Países árabes piden implicación internacional para la seguridad del Golfo Pérsico

Marino estadounidense vigila el Estrecho de Ormuz Foto: Aaron Ansarov Marina de EE.UU. Wikimedia Dominio Público

El Gobierno de Arabia Saudita y los países árabes llamaron a la comunidad internacional a que asuma sus «responsabilidades» y garantice la seguridad de las rutas marítimas y de los barcos comerciales tras una denuncia de sabotaje contra varios buques en momentos de aumento de la tensión en el golfo Pérsico.

Apenas tres días después de que la Autoridad Marítima de Estados Unidos advirtiera sobre posibles actos de sabotaje de «Irán o sus intermediarios locales» contra naves comerciales en el golfo Pérsico, Emiratos Árabes Unidos denunció ayer el sabotaje contra cuatro barcos al este del emirato de Fujairah.

El ministro de Energía, Industria y Recursos Minerales saudita, Khalid al Falih, informó de que dos barcos cisterna del país fueron saboteados en esa zona, en alusión a una serie de explosiones.

En su declaración, recogida por los medios oficiales sauditas, el ministro señaló que hubo «daños significativos», que no especificó, aunque resaltó que no se registraron víctimas.

«Afortunadamente, el ataque no causó víctimas ni derrames de petróleo, pero en cualquier caso ocasionó daños significativos a las estructuras de los dos barcos», indicó el ministro.

Al Falih consideró que el ataque buscaba socavar la libertad de navegación marítima y la seguridad en el suministro de combustible a los consumidores de todo el mundo.

Por ello, destacó la «responsabilidad compartida» de la comunidad internacional a la hora de proteger la seguridad de navegación y de los petroleros.

Según Al Falih, uno de los buques fue saboteado cuando se dirigía a cargar crudo saudita en el puerto de Ras Tanura para entregar a clientes de la petrolera estatal Aramco en Estados Unidos.

El incidente y la consiguiente reacción se producen en momentos en que Estados Unidos está desplazando a la zona al USS «Abraham Lincoln», un portaaviones nuclear de la clase Nimitz, y el buque anfibio USS «Arlington», además de misiles Patriot y bombarderos.

El envío de estos barcos, según el Pentagono, se debe a «indicaciones» de que Irán se prepara para «llevar a cabo operaciones ofensivas contra fuerzas e intereses estadounidenses en la región», algo que ha rechazado Teherán.

El pasado jueves, la autoridad marítima estadounidense advirtió de posibles ataques contra «barcos comerciales, incluyendo petroleros, o buques militares estadounidenses en el mar Rojo, en el estrecho de Bab al Mandab y en el golfo Pérsico».

Coincidencia o no, lo cierto es que la denuncia del ataque ha llevado a saudíitas y emiratíes a solicitar la implicación internacional en momentos de nuevas tensiones con Teherán después de que EEUU anunciara en abril el fin de las exenciones a la compra de crudo iraní.

Las autoridades emiratíes llamaron ayer a la comunidad internacional a «asumir las responsabilidades» de evitar actos de sabotaje como los denunciados por parte de quienes intentan socavar la seguridad del tráfico marítimo, en una velada referencia a Irán.

El viceministro de Exteriores emiratí, Anwar Gargash, indicó hoy en Twitter que la investigación del ataque a los cuatro buques se está realizando «profesionalmente, y las verdades se revelarán».

Dijo que el gran «apoyo y respaldo» a Emiratos «tras el accidente de sabotaje premeditado a cuatro buques en nuestra agua regional» se debe a la postura de su país en apoyo de «la paz y la estabilidad».

La Liga Árabe reaccionó también alertando de que «estos actos criminales se consideran como una violación peligrosa de la libertad y la seguridad de las vías de comercio y del transporte marítimo».

El secretario general del mecanismo panárabe, Ahmed Abulgueit, condenó los actos afirmando que la amenaza contra las fronteras terrestres o marítimas de cualquier país miembro de la Liga supone una violación «inaceptable de la seguridad árabe nacional».

El analista político del Centro de Investigación y Estudios Islámicos Rey Faisal, Hisham al Ghannam, consideró que estos incidentes son «una escalada peligrosa, pero hasta ahora no se puede acusar a nadie».

«El estilo y la manera iraní son muy claros y se pueden ver en un ataque como este, así como en su celebración por parte de algunos funcionarios iraníes y los medios de comunicación que están afiliados a Irán», indicó el analista del centro de pensamiento saudita.

«Esto es un acto alarmante y preocupante», agregó. EFE

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