Los partidos Sionismo Religioso, Shas y Judaísmo Unido de la Torá negocian con el Likud una claúsula que podría impactar fuertemente en la diáspora en caso de ser aprobada.
Los partidos, representantes de los sectores más religiosos quieren modificar la Ley de Retorno para ajustarla a la definición halájica (religiosa) de judaísmo, es decir, personas nacidas de madre judía.
La demanda es eliminar la cláusula del abuelo, que permite que cualquier persona con al menos un abuelo judío se mude a Israel y reciba la ciudadanía israelí de inmediato. Esta cláusula se basa en las leyes raciales de la Alemania nazi, como forma de reconocer a quienes hubieran sido víctimas de ese régimen.
Según el Canal 13, un funcionario del Likud adviritió que esta es una demanda que podría provocar un fuerte rechazo de comunidades diaspóricas, fundamentalmente de Estados Unidos y de la ex Unión Soviética.
Los partidos religiosos también exigen la aprobación de la Cláusula de Anulación que permitiría a la Knéset volver a aprobar leyes anuladas por la Corte Suprema.