Odesa, pieza clave en la estrategia rusa contra Ucrania

16 mayo, 2022 , , , ,
Fotografía por satélite del Mar Negro - Foto: Wikipedia - Dominio Público

Ricardo Angoso

Con su  previsible caída, un gran corredor territorial desde las regiones ocupadas en el Donbás hasta casi la frontera de este país con Moldavia, pasando por Crimea y Mariúpol. El riesgo de una previsible anexión de la región ocupada  e “independiente” de Transnistria sigue sobre la mesa y desbordaría los límites territoriales del conflicto.

Pese al estancamiento de la ofensiva de Moscú en el Donbás y algunos reveses en otras partes de Ucrania, que podrían haber costado miles de bajas al Ejército ruso -pese a que Moscú no aporta datos fiables sobre los caídos en la guerra-, los últimos ataques y bombardeos rusos sobre la ciudad de Odesa hacen presagiar los más negros augurios. Una vez que haya caído totalmente Mariúpol, que sigue ofreciendo algunas bolsas de resistencia al ocupante ruso, Rusia podría dirigir sus fuerzas, por tierra, mar y aire, hacia la ciudad de Odesa.

Odesa, junto con el puerto de Mariúpol, constituye la salida natural de Ucrania al Mar Negro y de consumarse su previsible ocupación por parte rusa, le sustraería a este país de sus dos principales puertos con los que se comunica con la economía global. Odesa, además, se encuentra muy cerca de la frontera con Moldavia y muy cerca de la región separatista y alzada en armas de Transnistria. De consumarse la ocupación de Odesa, algo que no se produciría de la noche a la mañana, dados los problemas que está encontrando los rusos en su guerra contra Ucrania y también por la heroica resistencia que ofrecen los ucranios, esta ciudad está a menos de cien kilómetros de la capital de Transnistria, Tiraspol, y podría constituir una excelente  base militar para continuar Rusia con su campaña militar. Una anexión de esta región por parte de Rusia, tal como han señalado numerosos analistas y medios, es un escenario que no debe descartarse, desbordando los actuales límites territoriales de la guerra hacia Moldavia, un país pobre, sin apenas ejército y que no es miembro de la OTAN. 

Además, el Ejército ruso contaría con algo más de 2.000 soldados estacionados en Transnistria, que fueron los que apoyaron la secesión en su momento frente a Moldavia y después pasaron a ser una “fuerza de paz”, y junto con las fuerzas que ya tiene a las puertas de Odesa, repartidas entre las que ocupan Jersón y las estacionadas en Crimea, formarían una pinza contra las fuerzas ucranianas que defienden Odesa. La caída de esta ciudad, vista la resistencia que ofrecieron los ucranios en Mairúpol y en otros lugares, tampoco parece cuestión de días pero Odesa seguirá estando en el punto de mira de Moscú. Una vez cerrado el paso al mar Azov a Ucrania, tras la ya casi caída de Mariúpol, el mar Negro es el siguiente objetivo de los rusos. 

Por otra parte, Rusia siempre ha mostrado un gran interés por controlar el mar Negro, una región que considera como parte de su periferia estratégica desde los tiempos de Catalina la Grande. En 1991, cuando la Unión Soviética estalló en quince repúblicas independientes, Rusia alentó la “independencia» de Abjasia en Georgia tras una cruenta y bárbara guerra contra los georgianos. Así, y cuando han pasado más de treinta años, este territorio continúa en manos rusas y su importante puerto, Sujumi, es una base comercial y militar de indudable valor estratégico para la Federación Rusa.

De la misma forma, y siempre provocando militarmente a sus vecinos, Rusia se anexionó Crimea en el año 2014, un territorio que se había declarado “independiente” tras una crisis política en Ucrania y aprovechando el vacío de poder en Kiev, coyuntura que aprovechó el sátrapa ruso, Vladimir Putin, para incluirla en su nuevo imperio. Sin necesidad de disparar un solo tiro y sin que la comunidad internacional moviera un dedo para proteger la soberanía e integridad territorial de Ucrania, Putin consiguió controlar este territorio como parte de su estrategia de controlar el mar Negro, donde, por cierto, en la ciudad de Sebastopol -parte de Crimea hasta la anexión de ese territorio- tiene una buena dotación de la flota naval rusa. Nuestra pusilanimidad frente a la anexión de Crimea fue el pistoletazo de salida para esta guerra contra Ucrania; Putin aprovecha los momentos de debilidad para atacar y sacar siempre ventaja. 

La caída de Odesa sería un duro golpe económico para Ucrania, ya que provocaría seguramente el desabastecimiento generalizado del país y escasas posibilidades para sacar sus productos hacia el exterior, y también para la moral de las fuerzas ucranias, que luchan duramente por defender cada centímetro del territorio nacional frente a los rusos. Por ahora, van quedando meridianamente claros los objetivos rusos en esta guerra, como el mencionado corredor territorial desde el Donbás hasta probablemente Transnistria, y la ciudad de Odesa podría ser la cabeza de puente o el logro militar que permitiría a los rusos la consecución de ventajas futuras. Atentos.

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