Se estima que la cifra de víctimas de esta persecución fue de entre 40.000 y 60.000 personas ejecutadas. En la actualidad existen países en los que se sigue condenando a las mujeres por brujería
Por Marta Sierra
Péronne Goguillon, una mujer francesa residente en la localidad de Bouvignies, sufrió un intento de violación a finales del siglo XVII por parte de unos soldados ebrios que habían llegado a su pequeña comunidad. Los cuatro hombres la secuestraron y la extorsionaron para que les entregase dinero a cambio de dejarla en paz. Cuando su marido intentó denunciar los hechos ante la justicia, Goguillon fue acusada de brujería, por lo que fue sometida a un proceso de tortura psicológica para que confesase unos crímenes que no había cometido. Se la condenó a morir en la hoguera y su cuerpo fue quemado “a medias” para que sus restos sirviesen de ejemplo a la comunidad.
Esta historia de falsas acusaciones no es particular. Entre los siglos XVI y XVIII, miles de mujeres (y algunos hombres) fueron señaladas por supuestos pactos con el Diablo en toda Europa, destacando especialmente el periodo entre 1560 y 1630, conocido como “la gran caza de brujas”. Personas con nombres y apellidos que fueron víctimas de una “demonomanía”: Anna Göldi, considerada como la última bruja ejecutada en Europa; Margarete Krevetsiek, acusada de intentar enseñar sus trucos a una joven, o Walpurga Hausmännin, que, tras enviudar, acabó en el punto de mira por su labor como partera y terminó también en la hoguera.
Prácticamente cualquier persona podía ser señalada por brujería, especialmente las mujeres, sobre las que pesaba la losa de la dependencia y subordinación a un hombre: “No hay un único perfil. Ya solo por el hecho de ser mujer podías ser acusada”, explica Amaia Nausia, doctora en Historia y autora de libros como Ni casadas ni sepultadas. Las viudas: una historia de resistencia femenina; o ¿Vírgenes o putas? Más de 500 años de adoctrinamiento femenino. La historiadora destaca especialmente el porcentaje de viudas señaladas por estos crímenes: “Viven solas y, por lo tanto, escapan al control masculino. Además, pueden gestionar el patrimonio de los maridos y el suyo propio, lo que les da una ‘cierta autonomía’”. También pueden ser “mujeres pobres o marginadas que generan malestar por su comportamiento” y, en algún caso (no tantos como se piensa), las “relacionadas con el mundo de la medicina: parteras, sanadoras… que eran incómodas para esta incipiente profesión masculina y se las acusa de supersticiosas o hechiceras”.
“Somos las nietas de las brujas que no pudisteis quemar” ha sido uno de los lemas predominantes de las últimas manifestaciones feministas del 8M. La figura de la bruja se ha revistado con el objetivo de devolverles la dignidad a todas esas mujeres que durante siglos la perdieron como consecuencia de persecuciones y cacerías. Es un grito al cielo por las que murieron quemadas, las torturadas y las deshonradas, por todas las que soportaron la losa de las falsas acusaciones.
Sacrificios, abortos y orgías
El conjunto general de la población de los países en los que la caza de brujas tuvo un gran peso creía que estas personas eran capaces de agriar la leche, estropear las cosechas, provocar abortos indeseados y dejar infértiles a los hombres. Para estos propósitos utilizarían poderes sobrenaturales otorgados por el Diablo. Eran acusadas de mantener relaciones sexuales con él y con otras brujas y demonios en los aquelarres, reuniones en las que se decía que practicaban la magia negra y sacrificaban bebés.
Esta insaciable lujuria carnal era uno de los indicadores de que una mujer podía estar bajo un efecto demoníaco, tal y como señalaban los monjes inquisidores dominicos Heinrich Krämer y Jacob Sprenger, que escribieron en 1487 el Malleus Maleficarum o El martillo de las brujas. Este libro se convirtió en el principal manual de la cacería de brujas y en él se describía a las mujeres como débiles de mente, codiciosas y maliciosas, lo que las hacía presas fáciles para el demonio.
La consecuencia más directa de este señalamiento fue la ejecución de miles de personas acusadas de cometer actos de brujería. No se tiene una cifra exacta del número de víctimas de la caza de brujas, aunque se estima que se produjeron alrededor de 40.000 a 60.000 condenas capitales en este periodo. “En general podemos decir que entre el 70% y el 90% eran mujeres”, explica Amaia Nausia.
La caza de brujas en España
La persecución no tuvo la misma intensidad en toda Europa, aunque casi ningún país se libró de la histeria colectiva (también ocurrió en otros continentes, como en América, donde fueron especialmente conocidos los Juicios de Salem). En los lugares en los que existía una disputa confesional entre católicos y protestantes fue mucho más violenta, puesto que la difusión de este miedo a las brujas perseguía en parte el objetivo de atraer a la sociedad hacia la protección de la religión. Por este motivo, en Alemania se produjo con mayor virulencia: allí donde tuvieron lugar la mitad de las ejecuciones del total europeo; en Polonia, Suiza y Francia también fue importante la caza de brujas, pero no en España e Italia, donde los casos fueron mucho menores en número, aunque sí existieron.
Ampliamente conocidos (en parte, a consecuencia de la película de Álex de la Iglesia) son los procesos que tuvieron lugar en el pueblo navarro de Zugarramurdi: “El 25% de la población de aquel momento en la comarca de Baztán fue considerada sospechosa de brujería”. En el auto de fe de Logroño de 1610 se condenó a 11 personas de Zugarramurdi a arder en la hoguera: seis aún vivas y cinco en efigie, pues habían muerto durante el proceso. El castigo impuesto podía ser diverso: desde la condena a muerte al “destierro, los azotes, la pérdida patrimonial o la vergüenza pública”.
Humillaciones y torturas
Los reos eran en la mayoría de casos sometidos a torturas vejatorias y dolorosas con el objetivo de que asegurasen (aunque fuese mentira) haber cometido los crímenes de los que se les acusaban. “Hay casos muy tristes de mujeres torturadas por su propia familia, como el de Gracia de Berrotarán, a la que su tía y su madre habían quemado con un cirio para que confesase”, explica Nausia.
Algunas de las técnicas empleadas en Europa consistían en acumular piedras pesadas sobre el pecho, hacer tragar varios litros de agua o la privación del sueño, así como todo un conjunto de torturas corporales que podían provocar la muerte de la víctima sin que esta hubiese confesado. Además, una de las pruebas utilizadas para comprobar si la acusada era realmente una bruja fue la inmersión: se la ataba a una silla y se la sumergía en el agua; si flotaba, se consideraba que su magia había conseguido que saliese a flote, por lo que se la quemaba en la hoguera; por el contrario, si se hundía, no era una verdadera bruja, pero había muerto siendo inocente.
Las mujeres acusadas de ser servidoras del Diablo sufrieron todo tipo de humillaciones, como la exploración para investigar su virginidad (pues se decía que las brujas mantenían relaciones sexuales frecuentes con seres demoníacos) o la depilación de todo su cuerpo, ya que se creía que entre sus cabellos podían esconder marcas o amuletos que demostrasen su vinculación a Satanás.
En España, en 1614, la Inquisición promulgó un decreto de silencio por el cual se prohibió hablar de brujas, después de que el inquisidor Alonso de Salazar y Frías concluyese que no existían y que las confesiones se estaban obteniendo a través de torturas. Fue precisamente así como desapareció la brujería, un ejemplo de que los condenados habían sido víctimas de una histeria colectiva.
Una persecución que continúa en la actualidad
Y pese a que las brujas no existieron y fueron el artificio de una sociedad temerosa y punitiva, su figura ha estado presente a lo largo de toda la historia. En la mitología grecorromana, recaen la brujería, los celos y la maldad sobre dos hechiceras: Circe, que transforma a los hombres en animales (como a los compañeros de la tripulación de Odiseo, que convirtió en cerdos), y Medea, capaz de matar a sus propios hijos y a la nueva esposa de su marido, el héroe Jasón, por venganza.
De las acusaciones de brujería no se libró ni siquiera la monarquía. El rey de Inglaterra Enrique VIII, deseoso de tener un hijo varón que no llegaba, quería divorciarse de su segunda esposa, Ana Bolena. Sin embargo, su anterior matrimonio también había sido declarado nulo, por lo que tuvo que hacer uso de una serie de denuncias falsas para romper el enlace y poder casarse de nuevo con una mujer que le diese un heredero al trono.
Fue acusada de injuriar contra el rey, conspirar para asesinarlo, mantener relaciones sexuales adúlteras con cinco hombres, tener incesto con su hermano y emplear la brujería para seducir a Enrique VIII. Se extendió el rumor de que tenía seis dedos en su mano izquierda, verrugas e incluso un tercer pecho, así como de que había dado a luz a un feto deforme. El 19 de mayo de 1536 fue decapitada en la Torre de Londres, víctima del machismo imperante de la época y la creencia en la brujería.
Aunque en la actualidad en muchos países la figura de las brujas ha pasado a ser protagonista únicamente de cuentos infantiles y leyendas populares, todavía existen lugares en los que las acusaciones de magia negra ponen en peligro las vidas de miles de mujeres cada año, especialmente las que tienen bajos recursos, tienen edad avanzada o son solteras o viudas.
En Tanzania, por ejemplo, se estima que entre 500 y 1.000 mujeres al año son acusadas de brujería, por lo que son asesinadas, quemadas vivas o mutiladas. En la India, entre los años 2000 y 2016 se registraron 2.500 casos. En 2009, la policía de Arabia Saudita creó la Unidad Antibrujería para combatir “la maldad de la magia”, lo que provocó que Amina Bint Abdul Halim Nassar fuese decapitada en 2011. También se han documentado persecuciones en la República Democrática del Congo, Angola, Nigeria, Papúa Nueva Guinea o Nepal, entre muchos otros países ubicados en varios continentes.
Pese a los intentos de la Organización de Naciones Unidas de frenar este feminicidio a gran escala, cada año miles de mujeres son víctimas de unas acusaciones que parecía que habían quedado en el pasado, pero que siguen siendo el ejemplo de la losa del machismo que es tan importante erradicar.
No deja de ser curioso que precisamente en España apenas hubiera caza de brujas, sobre todo a partir del Decreto de Expulsión de los judíos en 1492, cuando la Santa Inquisición Española se centró más en perseguir y asesinar a los judíos y falsos judeoconversos. La fama internacional por la persecución de las brujas en este caso se la llevan otros países, en especial los protestantes. Si bien en la España profunda o en la cara oculta de España, dominada por perturbados fascistas, ultracatólicos y sinvergüenzas o aprovechados varios, a los judíos y también a los masones, que siglos más tarde cuando aparecieron también fueron condenados oficialmente por los Papas y perseguidos por la Santa Inquisición Española, se les acusa de prácticamente lo mismo que a las brujas, serían adoradores del Demonio, actuando en la sombra sin que los pobres españoles sepan nada, mientras practican violaciones y sacrificios de niños españoles para obtener poder demoníaco para hacerse con el poder en España, o en el mundo entero. En la actualidad, aun con la llegada de la democracia, esta España profunda sigue muy vigente o sale a la luz pública a poco que se le dé una excusa, después de cualquier crimen que se salga un poco de los más habituales, o incluso en casos de terrorismo o de crisis de cualquier tipo, que siempre se ceban más con España por la abundante ineptitud y una sociedad extremadamente corrupta clientelar, enseguida aparecen las conspiraciones judeomasónicas con las acusaciones más deleznables, naturalmente estas acusaciones llegan por parte de líderes, periodistas o personajes de la derechona, fascistas y ultracatólicos que rápidamente contagian a su chusma española siempre fiel.
Hoy día en España se continúan difundiendo barbaridades contra los masones, no tanto incluyen explícitamente a los judíos, tanto en conspiraciones de todo tipo en libros contra los masones, como en ocasiones aprovechan para introducirlas entre la chusma española tras crímenes especialmente graves que se hagan virales entre la chusma española, como ocurrió en el famoso crimen de las niñas de Alcasser ocurrido en la muy fascista o nazi región de Valencia. En 1992 ocurrió este caso de violación, tortura y asesinato de 3 adolescentes cometido por dos delincuentes comunes, sin embargo, la chusma española, siguiendo especialmente a uno de los padres que aparecía mucho en los medios y en un famoso programa nocturno de una televisión, no creía que lo hubieran hecho ellos y en cambio apuntaron bien alto, sería obra de la conspiración judeomasónica que se dedican a secuestrar y asesinar a niños españoles para adorar al Demonio a cambio de poder demoníaco, bien pudieron ser los malvados judeomasones del entonces gobierno socialista y sus empresarios españoles afines, como los judeomasones del famoso Grupo PRISA, los que señalaban siempre de judeo-masones por ejemplo en la entonces muy popular emisora de radio Antena 3, o luego estos mismos periodistas continuaron en la COPE de la Iglesia Católica y que dirigía la secta ultracatólica española de el Opus Dei, cuando Antena 3 fue comprada precisamente por el malvado Grupo PRISA… aquello fue uno de esos grandes hitos de la Historia de España fascista, prácticamente como la versión española de la revolución de los claveles de los portugueses, solo que en vez de poner capullos en los fusiles, estos perlas españoles cambiaron en bloque de escuchar Antena 3 radio a ponerse a tope con la COPE. O si no, los asesinos violadores de las niñas fueron unos militares americanos, que también serían judeomasones, de un buque de guerra que esos días atracó en Valencia.
Tampoco temen inculcar estas conspiraciones en los atentados terroristas, por ejemplo la banda terrorista separatista vasca de ETA era ayudada por Israel, o también por los judeomasones de Francia, solo para chinchar a España, o en plena dictadura fascista, en el famoso atentado de ETA contra Carrero Blanco, el militar fascista preferido del dictadorzuelo Franco y conocido ultracatólico muy cercano a la poderosa secta ultracatólica del Opus Dei, los terroristas vascos fueron ayudados por una conspiración de la CIA americana y del famoso Secretario de Estado judío Kissinger, y también con el visto bueno del ex-Rey Juan Carlos I, ya que Carrero fue elegido para sustituir a Franco y continuar con su dictadura fascista en España; o en el reciente atentado yihadista del 11-M del 2004 en Madrid también se sacaron de la manga una gran conspiración judeomasónica mundial contra España, los verdaderos cabecillas habrían sido los masones de Francia ayudados por los malvados socialistas españoles, más los separatistas vascos de ETA y los funcionarios que seguro tienen infiltrados en España, como los policías y jueces españoles que confundieron a los pobres españoles con las pruebas falsas y eliminado las líneas de investigación «buenas», es decir, las que inventaron estos perturbados y las que inculcaron a la chusma española como las únicas que debían ser válidas… naturalmente, actualmente muchos siguen igual, con la misma tontería, aun después de que al poco consiguieran imponerse en las elecciones o volver a derrocar al malvado gobierno socialista, en lugar de la desaparición de la derechona y de su redes mafiosas criminales clientelares tras el enorme bochorno histórico.
No solo España se distinguiría de otros países cristianos por la poca persecución de la brujas, o no fue tan grave o famosa como en el extranjero. Los españoles son muy aficionados a acudir extraoficialmente a brujas y brujos, curanderos, iluminados milagroso, etc., probablemente esta costumbre arraigó en España sobre todo a partir del Decreto de Expulsión de los judíos, o quizás desde mucho antes cuando la Iglesia Católica prohibía a los judíos ejercer la medicina con católicos, solo los Reyes contrataban médicos judíos o los únicos médicos con algún conocimiento basado en la poca ciencia que hubiera antes. Otros muchos son solo aficionados al ocultismo y a los fenómenos paranormales, incluyendo a fascistas falangistas y neonazis españoles copiando a sus queridos criminales nazis alemanes, ciencias a las que también se sabe eran aficionados los falangistas originales desde su aparición, en la España franquista unos cuantos llevaron una organización para estudiar los fenómenos paranormales que se produjeran en España, por ejemplo investigaron las varias apariciones del fantasma de «su José Antonio», si bien se cree que estas apariciones eran invenciones de pueblerinos para que estos privilegiados falangistas “Ghostbusters” les dieran algún dinero de propina, para calmar la hambre que pasaban incluso sus españoles fascistas. Mucho más perturbador, o de más perturbados, es que a Franco se murió, o le murieron, el mismo día que fue fusilado «su José Antonio», un 20 de noviembre.
Los españoles en general son muy aficionados a todas estas supercherías y creencias de perturbados, a pesar de que la Iglesia Católica, incluída la Española, las prohíbe explícitamente. Pero la mucha afición a todas estas ciencias no solo se debe a fascistas y nazis españoles, los medios españoles las fomentan con varios programas muy conocidos de radio y televisión, más libros, revistas y publicaciones en internet. Aun con los actuales avances en la información y con internet, hoy en día en España no solo no ha caído el número de aficionados y creyentes en los cuentos ocultistas y demás ciencias del Más Allá, ahora España puede que esté peor que nunca, y cuenta con varios especialistas famosos y con programas de radio y televisión que tratan todos estos asuntos del ocultismo, OVNIs, brujas, curanderos y demás fenómenos paranormales. Los nazis y resto de creyentes en estos disparates supuestamente estarían avalados por el psicoanalista suizo Carl Gustav Jung, un ex-nazi opuesto a Freud, y uno de los más seguidos por la psicología española, o al menos cuentan con la interpretación que dan a sus escritos sobre estos asuntos y a su libro «Un mito moderno. De cosas que se ven en el cielo«, en el que el psicoanalista se muestra muy condescendiente con los creyentes en estas visiones, en lugar de mandarlos inmediatamente a ver a un psiquiatra como debería ser lo normal en un profesional de las ciencias de la psique. En principio, una gran parte de la chusma española y los fascistas más estándar no llegan a especializarse tanto en todas estas supercherías, limitándose a las versiones light que formarían los curanderos, echadores de cartas, y otros tipos de supercherías ligeras que más bien pertenecen al costumbrismo español. No hay que olvidar que la Iglesia Católica, incluida la Española, prohíbe todas estas supercherías, o al menos las que no pertenezcan al catolicismo, por ejemplo sí avala determinados milagros y lugares milagrosos, o a algunos de los muchos visionarios de Jesucristo o la Virgen, o los exorcismos. Por ejemplo, hasta hace poco, un sacerdote católico exorcista se hizo muy famoso en España, aparecía en las televisiones españolas y dio una conferencia a universitarios españoles. Aunque muchos españoles no se lo tomasen en serio, se trata de un hecho que no parece muy coherente en una sociedad civilizada. Todos estos curanderos españoles siempre cobran «la voluntad», es decir, no hay precio fijo, lo mismo puede ser un billete de 10 euros que igual alguno les da un fajo de billetes cuando les aparece un cliente especialmente perturbado o un empresario español muy creyente y agradecido por los muchos dineros que gana de más gracias a la bruja de turno. Los perroflautas comunistas españoles también suelen ser aficionados a cosas como la astrología o a “cosas raras” de hippies como las piedras milagrosas, las drogas introspectivas o que teletransportan a otras dimensiones, y a todas esas cosas de curanderos de otros pueblos o de indios, claro está, ellos son de un superior intelecto materialista que les avala.
Sobre estos asuntos, entre los ultracatólicos españoles destacan las ocurrencias que se pueden encontrar en el manuallilo sectario «Camino» de la secta española del Opus Dei, conocida por «la santa mafia» debido a los métodos que emplea, entre sus 999 axiomas (el número del revés del famoso número de la Bestia, el 666), axiomas o reglas sectarias para la obediencia ciega de sus adeptos que dejó escritas su fundador, Escrivá de Balaguer, por ejemplo en el axioma 833 va y suelta: «¡Caudillos!… Viriliza tu voluntad para que Dios te haga caudillo. ¿No ves cómo proceden las malditas sociedades secretas? Nunca han ganado a las masas. —En sus antros forman unos cuantos hombres-demonios que se agitan y revuelven a las muchedumbres, alocándolas, para hacerlas ir tras ellos, al precipicio de todos los desórdenes… y al infierno. —Ellos llevan una simiente maldecida.», que cualquier español que se precie de serlo sabe más que de sobra que se refiere a los demoníacos judeo-masones y sus infiltrados en partidos políticos de izquierdas, comunistas, feministas, separatistas, etc. Los nazis alemanes también coincidieron con sus camaradas españoles en el odio y persecución a los masones, según una de las teorías, una más propia de programas de televisión o de artículos de revistas ocultistas, los nazis pretendían eliminar a todos los masones de Europa, a los que equiparaban a judíos o los acusaban de venderse a los judíos, también para impedir que ejercieran su poder por medio de sus conocimientos secretos ocultistas, o quizás para ellos hacerse con todo el pastel del poder del Más Allá. Los nazis contaban con un departamento oficial de racismo, la Ahnenerbe, que incluía los asuntos ocultistas, o también contaban con la ocultista Sociedad Thule para las élites nazis SS, cuyo origen estaba en un tal Rudolf von Sebottendorff, antes un masón que contó con el apoyo de un masón judío, antes de volverse nazi. Los nazis se tomaban muy en serio esto de tener poderes del Más Allá y todo lo ocultista, por eso no quemaron los archivos masónicos como en principio se presupone debieron haber hecho, si no que los protegieron igual o más que hicieron con los tesoros y obras de arte que robaron. Para investigar los archivos masónicos, siempre bajo la dirección del líder de las SS Himmler, pusieron a un nazi especialmente perturbado con los asuntos ocultistas, Alfred Rosenberg, para este nazi los masones entraban dentro de su gran investigación a los judíos. Otro importante nazi especialmente perturbado con el ocultismo fue el líder de la Gestapo y encargado de gobernar desde Praga la región de Bohemia-Moravia, la actual Checoslovaquia, Reinhard Heydrich, el mismo de la película americana «El hombre del corazón de hierro«, o también fue el Jefe de la Policías secretas nazis, incluída la más famosa Gestapo, este se encargaba de las torturas y asesinatos nazis incluso desde antes de que alcanzaran el poder en Alemania, fue el encargado de desmantelar las policías democráticas mediante la violencia. Aunque otros expertos afirman que a Heydrich no le iba el ocultismo, y al parecer, o según se puede encontrar en una página de internet, se disgustó cuando Himmler la ordenó investigar la hechicería y brujería, reuniendo los libros y los casos contra brujas en Europa, así que al parecer Heydrich auto-re-interpretó la orden como una investigación de disparates que podrían servir a la Alemania nazi para defenderse de acusaciones o ataques similares que pudieran lanzar sus enemigos. En cualquier caso, también se cree que el criminal nazi Heydrich convenció a Himmler, en realidad no necesitaba mucha retórica nazi para convencerlo, para despertar al famoso monstruo Golem que en el siglo XVI creó un rabino judío de Praga a partir de barro, los nazis se creyeron esta superchería y querían revivir al Golem con el mismo barro que la leyenda aseguraba estaba guardado en una sinagoga, Heydrich pretendía usar el Golem como arma de guerra ocultista contra sus enemigos.
Al contrario que con los documentos de los masones, los nazis alemanes no se preocuparon, o ni mucho menos con esa meticulosidad, de los documentos y libros religiosos que encontrasen entre las pertenencias de los judíos o en las sinagogas, simplemente los destruyeron todos. Por lo que se conoce, ni siquiera el sumamente perturbado Alfred Rosenberg o la organización que dirigió apenas contaba con un puñado de textos y libros judíos. No deja de ser extraño esto, sobre todo teniendo en cuenta que se supone que estos perlas nazis creen que los masones son lacayos de los judíos, o al menos de unos judíos que están escondidos en algún lugar secreto.
Por otra parte, los archivos que los nazis robaron a los judíos, lo mismo que luego cuando se los quedaron los soviéticos, no tanto tenían de peligrosos el potencial de desatar un poder ocultista que permanezca en secreto para los profanos, como que venía por los nombres de todos los masones, ya que los masones tienen la costumbre de documentar todo lo que hacen, con los nombres y apellidos de cada masón, como las cuentas y las aportaciones económicas en cada logía. Por ejemplo en España la policía, paramilitares falangistas y resto de criminales fascistas utilizaba las fotografías de reuniones que encontraron a los masones españoles para escribir un número en cada uno de los que aparecían en la foto y que tenían que buscar, o en otras le hacían una señal a los masones que ya habían asesinado. Algunas de estas fotos con las marcas de los fascistas incluidas se pueden encontrar en internet, forman parte de los objetos personales y documentos que los fascistas almacenaron en el Archivo de Salamanca junto con los que incautaron a los demás republicanos. También montaron una logia con partes reales de las logias que desmantelaron, para que la chusma fascista la visitase y así comprobar la maldad de la que los habían librado estos perlas criminales fascistas españoles.
El Archivo de Salamanca y la logia que montaron los fascistas aun existe, es solo que como ahora España es una democracia los españoles se supone que los españoles la verán con otros ojos. Ahora es el Archivo General de la Guerra Civil Española, que fue creado durante la guerra por el franquismo para almacenar toda la documentación incautada y que no fue transportada o destruida por los vencidos en su huida al finalizar la guerra. La documentación que contenía fue utilizada con fines represivos para juzgar a los enemigos del lado republicano. En la actualidad, es una fuente documental de gran valor para los historiadores e incluso ha servido para que los militares republicanos puedan solicitar una pensión de jubilación o una indemnización por el tiempo que permanecieron en prisión.
En total los nazis alemanes asesinaron entre 80.000 y 200.000 masones de los países que invadieron, y les robaron todos sus documentos. En diciembre del 2000, tras años de negociación, «el Gran Oriente de Francia vio restituido un patrimonio de 120 metros lineales de archivos, que le fueron sustraídos por las autoridades alemanas en 1940 en su sede parisina de la Rue Cadet. Documentos a su vez sustraídos a los alemanes por los rusos en 1945, la documentación fue conservada durante medio siglo en los Archivos Especiales Centrales del Estado de Moscú. A su regreso de Rusia, este fondo fue reintegrado a la Biblioteca del Gran Oriente de Francia, que contienen los archivos concernientes a las relaciones exteriores del Gran Oriente de Francia desde mediados del siglo XIX hasta 1940. En los archivos centrales de estos fondos, principalmente durante la década de 1930, podemos encontrar documentos relativos a logias de Buenos Aires, Cuba, Colombia, Uruguay y México. Por último, podemos encontrar una serie de archivos antiguos de logias de los siglos XVIII y XIX. Estos documentos son únicos y ofrecen nuevas perspectivas en el conocimiento de las relaciones internacionales. Entre los archivos se pueden encontrar documentos originales de la logia donde se encontraba Benjamin Franklin, uno de los padres fundadores de Estados Unidos, o seguramente se encuentren documentos sobre los masones libertadores hispanoamericanos y de los demás masones que lograron la Independencia de España. Algunos pocos documentos tratan sobre esoterismo, son de unas primeras logias del siglo XVIII, una época en la que en Europa el conocimiento científico, o el conocimiento en general, era muy primitivo o cavernícola, por culpa de la Iglesia Católica y las otras sectas cristianas, así que el esoterismo o la magia y otras supercherías se tomaban como una materia o conocimiento más, y al parecer algunos masones de aquellos años no escaparon de esta tontería generalizada. Estos documentos esotéricos de los primeros masones probablemente se limitan a tener un carácter historicista o a investigaciones personales de tipo místico, filosófico o religioso, es decir, nada de conjuros para traer monstruos ni de inventos del Demonio. En realidad, los masones se dedican sobre todo al altruismo o dar donaciones, o el resto del tiempo es más parecido a la filosofía y a la historia, o como mucho psicología o sociología. También los judíos religiosos, porque los judíos laicos o normales son normales, se dedican a tres cuartos de lo mismo, y la famosa Cábala va más de religión y no de inventos raros ni de ceremonias al Demonio. Bien podría decirse que España es mundialmente conocida por diferenciarse en el antisemitismo criminal que se gastaban sus correligionarios de la Alemania de Hitler, sin embargo hasta hoy día en España se continúan difundiendo barbaridades contra los masones, que sospechosamente son iguales que las conspiraciones o acusaciones de siempre contra los judíos.