¿Ordenar o hablar? Tzav. Reflexión

3 abril, 2024 , ,
Foto: Pixabay

El Eterno habló a Moshé, para decir: “Ordena a Aharón y a sus hijos para decir: Esta es la ley de la ofrenda de ascensión”. 
Levítico 6: 1-2

Ordenar. Significado

La palabra ordenar proviene del latín, y se explica como colocar algo o a alguien de acuerdo a un plan de un modo conveniente. Y en verdad Tzav, es en hebreo una palabra que expresa un modo imperativo (expresa mandatos, solicitudes, ruegos o deseos).

Hablar y ordenar.

No cabe duda que hay diferencias entre hablar y ordenar. Las órdenes deben cumplirse, y difícilmente pueden apelarse o esquivarse sin consecuencias.

Podemos hablar, conversar e intercambiar opiniones e ideas, y esto está en la Torá. Pero el infinito también ordena, ya que siendo Él el fabricante y creador, conoce la naturaleza y tendencia que subyace en el ser creado. Sus limitaciones, frenos, su Yetzer hará o mal instinto y sus debilidades y excusas.

La Vaca roja. No hay excusas.

El Rey de Reyes, que decimos es: “nuestro padre, nuestro Rey”, se comporta y nos lo revela en forma dual. En ocasiones como un padre cercano, y en otras ocasiones como un Rey que ordena desde el interior de su palacio.

Jukim y mishpatim, es decir leyes (entendibles al intelecto humano), y otros jukim (decretos) que no lo son, o permanecen como una cerradura que no tiene llave, marcan una distancia entre la divinidad y el ser de carne y hueso.

No procastinar.

Hashem le da una orden a Moshé y a Aarón. La tarea del Tabernáculo debe comenzar ya, ahora, y no debe haber procastinación que significa diferir o aplazar el trabajo. La tarea no debe postergarse. Debe realizarse en caliente como decía mi madre Aida k. de Daitch Z»L.

Y si el general ordena, los soldados debemos marchar.

Como lo hacen los combatientes en la batalla. Eso no implica que el Superior desee su mal o su muerte. Se trata de una necesidad impostergable.

La orden y lo incomprensible. Final.

Y su acatamiento, es parte de la fe judía. La creencia y la confianza, o la convicción que todo lo que nos pasa (y los mandamientos) es o son para nuestro bien. Y todo lo que se nos pide es para nuestro beneficio, aunque de movida no lo podamos entender.

Y concluyo, siendo que hoy soy profesional, cuanto les debo a mis padres, que desde su pobreza me motorizaron a estudiar, y su experiencia de vida, les hacía ver lo que antes en mi juventud yo no podía ver, y hoy luego de varias décadas me aparece tan diáfano y claro.

El esfuerzo de ellos no fue en balde. De igual forma el Anciano de los días dicta normas que nos limitan y en ocasiones un poco nos incomodan, pero en el fondo y al final del camino podemos ver que todo es para nuestro bien. Y solo estaban motivados por el inmenso amor que los verdaderos y buenos padres sienten y desean para sus hijos.

Para terminar la palabra Ahavá o amor se inicia con la consonante Alef que es “Uno” (aquello que no entra en la cuenta con nada ni nadie) o D’os. Sin la participación del Todopoderoso no puede existir un verdadero amor.

También (para cerrar el círculo) la palabra Tzav (orden) encierra y oculta una motivación de amor y de bien, aunque en la superficie y en el momento no lo podamos entender.

Shavua Tov!

Dr. Natalio Daitch

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