontar el orden mundial existente y construir a Rusia como una potencia mundial.
Como tal, su impulso es crear un mundo multipolar y restaurar hasta cierto punto el orden mundial a lo que era después de 1945.
En este contexto, Rusia está trabajando para aprovechar las oportunidades para romper el estado actual, frente a de la oposición de otras potencias.
El intento de Ucrania de deshacerse de la supervisión rusa y unirse a la OTAN se ha interpretado como un desafío al orden existente.
De ahí los esfuerzos de Rusia por presentar un ultimátum a Occidente para que la OTAN no se expanda hacia el este y elimine su presencia estratégica en Europa del Este.
Esto se une a la imagen emergente de un control occidental debilitado en el sistema internacional.
Desde 2014, Rusia ha estado bajo severas sanciones económicas y políticas.
Mientras tanto, la necesidad de Europa de lidiar con una crisis energética está entretejida en la red de consideraciones de Putin, ya que las fuentes de energía son el principal producto de exportación de Rusia.
La crisis actual permite producir un complejo sistema de presiones internacionales.
A Rusia le gustaría que se levantaran las sanciones occidentales y, por lo tanto, recuperarse de la crisis económica que actualmente la azota.
Junto a estos motivos están las consideraciones políticas internas de Rusia.
La pérdida de apoyo público junto con las luchas por el poder en los niveles más altos del gobierno, a raíz de los antecedentes políticos y económicos actuales y los conflictos de intereses sectoriales, así como las luchas por el poder como parte de la guerra de sucesión en torno a Putin, crean una situación cercana a la crisis en los centros de poder rusos.
Un reflejo de esto fue la carta de la organización de oficiales rusos, que se hizo pública recientemente, y expresó su oposición a ir a la guerra contra Ucrania, e incluso pidió a Putin que dimitiera.
En la realidad en la evolución actual, estas consideraciones se encuentran detrás del estallido de la crisis actual, que aparentemente rodea a Ucrania frente a Occidente (OTAN), pero se trata esencialmente de una demanda para cambiar el orden mundial.
Esta crisis ha sido manejada durante mucho tiempo con presiones y una guerra cognitiva en ambos lados, en paralelo con las concentraciones de fuerzas que se reportan a lo largo de la frontera con Ucrania.
Durante todo el período actual, ha habido un diálogo continuo entre las partes, por lo que, a pesar de las declaraciones sobre las intenciones de ataque de los rusos, la negociación aún no ha terminado.
Está claro que ambas partes prefieren una solución de compromiso, pero es demasiado pronto para concluir que habrá alguna.
Las posibles respuestas a una negativa occidental a cumplir podrían incluir una invasión limitada de Ucrania con el objetivo de socavar o reemplazar al gobierno ucraniano.
Además, no es inconcebible que exista la posibilidad de que se inicie una crisis en otras áreas, incluido en Oriente Medio, y en particular, en relación con la cuestión iraní-sirio-israelí.
Fuente: INSS The Institute for National Security Studies