Otro malagueño a la presidencia de la Federación de Comunidades Judías de España

13 abril, 2024 , , ,
Isaac Benzaquén, el presidente saliente de la FCJE, durante una manifestación por Israel en Madrid el pasado año. (Foto: Elías Levy Benarroch)

Elías Levy Benarroch

La Federación de Comunidades Judías de España (FCJE) elige mañana domingo a su próximo presidente, cargo para el que sólo ha presentado candidatura el ex teniente alcalde de Torremolinos David Obadía, actual presidente de la Comunidad Judía de Málaga (sur).

David Obadía, candidato único a la presidencia de la FCJE (Foto: Ayuntamiento Torremolinos)

Nacido en Melilla en 1961, Obadía deberá ser votado para el cargo en una Asamblea en la que se pronunciarán los presidentes de las catorce comunidades miembro de esa Federación, cada uno con un porcentaje de voto diferente en base a su tamaño. Fundada en 1982, la Federación es el máximo órgano representativo del judaísmo español.

Si no hay ningún inconveniente u oposición de último momento, Obadía, un emprendedor que estos últimos años ha pasado por la escena política en la provincia de Málaga, sustituirá en el cargo al también malagueño Isaac Benzaquén, que en los últimos seis meses ha tenido que afrontar un rampante antisemitismo en la sociedad a raíz de la guerra de Israel contra Hamás por la masacre del 7-O.

VIDA POLÍTICA

Obadía, que tiene estudios de Derecho, ha sido gestor y emprendedor en varios sectores antes de entrar en el mundo de la política andaluza por la plataforma liberal “Ciudadanos”. De 2015 a 2018 fue asesor de Alcaldía y, en 2019, fue elegido concejal y portavoz en el Ayuntamiento de Torremolinos, vecino a Málaga.

En diciembre de 2021 se sumó a una moción de censura en ese Municipio que tumbó el gobierno de izquierdas de entonces, y se incorporó al equipo de Gobierno como teniente alcalde y concejal del Área de Fomento bajo el mando de una alcaldesa conservadora.

En marzo de 2023, el que será casi con certeza Presidente de la FCJE a partir de mañana anunció que no concurriría como candidato de “Ciudadanos” a la Alcaldía y que abandonaba la política “por motivos personales y familiares”.

ACTIVISMO COMUNITARIO JUDÍO

“Davichi”, como es conocido popularmente Obadía, también tiene a sus espaldas una amplia actividad de liderazgo en la escena judía malagueña y española.

De 2009 a 2017 fue presidente de la Comunidad Judía de Torremolinos -de la que es presidente honorario-, y desde hace unos años lo es de la vecina Comunidad Judía de Málaga. Se trata de comunidades relativamente pequeñas en comparación con las de Madrid o Barcelona, pero Málaga es la tercera más grande del país.

También ha sido, según su página de Facebook, vicepresidente de la Comisión Ejecutiva de la FCJE.

Desde esos cargos ha impulsado el desarrollo de las crecientes comunidades judías sureñas, que en las últimas décadas se han visto impulsadas por la migración desde las vecinas Melilla y Ceuta, el norte de Marruecos, y la llegada de miles de israelíes y extranjeros que se radicaron en la famosa Costa del Sol, la gran mayoría aún no integrados en las instituciones judías.

También ha fomentado una especial relación de cordialidad con las comunidades musulmanas en la misma zona.

Obadía prefiere no hacer declaraciones antes de ser elegido oficialmente, pero -asegura- que “no hay que escarbar mucho” y “cualquiera que me conozca un poco de Melilla, Málaga y Torremolinos, sabe cuál es mi vida y mi currículo comunitario”.

“Llevo vinculado a la Federación un montón de años, no me he caído de un árbol y ha saltado de Torremolinos a la Federación», subraya en una breve conversación telefónica con Aurora sobre su actividad comunitaria, sin entrar en matices electorales, políticos ni institucionales.

RETOS DE LA FCJE

El nombre de Obadía para la próxima presidencia de FCJE está en el aire desde que, hace ya meses, Benzaquén, de 73 años y que entró en funciones en mayo de 2020, anunciara que no tenía intenciones de renovar mandato.

Durante su gestión, caracterizada por un impulso del diálogo interreligioso, el presidente saliente debió gestionar el duro impacto de la covid-19 en las comunidades judías españolas y la continuidad de la vida judía en condiciones de confinamiento; seguir hasta su final la aplicación de la Ley de nacionalidad de sefardíes, ya extinta para nuevos casos; y, más recientemente, combatir el creciente antisemitismo en las calles españolas por la guerra en Gaza.

En los últimos tres meses, también intentó abordar una amplia reforma de los estatutos de la FCJE para hacer frente a nuevos retos comunitarios y, entre muchos de ellos, el de intentar dar cabida a cinco organizaciones masortíes y reformistas -de mayoría ashkenazí- que tienen desde años un estatus de “asociadas”. Esta condición les hace sentir discriminados porque, por un lado, la Federación dice representar a todos los judíos del país y recibe fondos públicos del Estado por todos ellos (unos 45.000); pero por el otro, no las incluye en el reparto de ayudas ni en los procesos de toma de decisión.

En ese sentido, el proyecto de lo que hubiera sido un hito en la historia judía contemporánea de España, fue retirado de votación en el último momento por el tajante rechazo de los grupos más conservadores a un cambio que va en contra de su visión e identidad ortodoxa del judaísmo a escala local y nacional. Y fue trasladado a comisión para un análisis exhaustivo que combine los intereses de sus socios sefardíes más antiguos, con las aspiraciones de membresía por parte de las comunidades ashkenazíes más progresistas y nuevas.

Obadía, que a lo largo de su carrera política se ha definido como una persona que se inclina por el diálogo y la conciliación, más que por la “confrontación” que “no conduce a nada”, hereda pues un escenario comunitario desafiante a nivel interno: el de una creciente pluralidad judía en España y el de completar la plena internacionalización de la FCJE en foros judíos transnacionales.

Ciertamente, no lo tendrá más fácil a nivel externo dados los acontecimientos en Oriente Medio, encontrándose un posicionamiento notoriamente anti-israelí en una parte considerable de la sociedad española que lo manifiesta bajo ofensivos criterios antisemitas. Ni el Gobierno español, ni tampoco los autonómicos -con la excepción del de Madrid-, han hecho el más mínimo esfuerzo o declaración pública por frenar esta lacra. Es más, desde el propio Gobierno nacional, varios ministros de la formación izquierdista Sumar han alentado el fenómeno con infundadas comparaciones entre Israel y la Alemania nazi, sin que el presidente Pedro Sánchez los llamara al orden (al menos no en público). Tampoco ayudará a relajar el ambiente la iniciativa del Gobierno español de reconocer el Estado palestino.

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