«Noches de Arandal”, una experiencia única en el corazón del desierto

14 noviembre, 2021 ,
Dvir Benedek

El Teatro Elad y la Granja Arandal inauguran en estos días el proyecto “Noches de Arandal” en el que se presentarán varios de los éxitos de este teatro, un jueves de cada mes y las funciones estarán abiertas al público en general y en especial los que se alojan en la granja y los residentes de las regiones de Arava y Eilat.

La conexión entre Teatro Elad y Arandal nació de un sueño, el de conectar el contenido único del teatro con la mágica experiencia de hospitalidad de la granja y que la misma también sirva de hogar para el teatro. Las obras a presentar son.: «El viejo y el mar», una experiencia arrolladora con ojos tapados, “Todas las cosas buenas”, un drama cautivador protagonizado por Dvir Benedek y “Debe Ser Amor” una velada de amor y vino. A partir del 18.11 y en las fechas 9.12, 13.1.22, 3.2.22 y 24.2.22.

La hermosa Granja Arandal es también un hotel boutique, que se halla en la cima de una colina misteriosa y apartada, en el punto más alto en el corazón de la pradera sureña. Un camino de acceso serpentea al costado de la carretera, que conduce a una altura de 235 m sobre el nivel del mar, donde se estableció el hotel. En el centro del mismo se ha erigido un complejo de alojamiento que es una impresionante estructura de madera y sirve también como centro de visitantes, con un vestíbulo rodeado de enormes ventanales con vista al Valle de Aravá. También en la finca agrícola circundante se pueden ver las plantaciones de dátiles y olivares orgánicos, de los cuales se produce aceite de oliva de calidad en la prensa de aceite contigua.

Los fundadores de la granja, Danny y Keren Cohen, reunieron toda la impresionante historia hace más de una década para cumplir una visión, la de conectar la naturaleza y el alma al florecimiento de la naturaleza, la artesanía hebrea, a través de una perfecta hospitalidad y de amor humano.  Un recorrido por la Granja Arandal revela miles de años de historia, comenzando como una parada en el largo viaje de los hebreos en su éxodo de Egipto, a través de los restos dejados por los nabateos, con un antiguo comercio de mirra e incienso.

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