Estudiantes ultraortodoxos en un curso de capacitación en ingeniería de software de Adva. Foto cortesía de Start-Up Velocity

Cuando las jóvenes ultraortodoxas de Israel como Zahava terminan la escuela secundaria ingresan a un seminario de dos años que combina estudios judaicos con preparación profesional.

Hoy de 21 años y recién casada, Zahava eligió un seminario que enseña programación informática. “Me encantan las matemáticas y la lógica”, le contó a ISRAEL21c.

Pero hay algo extraño: los seminarios otorgan un certificado en lugar de un título, lo que limita las opciones de empleo y el potencial de ingresos de los graduados.

Ese es un problema importante ya que a menudo los hombres ultraortodoxos son estudiantes de la Biblia y el Talmud a tiempo completo y sus esposas son las principales fuentes de ingresos de las familias numerosas.

Por suerte para Zahava, el seminario al que ella concurre en Jerusalén fue el primero en el programa piloto Adva de Start-Up Nation Central y afiliado a Scale-Up Velocity. Esta corporación benéfica capacita a personas de poblaciones infrarrepresentadas para cubrir miles de puestos vacantes en la industria de la alta tecnología.

Tal como otros programas administrados por organizaciones sin fines de lucro y agencias gubernamentales para preparar a los ultraortodoxos para carreras de alta tecnología, Adva opera en marcos separados por género.

Los estudiantes sobresalientes de los seminarios son seleccionados a través de exámenes de calificación de matemáticas y pensamiento cuantitativo, así como evaluaciones de personalidad.

Sin dejar las aulas del seminario ni pagar matrículas adicionales, los participantes son capacitados como ingenieros de software por instructores de las principales universidades y logran experiencia práctica en Mobileye, IBM, Google y el Ministerio de Defensa.

Zahava fue una de las 81 mujeres de la primera promoción de Adva. Gracias al alto nivel de capacitación en comparación con los cursos regulares de seminario, la joven afirmó: “Buscamos trabajos en empresas más grandes donde mis amigos ni siquiera lo harían”.

Cuando las lecciones se trasladaron a Zoom durante la pandemia, Adva ofreció una computadora portátil y acceso a Internet filtrado “kosher” a cada estudiante ya que la mayoría de los hogares ortodoxos no tienen Internet.

“Se trató de un proceso largo y complejo pero finalmente lo hicimos funcionar de manera eficaz y eficiente”, manifestó Anat Greemland, vicepresidente de estrategia de Scale-Up Velocity.

Incluso antes de finalizar el programa Adva el verano pasado, 13 participantes consiguieron puestos en empresas como Apple, Facebook, Check Point y XM Cyber.

Los responsables de reclutamiento fueron sensibilizados sobre las diferencias en la forma en que las empleadas ultraortodoxas comen, visten e interactúan con los hombres.

“Ayudamos a encontrar soluciones creativas que permitan que todos los involucrados se sientan cómodos”, añadió Greemland.

Por su parte, Zahava confirmó: “Estamos listos para encajar en la cultura laboral”.

Una puerta abierta

Mor Schlesinger, gerente de ingeniería de Google Israel y miembro del consejo directivo de Adva, expresó que el programa abre la puerta a grupos únicos y ayuda a las empresas de alta tecnología a comprender sus necesidades.

“Al igual que otras empresas, Google busca personas que puedan pensar de manera innovadora y hacer frente a los desafíos. Me impresionó ver todo esto y más entre las mujeres jóvenes del programa”, confesó.

A su vez, el director ejecutivo y economista de Start-Up Nation Central Eugene Kandel dijo que la ONG invirtió más de tres millones de dólares en Adva.

“Si tenemos en cuenta los salarios durante los próximos 30 años de solo el 15 por ciento de los graduados que ya han encontrado puestos en la industria de alta tecnología, llegaremos a 25 millones de shekels (UDS 7,9 millones), de los cuales se espera que el 40 por ciento encuentre su camino de regreso al gobierno como impuestos”, indicó Kandel.

El directivo reconoció que desde Adva identificaron el “tremendo potencial de las mujeres ultraortodoxas y su contribución a la economía no puede ser exagerada”.

Los programas de Scale-Up Velocity que tienen éxito en la etapa piloto se entregan a agencias gubernamentales e instituciones académicas para que los administren y escalen de forma independiente.

En la actualidad, Adva es operado por el Instituto Ultraortodoxo de Asuntos Públicos y La Universidad de Tecnología de Jerusalén (JCT) en el  Centro Académico Lev).

Stuart Hershkowitz, vicepresidente de JCT, afirmó que Adva abre nuevos caminos al incorporar estudios de tecnología avanzada en los seminarios de mujeres ultraortodoxas. “Nuestros profesores les enseñan el mismo material que al resto de los estudiantes en nuestro propio campus. Hoy asumimos el costo del programa y esperamos conseguir fondos del Gobierno para poder continuar. Esto podría suponer un gran cambio en la vida de estas mujeres, que son el sostén de sus familias”, le dijo el directivo a ISRAEL21c.

Oportunidades para los hombres

En paralelo, un número modesto pero creciente de hombres ultraortodoxos deja los estudios bíblicos de tiempo completo para volcarse al mundo laboral.

En su caso, el entrenamiento es más intenso que el de las mujeres porque los jóvenes  en la mayoría de las escuelas ultraortodoxas israelíes no aprenden matemáticas ni inglés, habilidades esenciales en las carreras de alta tecnología.

La JCT cuenta con un curso de preparación de un año para poner al día a los candidatos masculinos más prometedores antes de conseguir obtener títulos en profesiones que incluyen ciencias de la computación.

Unos 2.000 estudiantes ortodoxos -hombres y mujeres-, estudian en los campus separados por género de JCT.

Por su parte, la ONG ITWorks brinda capacitación profesional de alta tecnología a hombres ultraortodoxos desempleados o subempleados de 21 a 45 bajo contrato con el Ministerio de Trabajo.

Los cursos tienen lugar en los centros de empleo de las comunidades ortodoxas de Haifa, Safed, Modi’in Ilit, Beitar Ilit y Beit Shemesh.

Kama-Tech es otra organización sin fines de lucro que imparte cursos de ingeniería de software adaptados a los ultraortodoxos en cooperación con grandes empresas como Google, Cisco y EY.

“Boleto de entrada” a trabajos cibernéticos

Recientemente y para apoyar al floreciente sector de ciberseguridad de Israel, la Autoridad de Innovación de Israel, que financia capacitación de alta tecnología para poblaciones desfavorecidas, otorgó una subvención a la JCT para capacitar hasta 60 expertos cibernéticos ultraortodoxos masculinos y femeninos.

Los estudiantes pueden completar el curso de estudio independiente en línea dentro de ocho meses utilizando la ARC, una plataforma en línea basada en inteligencia artificial para enseñar profesiones cibernéticas de ITSafe, con sede en Tel Aviv.

Cofundada por los veteranos de la industria de la ciberseguridad israelí Amir Bar-El, Roman Zaikin y Shai Alfase, ITSafe opera en Israel, Brasil y próximamente en EEUU.

Bar-El le dijo a ISRAEL21c que normalmente los estudiantes ortodoxos no pueden conseguir trabajos en ciberseguridad porque el costo de la capacitación está más allá de sus posibilidades y no tienen la ventaja de haber servido en las unidades cibernéticas avanzadas de las Fuerzas de Defensa de Israel de donde las empresas locales de ciberseguridad reclutan talentos.

“Queríamos romper estas barreras para darles un boleto de entrada a otras poblaciones y lo hicimos construyendo la ARC”, añadió Bar-El, que expresó que

la ARC capacitó a miles de expertos cibernéticos que consiguieron certificaciones internacionales y fueron contratados por las principales empresas cibernéticas como Check Point”.

Fuente: ISRAEL21c

 

Compartir
Subscribirse
Notificarme de
guest

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

0 Comentarios
Inline Feedbacks
Ver todos los comentarios