Pío XII, el papa que no quiso ver el humo de las chimeneas de Auschwitz

Miembros del Regimiento Real 22e de Canadá, en audiencia con el Papa Pío XII, tras la Liberación de Roma en 1944. Foto: Wikipedia - Dominio Público

Nadie supo explicar el silencio del Vaticano ante los crímenes perpetrados por los nazis. 

por Ricardo Angoso

Que el Estado del mundo que tiene más informantes y agentes del planeta, hasta en los lugares más recónditos, no condenara el Holocausto hasta que los campos de concentración no fueran liberados por los soviéticos o los norteamericanos, es algo más que sospechoso. El Vaticano tiene ojos y oídos en todos los pueblos y aldeas de Europa con miles de sacerdotes, curas y monjas dispersos por todo el continente. Entre esos miles de personas sirviendo jerárquicamente al papa al menos tuvo que haber alguien, entre 1933, en que los nazis llegan al gobierno, y 1945, en que los campos de concentración fueron liberados, que informara a sus obispos y después a Pío XII de los desmanes y crímenes que estaban perpetrando los alemanes.

Papa Pío XII – Foto: Michael Pitcairn – Wikipedia – Dominio Público

La figura de Eugenio Maria Giuseppe Giovanni Pacelli, más conocido como Pío XII, sin embargo, hay que juzgarla en su justo término, pues las condiciones y la época en que llegó a la máxima magistratura de la Iglesia católica eran muy complejas. Era el año 1939 y Europa era un hervidero. Acababa de morir Pío XI, Hitler ya se había anexionado los Sudetes y Austria y Francia y el Reino Unido, tras la firma de los vergonzosos Acuerdos de Múnich con las potencias fascistas para evitar una guerra, no querían verse involucrados en un conflicto con la Alemania fascista. 

Pío XII se enfrentó a una situación límite, pues apenas unos meses después de llegar al papado Hitler atacó y ocupó Polonia, el 1 de septiembre de 1939, y no olvidemos que el Vaticano se encontraba dentro de las fronteras de la Italia fascista. Benito Mussolini pagó ingentes cantidades de dinero al Vaticano para que reconociera a la Italia fascista y que el Papa Pío XI guardara silencio ante las tropelías cometidas por sus esbirros durante este periodo negro de la historia italiana.

Sin embargo, pese a la brutal represión emprendida por los nazis no solamente contra los judíos sino contra la Iglesia católica polaca, el Papa prefirió callar y mirar para otro lado, evitando toda manifestación pública y condena explícita. Esta misma tónica, de guardar silencio, se sucedió durante las sucesivas invasiones de varias naciones europeas por los nazis, como fueron los casos de los Países Bajos, Bélgica, Luxemburgo y Francia, donde a la ocupación alemana le sucedía la consiguiente persecución de sus poblaciones judías, tal como aconteció entre 1940 y 1944, en que la maquinaría criminal aceleró sus planes para la “solución final”, es decir, el exterminio de todos los judíos de Europa.

Según el historiador Michael Phayer, en su monumental obra The Catholic Church and the Holocaust, 1930-1965, el 18 de septiembre de 1942, Pío XII recibió una carta de Monseñor Montini (futuro Papa Pablo VI), en la que decía: “las masacres de los judíos alcanzan proporciones y formas espantosas”. Más tarde, ese mismo mes, Myron Taylor, representante de Estados Unidos en el Vaticano, advirtió a Pío XII que el “prestigio moral” del Vaticano estaba siendo herido por el silencio sobre las atrocidades europeas. Según Phayer, esta advertencia fue repetida simultáneamente por los representantes de Gran Bretaña, Brasil, Uruguay, Bélgica y Polonia acreditados ante el Vaticano.

PAPEL CONTROVERTIDO Y SILENCIOSO

En la Navidad de 1942, en su mensaje de felicitación navideña a sus fieles, Pío XII calló de nuevo, cuando las cámaras de gas funcionaban a pleno rendimiento. Unos meses más tarde, tal como recoge Phayer en su libro ya citado, en la primavera de 1943, Pirro Scavizzi, un sacerdote italiano, le dijo a Pío XII que el asesinato de los judíos era “ahora total”, incluso los ancianos y los niños estaban siendo destruidos “sin piedad”. Se dice que Pío XII se quebró y lloró incontroladamente.

Unos meses después, en julio de 1943, la situación se tornó más difícil para el Vaticano debido a la destitución de Mussolini por parte de los fascistas con la ayuda del rey italiano, Los norteamericanos ya habían desembarcado en suelo italiano y la guerra se estaba torciendo para las potencias del Eje, que también cosechaban algunas derrotas en los frentes del Este. Sin embargo, en agosto de 1943, sorpresivamente, Hitler libera a Mussolini e instala un régimen afín a sus intereses en el Norte de Italia denominado la “República Social Italiana”.

Alemania ocuparía casi la mitad de Italia, incluyendo a la Ciudad del Vaticano, entre julio de 1943 y junio de 1944, en que finalmente Roma es liberada por los norteamericanos. En estas circunstancias, con el Vaticano rodeado por las fuerzas alemanas, al Papa Pío XII le resultaba muy difícil condenar los terribles acontecimientos que se estaban sucediendo en la Europa ocupada por los nazis, especialmente en países muy católicos como Hungría, Polonia y los países bálticos, y de los que el sumo pontífice era buen conocedor en esos momentos. El papa temía que pudiera ser secuestrado por alemanes y razones no le faltaban, tal como han mostrado recientemente varias obras.

Por unas razones o por otras, el Vaticano no hizo nada por evitar la persecución de los judíos, ni siquiera en la Roma ocupada por los nazis, donde 1.021 judíos fueron deportados el 16 de octubre de 1943 en una auténtica cacería, y 839 de ellos fueron asesinados en campos de concentración y de exterminio. Un rabino que se opuso a la beatificación de Pío XII señalaba a este respecto: “No olvidamos las deportaciones de los judíos, y en particular el tren que el 16 de octubre de 1943 llevó a 1.021 deportados hasta Auschwitz desde la estación Tiburtina de Roma ante el mutismo de Pío XII”.

Hay documentada, sin embargo, una mediación papal para intentar aliviar la suerte de los judíos. Según asegura el historiador Ronald Rychlak, en noviembre de 1943, el nuncio Cesare Orsenigo habló con el líder del Tercer Reich en nombre del Papa Pío XII. En su conversación con Hitler, habló de la situación de los pueblos perseguidos en el Tercer Reich, aparentemente refiriéndose a los judíos. Esta conversación con el líder nazi no condujo a ningún éxito y durante gran parte de la conversación Hitler se limitó a ignorar a Orsenigo; se fue a la ventana y no le escuchó.

ARGUMENTOS A FAVOR Y EN CONTRA DEL PAPA

Tras la muerte de Pío XII, en 1958, se han escrito numerosas obras sobre el papel de Pío XII durante la Segunda Guerra Mundial y, en concreto, sobre su perfil silencioso durante el Holocausto. Entre los testimonios que hemos encontrado a su favor está el del historiador Joseph Lichten, de B’nai B’rith (organización judía dedicada a denunciar el antisemitismo y mantener viva la memoria del genocidio nazi), que ha documentado los supuestos esfuerzos de la la Santa Sede en favor de los hebreos perseguidos. Según el mismo Lichten, en septiembre de 1943, el papa ofreció bienes del Vaticano como rescate de judíos apresados por los nazis. También recuerda que, durante la ocupación alemana de Italia, la Iglesia, siguiendo instrucciones de Pío XII, escondió y alimentó a miles de judíos en la Ciudad del Vaticano y en el palacio de Castel Gandolfo, así como en templos y conventos. 

También el rabino jefe de Roma, Israel Zolli, se refugió en el Vaticano tras la ocupación nazi de Roma en 1943. A la llegada de las fuerzas aliadas a Roma, el 4 de junio de 1944, Israel Zolli reasumió el cargo de Gran Rabino y en el mes de julio siguiente celebró una ceremonia solemne en la Sinagoga, que fue transmitida por radio, para expresar públicamente la gratitud de la comunidad judía a Pío XII, por la ayuda prestada durante la persecución nazi. Además, el 25 de julio de 1944 acudió al Vaticano a una audiencia para agradecer oficialmente al Papa lo que, personalmente, o a través de los católicos, había hecho en favor de los judíos, acogiéndolos o escondiéndolos en conventos y monasterios, para salvarlos del odio racista de las SS, disminuyendo así el ya inmenso número de víctimas. 

Saul Friedlander, experto en historia del Tercer Reich, señalaba, a modo de conclusión: “La ambigüedad y la prudencia, atributos muy romanos, marcaron su actuación. Declaraciones genéricas contra el antisemitismo hizo varias. Pero casi siempre que se le pedía una condena concreta de la persecución judía, miraba hacia otro lado. En sus cartas de diciembre de 1940 al cardenal Bertram, de Breslau, y al obispo Preysing, de Berlín, Pío XII expresó su conmoción por el asesinato de los enfermos mentales. En ambos casos, y aparte de eso, sin embargo, no dijo nada de la persecución de los judíos”.

FUENTES CITADAS Y CONSULTADAS:

Enciclopedia británica:
https://www.britannica.com/biography/Pius-XII#toc236597

La Vanguardia:
https://www.lavanguardia.com/historiayvida/historia-contemporanea/20200222/473677152833/pio-xii-vaticano-archivo-holocausto.html

Wikipedia:
https://es.wikipedia.org/wiki/P%C3%ADo_XII_y_el_Holocausto#cite_note-155

El País:
https://elpais.com/diario/2009/12/27/domingo/1261889557_850215.html

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13 thoughts on “Pío XII, el papa que no quiso ver el humo de las chimeneas de Auschwitz”
  1. Si cuando los nazis perdieron y ya no tenian poder, los ayudaron desde el Vaticano y la Cruz Roja a escapar…. cuando los nazis tenían el poder los ayudaron a esconder y blanquear las riquezas robadas a los judios.

  2. No existe una manera racional, de lógica o lo que sea para disimular el profundo odio de Pio XII contra los judíos.ojalá se pudra en el Infierno.

  3. Muy cierto. Pero ahora se repite la misma situación, con papa bergoglio silencioso y cómplice ante la maldad de los comunistas en Venezuela, Cuba, Rusia y Nicaragua que matan a la oposición, encarcelan a obispos católicos, confiscan universidades jesuitas y roban dinero del heraldo del pueblo en nombre de Dios…. y que hace Mario. Nada, solo sonríe y gusta de la buena vida

  4. En la misma época del nazismo, y desde muchos años antes, en España fue la Iglesia Católica Española la que dirigía la ideología política de los españoles o los de derechas y fascistas. En España la secta ultracatólica del momento eran los jesuitas, los que más mandaban, los que dirigían un gran tinglado mass media, educacional y político para controlar a los españoles, la Asociación Católica de Propagandistas. Estos jesuitas no tenían nada que ver con los actuales jesuitas latinoamericanos «rojillos», como el Papa Francisco, eran de lo más intransigente y fascista que se podía encontrar, también tenían un partido político y hasta una organización paramilitar denominados los camisas verdes. Tenían cabecillas políticos en otros partidos como Onésimo Redondo en el partido fascista Falange, probablemente el falangista más antisemita de todos, tradujo una versión comentada de «Los protocolos de los sabios de Sion». Este fascista estaba muy próximo del líder de los jesuitas, que posteriormente se convirtió en cardenal, y enchufó a Onésimo Redondo en un trabajo en una universidad de Alemania. Falange a duras penas consiguió un diputado una vez en las elecciones democráticas, solo destacó por tener violentos asesinos financiados por fascistas empresarios españoles y las clases altas. Otro político de los jesuitas era Gil Robles, el gran líder de la CEDA, el partido donde los jesuitas estaban integrados con su partido “Acción Nacional” (o poco después denominado Acción Popular), aunque la CEDA se supone que era la derecha más moderada que hubo durante la Segunda República, a duras penas se distinguía de un partido fascista.

    Según un libro de Edmond Paris, entre las nazis alemanas los jesuitas tuvieron una gran influencia, aunque que se conozca solo intelectual, por ejemplo Joseph Goebbels era católico y admiraba a los jesuitas, al igual que el criminal líder nazi de las SS Heinrich Himmler. Joseph Goebbels estudió en un colegio jesuita y fue seminarista, es decir, quiso ser un sacerdote jesuita, antes de dedicarse a la literatura y la política. «En cada página y cada línea de sus escritos recuerda las enseñanzas de sus maestros, por tanto, recalca la obediencia y el desprecio de la verdad, debido al relativismo moral que extrajo de los jesuitas».

    1. pues ese fascista antisemita visceral que fue el tal Onesimo Redondo, uno de los introductores y fundadores del fascimo espanol.. tiene hoy un pueblo en la provincia de no se si segovia o valladolid , conocida en mi tierra como fachadolid ,que en su «honor»lleva su nombre, Quintanilla de Onsimo se llama el pueblo ese bastante importante en la zona viyivinicola de la Ribera de Duero… asi que os podeis imaginar que tipo de gente vive alla y en otras localidades de esa zona espanola conocida como Castilla

    2. los mayores y mas crueles matarifes, asi como el 90% ,durante el genocidio ocurrido en Europa en la primera mitad de los anos 40 del siglo pasado, procedian de las zonas catolicas (Baviera, Austria) del III Reich y eran todos catolicos, y la immnsa mayoria de ellos procedian de familias muy practicantes… empezando por Hitler…pasando por Himmler y acabando por Eichman o el Angel de la muerte Mengele.

  5. Otro que estudió con los jesuita fue el nazi belga Leon Degrelle, uno de los criminales nazis que encontró refugio en España, entre los fascistas y neonazis españoles difundía su particular ideología nazi de carácter muy católico. En Bélgica llamó a su partido Rexista por Reix, o que estaba al servicio de Cristo Rey. En unas declaraciones defendió la integración en el ejército nazi de los musulmanes del gran mufti de Jerusalén, Amin al Hussein, explicando que Hitler también era muy religioso, cristiano católico de nacimiento, solo que no era clerical, es decir, no comulgaba con la jerarquía católica.

    Curiosamente, durante la Segunda República el partido fascista Falange señaló de clericales, o también de judeomasones, a sus casi hermanos del partido CEDA, les acusaban de que estar al servicio del Vaticano o de la jerarquía oficial de la Iglesia Católica, que a su vez ya estaría prostituida por los poderes económicos y otros intereses, mientras que ellos, los falangistas, eran los católicos auténticos, los que conservaban las rancias costumbres católicas originales, más que seguramente copiadas de los cuentos medievales españoles o sobre todo de los Reyes Católicos que tanto les gusta, el símbolo del partido, el yugo y las flechas, es de los Reyes Católicos, junto con su lema o leitmotiv asociado: «Tanto monta, monta tanto», la versión a la española de «el fin justifica los medios», es decir, da exactamente igual cualquier medio que se emplee con tal de conseguir un objetivo.

  6. Evidentemente el Vaticano y los papas de aquellas épocas hicieron un Concordato con Hitler en 1933 y resolvieron la cuestión romana con Mussolini dándole apoyo a cambio de los terrenos del Vaticano que perdieron en 1798 por Napoleón a cambio exterminar a su rival religioso los judíos. No os fieis del Vaticano nunca cambia, solo ha cambiado de formas pero sigue siendo el mismo. Un saludo de un cristiano protestante Adventista del séptimo día. No os engañen con el ecumenismo os perseguirán cuando tomen de nuevo el dominio del mundo.

  7. bueno este era fascista como es bien conocido…pero el polaco que luego fue Papa como JuanPablo II paso toda la II guerra en Czestechova a pocos kilomrtros de Birkenau, y mucho mas cerca que el Papa fascista de aquel espantoso matadero y tampoco quiso saber nada de lo que salia por las chimeneas de Auschwich

  8. Vuelve la burra al trigo….
    Ojalá alguien reproduzca lo que dijo Golda Meir de ese Papa bueno…
    La iglesia católica holandesa se opuso radicalmente a los nazis ¿ cuants judíos pudo salvar?
    Este papa bueno haciendo tedeums pro Alemania salvo al menos a 700.000 judíos italianos.
    De lo que otro oyente habla de S. Juan Pablo II os recuerdo la cita » quien salva una vida ,salva al mundo entero» os acordáis del encuentro del Papa con la niña que cargo sobre sus hombros para salvarla, quizás sea poco para este sacerdote, pero es que el mayor claustro de religiosos católicos polacos estaba en Auschwitz…
    Quitando estas luces también hay sombras atroces , en Croacia un sacerdote católico dirigio un campo de concentración, participando activamente en la Shoa, en Alemania las iglesias protestantes alemanas , aplaudieron la quema de sinagogas como lo había proclamado Martin Lutero en sus escritos ,sujetos a su tiempo y lugar.
    Fue S. Juan Pablo II quien ante una Cruz pidió perdón por las ofensas y daños a los hermanos mayores en la Fe( los judios) y perdono las ofensas que quizás los judíos hubieran podido hacer.
    Recurrir una y otra vez a la cristianofobia de elementos radicales pro judíos es un recurso de los mitos.
    La realidad es que seres humanos han cometido actos inhumanos desde que estamos en esta pelota azul.
    Fanatismo, odio y afán de lucro con las vicimas: en argot policial movil, ocasión y beneficio, la naturaleza de la actitud criminal.

    1. ¿Haciendo tedeums pro Alemania salvó 700.000 judíos italianos? ¿De dónde es esa información? En Italia, durante la Segunda Guerra Mundial eran aproximadamente 50.000 judíos quienes vivían en ese país. ¿?

    2. los antisemitas , y antiserbios croatas, empezando por su asesino dictador Ante Pavelic, eran todos fervorosos catolicos del estilo Franco y sus secuaces , por supuesto recibieron total apoyo del Vaticano y de la jerarquia catolica , salvo excepciones… y entre los campos de la muerte que crearon para asesinar serbios, judios, gitanos … estaba el considerado como el campo mas (cosa que pareceria imposibe con lo que habia en Polonia), espeluznante de todos que los habia en Europa en esos anos, Jasenovac,. y eso que estamos hablando de unos anos en que estaban Treblinka, Maidanek, Birkanau y otros espantosos y siniestros matadoros en cadena que superan la imaginacion de la mas cruel y malvada maldad humana imaginable…. dicen que hasta algunos criminales nazis que visitaron ese campo croata , salieron impresionando por los horripilantes actos de crueldad y maldad que en ese campo de muerte dirigido por catilicos se producian

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