Foto: Portavoz de las Fuerzas de Defensa de Israel

Por Udi Dekel

• El establishment de seguridad cumplió con los objetivos establecidos por el estamento político: eliminar la amenaza de ataque con fuego de misiles antitanque contra blancos israelíes en el área cercana a la frontera con Gaza; asestar un duro golpe a la Yihad Islámica y debilitarla, presentando un final que apunta a frenar a otros elementos terroristas.

• Se mantuvo la política de diferenciación, que busca principalmente reducir las afinidades entre los escenarios de la lucha palestina, aunque la cuestión será puesta a prueba en el futuro.

• Hamás se mantuvo al margen de la campaña y aparentemente fue excluido de las conversaciones de alto el fuego mantenidas con la mediación egipcia. Esto desafía su imagen como líder del campo de la “resistencia”.

• Durante la operación, las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) atacaron más de 165 objetivos de la YIP: puestos y posiciones militares, fosos y escuadrones de lanzamiento de cohetes, talleres de producción y ensamblaje de cohetes y morteros, y almacenes de municiones. Lo más destacado fue la eliminación del alto mando de la organización en la Franja. Hubo 44 muertos del lado palestino, pero los daños colaterales fueron mínimos.

• El sistema antimisiles Cúpula de Hierro interceptó alrededor de 300 cohetes que se dirigían a blancos en Israel, con una tasa de éxito del 96 por ciento.

• Israel dictó el momento de apertura y las condiciones para el final de la campaña, y no se dañó la legitimidad internacional de su derecho a la autodefensa.

La Yihad Islámica no logró sus objetivos:

• Fracasó en posicionarse como líder de la resistencia palestina y unir las filas de los elementos de la resistencia, y se quedó solo en la campaña. No obtuvo apoyo en el mundo árabe, probablemente debido a la actitud hacia el grupo como representante de Irán.

• No logró encender una escalada en los otros escenarios, a pesar del nombre que le dio al conflicto: “Zonas Unidas”. Las poblaciones de Gaza, Cisjordania y Jerusalén oriental, así como la calle árabe en Israel, permanecieron inactivas.

• Fracasó en su intento de reproducir los movimientos de Hamas y su intención de lograr una imagen de “protector de [la mezquita de] al Aqsa” lanzando cohetes hacia Jerusalén en Tisha B’Av.

• Lanzó andanadas de alrededor de 1.000 cohetes hacia el territorio israelí en dos días y medio de combates, pero la destrucción causada fue menor, sin víctimas mortales entre los ciudadanos israelíes. Más de 160 cohetes cayeron en el territorio de la propia Franja de Gaza e hirieron a palestinos que no estaban involucrados.

Al mismo tiempo, tres reservas:

• En los conflictos asimétricos, no es posible lograr una decisión en la que el enemigo declare que ha sido privado de la capacidad y/o el deseo de continuar combatiendo al día siguiente. Los logros de la operación no mejoraron la situación de Israel, tanto la seguridad actual como la estratégica, ni aliviaron la sensación de ausencia de una posible solución al problema palestino. Además, ha aumentado la dependencia de Israel de la mediación egipcia.

• La estrategia general de Israel hacia la Franja de Gaza y Hamás no ha cambiado y la sensación de seguridad de los ciudadanos israelíes, especialmente en el perímetro de Gaza, sigue siendo cuestionada. La expectativa de que Hamás, la parte responsable en la Franja de Gaza, que se beneficia de la política de Israel de beneficios ampliados y la usa para fortalecer su posición, frenará a otros elementos terroristas para preservar la calma se ha disuelto. Hamás salió intacto, y los beneficios que le da Israel y su imagen como líder en el sistema palestino no se han erosionado.

• Los términos del alto el fuego dejaron abierto el problema que condujo a la escalada: la liberación de los presos de la YIP (Bassam al-Saadi y la huelga de hambre de Khalil Awawdeh). El secretario general de YIP, Al Nakhalah anunció al final que “si el enemigo no se compromete a cumplir con las demandas que acordó, consideraremos esto como una violación del acuerdo y reanudaremos la campaña”.

Fuente: INSS The Institute for National Security Studies

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