Nicholas Winton, el británico que abandonó su confortable vida para salvar a 699 niños judíos

por Ricardo Angoso

El apellido Winton era en realidad Wertheimer, pero cambiaron su apellido a Winton para que sonara más británico. El padre de Winton se llamaba Rudolph y era gerente de un banco y la madre de Winton se llamaba Barbara. También era socialista y pronto se preocupó mucho por los crecientes peligros del partido nazi. En 1931, una vez finalizados sus estudios, entró a trabajar como agente de bolsa en su ciudad natal, así hasta el estallido de la Segunda Guerra Mundial.

Seguramente, como a tantos otros hombres y mujeres que salvaron a judíos en circunstancias extremas durante la Segunda Guerra Mundial, la vida de Nicholas George Winton hubiera sido muy distinta si en su camino no se hubiera cruzado Adolfo Hitler y hubiera puesto en marcha la denominada “solución final”.

Pero, como la vida pende siempre de un destino que muchas veces no elegimos y que determina siempre el futuro de nuestra existencia, la persecución de los judíos europeos sacó de Winton lo mejor de sí mismo y, seguramente a su pesar, se convirtió en un héroe anónimo durante décadas a merced de salvar a centenares de niños judíos.

En 1938, la vida cambió para casi toda Europa y muy especialmente para Checoslovaquia. Después de numerosas presiones por parte de Hitler, en el sentido de que este país debía cederle la región de los Sudetes, donde según los nazis el gobierno checoslovaco maltrataba a los alemanes, el Reino Unido y Francia, reunidos con Italia y Alemania, firmaban, el 28 de septiembre de 1938, el infame Acuerdo de Munich, por el que Checoslovaquia cede los Sudetes a Alemania y otros territorios a sus vecinos para calmar las apetencias territoriales de Hitler.

La Alemania nazi ya está preparando el terreno para una gran guerra en Europa y comenzar la persecución de los judíos. Muy pronto, como Hitler ya había amenazado en repetidas ocasiones, comenzarían las primeras medidas antisemitas en todos los territorios ocupados por los alemanes y la maquinaría criminal nazi se pondría en marcha. Toda Checoslovaquia sería entregada a Hitler más tarde, incluidas Bohemia y Moravia, en marzo de 1939. Los judíos checoslovacos estaban muertos de miedo y no era para menos.

DE LONDRES A PRAGA

En 1938, Nicholas Winton trabajaba como empleado de la Bolsa de Valores, en la localidad inglesa de Maidenhead, Berkshire. Unos días antes de la Navidad de ese año, Winton ultimaba los detalles de un viaje de vacaciones a Suiza. Era joven, ganaba buen dinero y podía permitírselo. Sin embargo, una simple llamada telefónica desbarató sus planes de esquiar en los Alpes. Una llamada que cambiaría el curso de su vida para siempre. Su amigo Martin Blake, quien trabajaba en un comité de ayuda para refugiados adultos de Checoslovaquia, ya totalmente invadida por el Tercer Reich, le pedía ayuda.

“Tengo una propuesta muy interesante para ti. No te molestes en traer los esquís”, le dijo Blake. Al llegar a Praga, Blake le preguntó si quería echarle una mano y trabajar temporalmente en los campos de refugiados de la zona, donde miles de seres humanos, muchos de los cuales eran niños de origen hebreo, malvivían en condiciones infrahumanas. La visión del drama le marcó profundamente. Decidió montar una oficina improvisada en la habitación del hotel en el que se hospedaba y comenzó a elaborar un plan para sacar del país a tantos niños judíos como fuera posible para llevarlos a otros países y salvar sus vidas.

Así nos cuenta el escritor Baruj Tenembaum lo que hizo Winton: “Inmediatamente estableció contacto con el Refugee Children’s Movement (RCM) de Londres, movimiento que reunía a judíos, cuáqueros y diversos grupos de cristianos. La misión de esta organización era conseguir el alojamiento y el dinero que el gobierno británico exigía como garantías para aprobar el ingreso de refugiados europeos, perseguidos por el nazismo en virtud de una ley aprobada semanas antes del viaje de Winton a Checoslovaquia”.

En poco tiempo, la comunidad judía de la capital checa se hizo eco de la presencia de Winton en la ciudad y del motivo que le impulsaba a seguir allí. De ahí que centenares de familias acudieran a visitarle para tratar de persuadirle de que incluyera a sus hijos en la lista de los niños que iba a intentar salvar. El alud de solicitudes provocó que se viera obligado a abrir una nueva oficina en la calle Vorsilska para poder atender a tanta gente como fuera posible. Su amigo Trevor Chadwick se ocupó personalmente de ese despacho. En pocos días, centenares de familias habían acudido a solicitarle ayuda para salvar a sus hijos.

Sigue relatando Tenembaum: “El 21 de noviembre de 1938, poco después de ´La Noche de los Cristales´, la Cámara de los Comunes del Reino Unido había aprobado, con el apoyo del Primer Ministro Neville Chamberlain, el Canciller Lord Halifax y el Ministro del Interior, Sir Samuel Haare, una medida que permitiría recibir a refugiados menores de 17 años en tanto tuvieran un lugar en donde alojarse y siempre y cuando se depositaran cincuenta libras esterlinas (alrededor de 1500 dólares de hoy) por niño, como garantía de pago del pasaje de vuelta ante un eventual regreso del refugiado al país de origen. Una iniciativa similar no prosperó en el Congreso de los Estados Unidos, resistida por el poderoso lobby anti-inmigración”.

Finalmente, Winton tuvo que volver a Londres para reincorporarse a su puesto de trabajo. Su regreso no le impidió seguir apuntalando su plan de rescate; así, creó una organización a la que bautizó con el nombre de Comité Británico para los Refugiados de Checoslovaquia, Sección para Niños, que en un principio solo contaba con él mismo, su madre, su secretaria y unos cuantos voluntarios.

Una vez creado el Comité, Winton tuvo que hacer frente a un gran problema: conseguir la financiación necesaria para pagar los costos del viaje en tren de los niños desde Checoslovaquia hasta el país de acogida y encontrar a personas que aceptaran hacerse cargo de estos chicos y pagar las 50 libras que reclamaba el gobierno. Winton comenzó a publicar anuncios en los diarios británicos, en las iglesias y en las sinagogas solicitando ayuda. La respuesta de los londinenses fue entusiasta. En unas semanas, centenares de familias aceptaron acoger a los niños y aportaron el dinero necesario para iniciar los transportes desde Checoslovaquia hasta la capital inglesa.

TRENES HACIA SUECIA Y REINO UNIDO

Muy pronto, el plan de Winton para el rescate de los niños judíos comenzaría a dar sus frutos y resultados El primer transporte que salió de Praga hacia Gran Bretaña partió el 14 de marzo de 1939, pero el primer transporte de Winton se dirigía a Suecia. El último transporte de 68 niños salió de Praga el 2 de agosto de 1939. Sin embargo, había un transporte que estaba programado para salir de Praga en septiembre, pero este tren nunca salió porque se declaró la Segunda Guerra Mundial. Winton regresó a Londres y conoció a los niños que llegaron a Gran Bretaña. Recaudó fondos para la operación de rescate y encontró familias dispuestas a cuidar de los niños.

Tenembaum resume muy acertadamente la labor de Winton: “A lo largo de nueve meses logró evacuar desde la estación Wilson de Praga a 669 niños en ocho trenes hacia Londres. Entre ellos, se encontraba Karel Reisz, a la postre consagrado director de cine, autor de la premiada película “La amante del teniente francés”. Hoy se cree que ya son más de 5.000 los llamados ´niños Winton´, descendientes de los salvados por Nicholas”.

“Teníamos 250 familias esperando por los niños en la estación ferroviaria de la calle Liverpool, en Londres. Si el tren hubiera partido un día antes podría haber cumplido su trayecto”, contó Winton años después. La guerra truncó que sus labores humanitarias continuaran. Su hazaña, que hubiera merecido múltiples condecoraciones y actos de homenaje, quedó en el olvido durante 50 años, ya que prefirió mantener en secreto lo sucedido. No fue hasta 1988 cuando Greta, su mujer, encontró un viejo maletín de cuero escondido en el desván de casa y, rebuscando entre los papeles que contenía, se topó con las fotos de 669 niños, una lista con el nombre de todos ellos y algunas cartas de sus padres. Tal descubrimiento provocó que Winton no tuviera más remedio que explicarle a su esposa lo que había acontecido décadas atrás. Después su esposa relató esta increíble historia de este héroe anónimo a los medios y la historia fue conocida por la opinión pública.

En una notable edición de 1988 del programa de televisión de la BBC That’s Life, Winton se sentó entre la audiencia mientras la presentadora de televisión, Esther Rantzen, comenzaba a hablar sobre su rescate de niños checos en 1939. Mientras la cámara enfocaba a la audiencia, los invitados comenzaron a ponerse de pie. Para muchos de ellos, era la primera vez desde el día de su llegada que volvían a ver a este hombre. Él tampoco había visto a muchos de los niños que había salvado durante muchos años. La sorpresa para todos fue mayúscula.

Finalmente, tras muchas décadas de silencio y haber ocultado su historia, llegaron numerosos reconocimientos. Nicholas Winton recibió una carta de agradecimiento del difunto Ezer Weizman, ex presidente del Estado de Israel. También fue nombrado ciudadano de honor de Praga. En 2002, Winton fue nombrado caballero por la reina Isabel II por sus servicios a la humanidad y pasó a denominarse Sir Nicholas Winton. También fue nombrado Héroe Británico del Holocausto por el gobierno británico en 2010. Hay una estatua dedicada a él fuera de la estación principal de trenes de Praga que se inauguró en 2009. Winton fue apodado el “Schindler británico” por Tony Blair, y se encuentra entre los pocos británicos que han sido declarados Justos entre las Naciones por Yad Vashem. Y, por último, Winton recibió la Orden del León Blanco el 28 de octubre de 2014 por parte de la República Checa por su rescate de niños judíos checos.

Como parte del homenaje a su figura, el 1 de septiembre de 2009, un tren especial partió de Londres hacia Praga tomando la ruta original de Kindertransport. Winton, junto con los sobrevivientes y sus familias, se embarcaron en un viaje que habían realizado anteriormente en 1939. Este viaje marcó el 70 aniversario del último Kindertransport checo organizado por Winton. Muchos niños que estaban a bordo de este tren en septiembre de 1939 nunca llegaron a un lugar seguro ya que se declaró la guerra y se detuvieron todos los transportes desde Praga.

Sir Nicholas Winton falleció el 1 de julio de 2015 a la edad de 106 años. Siempre será recordado como un hombre que antepuso su trabajo en favor de los perseguidos por el nazismo en unos tiempos terribles e infames a su bienestar personal.

FUENTES CITADAS Y CONSULTADAS:

The National Holocaust Center and Museum:
https://www-holocaust-org-uk.translate.goog/nicholas-winton?_x_tr_sl=en&_x_tr_tl=es&_x_tr_hl=es&_x_tr_pto=sc

Wikipedia:
https://es.wikipedia.org/wiki/Nicholas_Winton

The International Raoul Wallenberg Foundation:
https://www.raoulwallenberg.net/es/salvadores/otros/nicholas-winton-salvador/

Fotos: Del autor de la nota. Sinagogas en Praga y placas en recuerdo a víctimas del Holocausto

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