Los gemelos sudafricanos Brandon-Lee y Tony-Lee Thulsie, de 23 años, planeaban atacar a personalidades y centros judíos en el país, según el fiscal, que les acusa de pertenecer al grupo terrorista Estado Islámico (EI).
Según la acusación, los hermanos, que intentaron sin éxito viajar a Oriente Medio para unirse al Estado Islámico, tenían en su posesión manuales de fabricación de explosivos caseros para atentar contra una escuela judía de Johannesburgo y contra el célebre dibujante judío sudafricano Jonathan Zapiro.
Las embajadas en Pretoria del Reino Unido, Estados Unidos y Rusia, así como mezquitas chiíes en Johannesburgo y la empresa armamentística sudafricana Denel figuraban asimismo, según el fiscal, entre sus objetivos, entre los que también se encontraba el prominente banquero de inversión de religión mosaica Roy Topol.
La Fiscalía presentó en julio pasado ante el juez fotografías de lo que parece ser un chaleco para cometer atentados suicidas y una pistola, aunque una familiar de los acusados aseguró que la fotografía fue tomada durante una partida de «paintball».
Uno de los hermanos, Tony-Lee Thulsie, está acusado de solicitar en 2016 dinero y asistencia a un militante del Estado Islámico en EEUU para la fabricación casera de explosivos, aunque el supuesto militante resultó ser un agente del FBI, cuyo testimonio será utilizado por el fiscal en el juicio contra los Thulsie.
Tony-Lee le dijo al agente que Sudáfrica era «parte de la guerra contra el terrorismo» por vender armas a los estados árabes y contribuir a las misiones militares de la Unión Africana (UA).
Siempre según la versión del agente, Thulsie afirmó que su país era un firme partidario de «los gays y la democracia» y le dijo que pensaba utilizar armas de fuego y explosivos en los ataques en suelo sudafricano.
Los dos supuestos terroristas, detenidos en julio de 2016, permanecen en prisión por riesgo de fuga. EFE
Ojalá en Sudáfrica haya la pena de muerte, pues estos malparidos lo merecen, definitivamente.