Parashat Bo y Beshalaj. Cercanía y reflexión.

28 enero, 2024 , ,
Foto: Wikipedia - CC BY 2.0

“Cantaré al Eterno, porque es muy excelso; al caballo y a su jinete lanzó al mar”.
Libro del Éxodo 15: 1

Juntitas.

Dicen los sabios que cuando dos capítulos o temas se encuentran juntos, seguidos, o cercanos en su ubicación en el texto bíblico, hay una relación evidente u oculta a buscar entre ellos.

Y seguramente, hay miles de relaciones que uno puede establecer, con esas líneas invisibles pero reales que surcan las Sagradas Escrituras, y conforman un tejido de donde brotan explicaciones e ideas desde todas las direcciones.

No creo ser novedoso, pero nuevamente intentaré comentar o exponer lo que me llama la atención de estos dos capítulos del segundo libro del Pentateuco.

Bo o el golpe de gracia.

Esta parashá contiene las 3 últimas plagas que terminan de rematar (liquidar) la resistencia del Faraón Egipcio a dejar ir al pueblo hebreo.

Se trata de la plaga de las langostas, la oscuridad, y obvio la última y directa a la cabeza del regente que es la muerte de los primogénitos.

La palabra “Bo” es “ve” o un imperativo, tal como una orden que Moshé necesitaba escuchar para poder superar sus miedos y dudas y poder finalmente plantarse frente al Faraón y toda su corte y guardia.

Beshalaj y la consecuencia.

El versículo inicial dice: “Y sucedió cuando el Faraón envió fuera al pueblo,” … Es decir, producto de ese “Bo” vimos Beshalaj. Es decir, soltó el Imperio a su presa, y el cuerpo físico pudo salir de la esclavitud humana, y el alma pudo empezar a liberarse de la esclavitud del cuerpo.

Es decir, se requirió de pruebas, plagas, angustia, lágrimas, temor y obvio también una buena dosis de valor y emuná (fe o convicción de Moshé, de Najshón de la tribu de Judá y de los huesos de Yosef) para poder comenzar a obtener esa libertad física y espiritual tan anhelada.

La libertad y su costo.

Poder vivir en una situación de libertad, es decir sin ataduras, ni amenazas, y solo bajo una ley justa y que de protección a los individuos, requiere de sacrificio y tiene su costo.

Como seres sintientes, desearíamos que fuera de otra forma, pero la Torá que es la vida misma y realidad misma que se ha impuesto a la persona nos dice lo contrario.

Llegados a este punto, cito unas palabras de mi querido tío Mario, él me dijo en cierta ocasión: “las cosas valen de acuerdo a lo que estamos dispuestos a dar por ellas”. Y si bien se refería a un precio de un objeto en una subasta, podríamos y con mucha razón trasladarlo a cualquier otra situación de la existencia.

La gloria y el riesgo. Final.

Reitero, Bo como causa y Beshalaj como consecuencia. Y no cabe duda que no hay gloria sin riesgo y sin un costo. Lo vemos en directo desde el 7-10, hoy en nuestro presente como del miedo y la confusión inicial, miles de soldados han logrado con una dosis de valentía, esfuerzo y entrega increíbles, dar vuelta la situación. Aún con un costo elevado en pérdidas de vidas, han arrinconado a Hamás, y motorizado a muchos en todo el globo, antisemitas disfrazados que no saben como parar el golpe de gracia, para poder robarle la victoria a Israel.

Protestas, atentados e intimidaciones y hasta corte Penal Internacional que, con la excusa de proteger a la población civil, desean dar una vía de escape a los asesinos y violadores.

Hoy por hoy, se ve con mucha mayor claridad, el peligro de un Estado Palestino Propio que, con su hostilidad histórica hacia Israel, podría contar con un ejército propio, y establecer bases en tierra de cientos de soldados de Irán a pocos kilómetros de los mayores centros poblados de Israel. Ya que cada Estado tiene su propio derecho sobre su territorio.

El Estado Palestino es la excusa y el medio para destruir a Israel por etapas. El Estado Palestino no es la solución del problema.

Para concluir, D’os ahoga al jinete y a su caballo. Y la pregunta que emana: ¿ Qué culpa tiene el caballo? Y lo que varios rabinos me han contestado es que el caballo representa al participe necesario. Aquel que es un medio y ayuda al jinete a cometer el crimen. El que ayuda al asesino, y le da colaboración, le da movilidad y asistencia. Y dado que la Torá es enseñanza, nos muestra a cada persona, e incluidos los judíos que no debemos aliarnos o ayudar en causas que no son justas o que tienen intereses desviados o degenerados.

Aún en nuestra comunidad en Buenos Aires, vemos ciertas asociaciones donde aparecen judíos de apellido que adhieren a grupos cuyas actividades caen en el rango o categoría de mafias o asociaciones ilícitas, a los fines de lucrar y obtener dinero, a costa del sufrimiento ajeno. En el pasado fue la Tzvi Migdal o trata de blancas y hoy, en el presente, cobra nuevos maquillajes que no es el momento ni el tiempo de especificar. Pero que muchos no -judíos me han consultado y obvio motoriza desgracias internas en la comunidad, profanación del nombre de D’os y obvio antisemitismo.

Y con estas palabras me despido.

Shavúa Tov y ¡Am Israel Jai!

Dr. Natalio Daitch

Compartir

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.