El ascenso al poder del Talibán, luego de veinte años de intervención estadounidense en Afganistán, shockeó al mundo. Las imágenes de miles de personas buscando escapar de Kabul fueron portada en todos los diarios del mundo y alertaron sobre el escenario que se abría en el país asiático.
Con el recuerdo fresco del dominio talibán entre 1996 y 2001, la ONU denunció asesinatos, saqueos y abusos contra mujeres. El embajador del gobierno afgano depuesto, Ghulam Isaczai apuntó contra la organización islamista por sus acciones contra la población de la capital.
“Los residentes de Kabul informan que los talibanes ya han iniciado búsquedas de casa en casa en algunos vecindarios, registrando nombres y buscando personas en su lista de objetivos. Ya hay informes de asesinatos selectivos y saqueos en la ciudad. Los ciudadanos viven en terror», reportó Isaczai.
Antonio Guterres, secretario general de la ONU, hizo un llamado al fin de la violencia y pidió a la comunidad internacional a velar por los derechos humanos de los afganos. “El mundo sigue los acontecimientos en Afganistán con el corazón apesadumbrado y una profunda inquietud por lo que se avecina. Los próximos días serán cruciales», dijo Guterres.
Isaczai también pidió por un corredor humanitario, a fin de permitir la retirada de aquellas personas que podrían estar en peligro. Esto incluye a militantes por los derechos humanos, exfuncionarios del gobierno depuesto y muchas mujeres profesionales.
El Consejo de Seguridad de la ONU aprobó un documento elaborado por Noruega y Estonia. En él, se llama a «conversaciones urgentes para resolver la actual crisis de autoridad en el país y llegar a un arreglo pacífico a través de un proceso de reconciliación nacional dirigido por los afganos«.
Además, pide explícitamente la participación de las mujeres en el proceso.