París expone el rol crucial de la diplomacia en Alemania ante el Holocausto

Abogado judío obligado por militantes nazis a caminar descalzo por las calles de Munich en marzo de 1933 con un cartel que reza "Jamás volveré a presentar una denuncia a la policía" Foto: Heinrich Sanden Bundesarchiv, Bild CC BY-SA 3.0 vía Wikimedia

El rol de la diplomacia en Alemania fue crucial para salvar la vida a judíos durante la persecución de los nazis en la Segunda Guerra Mundial. Una exposición en París analiza el papel de los diplomáticos desde la llegada al poder de Adolf Hitler, en 1933, hasta la posguerra.

El liderazgo nazi hizo que los países requirieran la presencia de diplomáticos en Alemania capaces de comunicarse en alemán y con suficiente experiencia para relacionarse con los mandatarios del régimen y conseguir información de primera mano.

Aunque «la mayoría de los destinados en Europa durante la guerra no hicieron nada en particular con respecto a la cuestión judía», los diplomáticos fueron los primeros denunciantes de su persecución y «testigos privilegiados del aumento de los peligros para ellos», explica el Museo Memorial del Holocausto en París.

Su exposición «Los diplomáticos frente a la Shoah», abierta desde hoy, martes, hasta el próximo 8 de mayo, refleja que su actuación dependió de la situación de su respectivo país en ese conflicto (1939-1945).

«Trataron de defender los intereses y la posición del Estado que representaban frente a la política expansionista nazi. También colaboraban o trataban de mantener su posición profesional», señaló a la prensa el curador Jean-Marc Dreyfus.

Muchos intentaron también alertar sobre la naturaleza inédita del régimen nazi, «para muchos una mezcla de fascinación y repulsión», y sobre los riesgos del régimen en Europa y sobre el futuro de los judíos.

«Continúa (el régimen alemán) con un método implacable y un odio feroz» hacia los judíos, escribía en abril de 1933 Pierre Arnal, consejero de la embajada de Francia en Berlín.

Las comunicaciones de esos representantes detallaban las medidas establecidas por Hitler: leyes antisemitas, exclusiones profesionales, internamientos arbitrarios, humillaciones y violencias en las calles.

LA DIPLOMACIA Y LA PRENSA

El trabajo de los periodistas extranjeros en Alemania en los años 30 se estudia desde hace tiempo, pero la labor de los diplomáticos solo comenzó a ser considerada «recientemente» por la dificultad de acceder a los documentos diplomáticos, que están dispersos en archivos nacionales de todo el mundo.

Hubo actitudes diversas a nivel individual que reflejan la toma de conciencia o acciones y actitudes morales diferentes como tratar de salvar a judíos «mediante la concesión de visados para huir», explica Claire Mouradian, una de las curadoras de la muestra.

«Es difícil desobedecer cuando se es un funcionario del Estado, cuando se representa a un país y la política de un país en alguna parte del mundo», afirma.

En el caso de los diplomáticos alemanes, jugaban casi un papel de «asesinos» puesto que «también participaban de la destrucción de los judíos en Europa en aquellos países en que están acreditados», sostiene Mouradian.

La muestra incluye elementos audiovisuales, fotografías, documentos diplomáticos oficiales o varios pasaportes originales de los judíos.

Por otra parte, explica el contexto histórico-social de los países no neutrales del régimen.

«Tratamos de verlo de una manera un poco multilateral y de mostrar un poco una geopolítica del Holocausto en función de la posición en el conflicto de cada país o dependiendo del nivel de densidad de semitismo. Depende de muchos factores», concluye Mouradian. EFE

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