Rab. Gustavo Surazski *
Exposición a la Santidad
…Y al día octavo, será circuncidada la carne de su prepucio (VaIkrá 12, 2-3)
¿Por qué la mitzvá del Brit Milá se cumple al día octavo y no al séptimo?
La respuesta la trae el Midrash (Mejiltá Shemot 31) cuando dice: ¡Cuán importante es el Shabat, que el niño no es circuncidado sino luego de que un Shabat pasa sobre él!.
El Brit Milá, al día octavo, asegura que ese niño sea elevado por un Shabat antes de ingresar al pacto de Abraham.
Es una idea sumamente profunda la que nos acerca el Midrash. Los valores sagrados de nuestra tradición -nos dice- tienen el poder de agregar un plus a nuestra existencia.
Algo similar ocurre con las leyes respectivas a la escritura del Sofer. Seguramente sabrán que los nombres de Di-s no pueden borrarse. Tomemos por ejemplo el nombre Elo-him. La palabra Elo-him, esta claro, no puede borrarse. Ahora…¿Qué ocurre si se trata de la palabra Le-Elo-him? ¿Puedo borrar esa letra lamed? Y…¿qué pasará si está escrito Elo-henu? ¿Puedo borrar la nun y la vav?
La Halajá es contundente. Toda letra escrita antes de un Nombre (como la lamed de LeElohim), puede ser borrada. Pero toda letra escrita después del Nombre (como la nun y la vav de Elohenu) no puede borrarse ya que el Nombre que las precede las consagra y les confiere santidad.
Hace unos años en Argentina, después de participar en la postura de tefilín de un joven Bar Mitzvá, se me acercó un conocido y me dijo:
‘¿Para qué hacemos todo esto?
Este joven -posiblemente- no se coloque tefilin nunca más en su vida. ¡Los tefilín ni siquiera son suyos! ¡Esto es un circo!’.
Me vi tentado a decirle que tenía razón. Pero no. Realmente no lo creo así.
Creo fervientemente en el poder transformador de la santidad y de los valores sagrados de nuestra tradición.
Aun cuando un joven haya decidido ese jueves al levantarse que nunca más colocará sus tefilín, creo que el sólo hecho de colocarlos tiene el poder de vencer su resistencia.
Tal vez no lo haga…Pero nadie sabe en qué momento una chispa comienza a hacerse fuego.
A eso lo llamo ‘Exposición a la santidad’.
La misma exposición que tiene una criatura cuando pasa por el Shabat antes de incesar al pacto de Abraham. La misma exposición que tiene la nun y la vav escritas después de uno de los sagrados Nombres de Di-s. La misma exposición que tiene un joven cuando coloca sus tefilín por primera vez en su vida.
* Rabino de la comunidad Netzach Israel – Ashkelon ■