Por Tal Beeri
El 22 de enero, Hezbollah anunció que el jeque Muhammad Khalil Hammadi, a cargo del valle occidental de la Bekaa, había sido asesinado a tiros cuando salía de su casa en la ciudad de Machghara, en la Bekaa Occidental.
El incidente causó gran repercusión en el Líbano.
Se afirmó que el asesinato fue llevado a cabo tras un continuo seguimiento por parte del equipo de asesinos, cuyos miembros utilizaron armas largas.
Hasta el momento se desconoce la identidad de sus atacantes y no está claro el motivo de su asesinato.
Khalil Hammadi supervisaba y controlaba personalmente el dinero de la compensación pagado por Hezbollah a las víctimas de la guerra en el Valle de la Bekaa Occidental.
En nuestra opinión, existe una conexión directa entre su participación y responsabilidad en los asuntos financieros y su asesinato.
En un artículo reciente publicado por el canal de televisión Al Aad, se puede ver a Hammadi explicando que han terminado de distribuir más de 4.000 cheques de compensación para el 95 por ciento de las víctimas, por un total de más de 3 millones de dólares, de acuerdo con las encuestas y las pruebas de campo llevadas a cabo por el equipo de ingenieros del Valle de la Bekaa Occidental, que estaba bajo la responsabilidad de Hammadi.
A la luz de las circunstancias y del asesinato que tuvo lugar cerca de la finalización de los pagos de compensación, vemos una conexión directa entre las dos cuestiones, ya que es evidente que en los últimos tiempos hay una creciente frustración y amargura entre los partidarios de Hezbollah debido a la retraso en el pago de las indemnizaciones por los daños causados en la última guerra o la falta de pago de las indemnizaciones o en aquellos cuyas indemnizaciones no son suficientes para reconstruir las viviendas.
Además, muchos se quejaron del mecanismo de ayuda de Hezbollah: en muchas zonas, se pidió a las víctimas que repararan los daños con su propio dinero y presentaran los recibos a Hezbollah para recibir los reembolsos.
Este método provocó la ira de la base chií, que afirmaba que habían gastado todo su dinero durante la guerra pagando el alquiler o buscando refugio en otro lugar tras abandonar sus hogares en zonas donde habían intensos combates, como en el Valle de la Bekaa, donde Khalil Hammadi fue asesinado y, por lo tanto, no les quedaba dinero para pagar las renovaciones y reparaciones tras regresar a sus viviendas destruidas.
Los libaneses deben hacer lo mismo con todos los líderes asesinos terroristas de Hezbolá.