El pasado 17 de marzo el terrorista palestino Omar Abu Lila asesinó a dos israelíes: el joven soldado Gal Keidan y el rabino Achiad Ettinger, padre de 11 niños.
Abu Lila fue abatido varios días después por el ejército israelí en un pueblo cerca de la localidad palestina de Ramallah.
En las calles palestinas en Gaza y Cisjordania salieron a celebrar el atentado repartiendo caramelos en las calles y además glorificaron la imagen del terrorista.
Recientemente el ejército israelí publicó que palestinos decidieron nombrar calles en dos poblados en nombre del terrorista.
La unidad del ejército encargada de la coordinación de las actividades del gobierno en los territorios, COGAT, publicó sobre el tema en sus redes sociales: «Cuando idolatran a un asesino vil como un ícono al que hay que seguir y llaman a calles o instituciones en nombre de terroristas con sangre en sus manos, esto es una educación que muestra a los niños que ese es su futuro».
La unidad, que se dirige directamente al público palestino a través de su página de Facebook en árabe hizo un llamado a la sociedad palestina: «los asesinos no deben ser glorificados. Esos no deben ser sus héroes».