El primer ministro, Benjamín Netanyahu, aseguró que el jefe del servicio interior de inteligencia (Shabak), Ronen Bar, retrasó presentar los resultados de la investigación de la agencia sobre el ataque del 7 de octubre para que el escándalo del ‘Qatargate’, que salpica a asesores del mandatario, los tapara y evitara su cese.
“El despido no tenía la intención de evitar la investigación (del ‘Qatargate’), la investigación tenía la intención de evitar el despido”, dijo Netanyahu en un videocomunicado difundido por su Oficina.
El mandatario alega que la fiscal general del Estado, Gali Baharav-Miara (con la que mantiene choques constantes y a la que el Gobierno quiere someter a una moción de confianza) ordenó al Shabak (también conocido como Shin Bet) investigar el escándalo el mismo día que Bar debería haber entregado los resultados de sus indagaciones.
Netanyahu emitió el videocomunicado precisamente cuando decenas de miles de personas se manifestaban en Tel Aviv contra él, tanto por el despido de Roben Bar, denunciando que se produce precisamente cuando investiga al entorno del primer ministro, como para reclamar el retorno de los rehenes en Gaza.
Tras emitir el video, la Oficina del mandatario publicó una carta de principios de febrero atribuida a Bar en la que este pedía a Netanyahu aplazar la entrega de los resultados de la investigación del Shabak al día 27 de ese mes.
“El 27 de febrero por la tarde, en una rara coincidencia que no se puede inventar, la asesora legal del Gobierno (la fiscal general, Baharav-Miara) anuncia la apertura de una investigación sobre Qatar”, comenta el mandatario en el video.
El ‘Qatargate’
Baharav-Miara ordenó al Shabak y a la Policía de Israel investigar a asesores de Netanyahu por el ‘Qatargate’, escándalo por el cual habrían recibido pagos de Qatar para promover entre la prensa israelí una campaña favorable al país del golfo de cara al Mundial de Fútbol de 2022. Todo ello mientras trabajaban para el primer ministro.
Los dos sospechosos son Yonathan Urich y Eli Feldstein, según desvelaron ayer las autoridades.
Feldstein ya estaba siendo investigado por el escándalo conocido como ‘BibiLeaks’, por difundir documentos militares clasificados a la prensa internacional para condicionar la opinión pública israelí en favor de la gestión de la guerra de Netanyahu.
En la carta que Netanyahu aporta como prueba, Bar le reprocha que le diera solo dos semanas para preparar los resultados de la investigación sobre el papel del Shabak en el ataque de Hamás del 7 de octubre de 2023.
“Tratamos la investigación del Shabak con seriedad abismal, así como las peticiones del primer ministro. Por eso, hemos intentado varias veces dejarle claro a usted y su oficina que esta importante investigación no se puede completar en dos semanas a no ser que se tomen atajos. No podemos estar de acuerdo con ello. Se espera que esta investigación y las lecciones aprendidas de ella salven vidas”, escribe Bar en la misiva.
Ese día, los terroristas palestinos encabezados por Hamás asesinaron a casi 1.200 personas en territorio israelí y secuestraron a otras 251. A raíz de lo sucedido, tanto las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) como el Shabak han llevado a cabo investigaciones internas, si bien el Gobierno de Netanyahu ha logrado hasta ahora impedir la creación de una comisión estatal para indagar sobre las responsabilidades políticas de lo ocurrido.
Protestas contra el despido de Bar
El comunicado de Netanyahu, que definió como una “dramática revelación” se emitió cuando decenas de miles se manifestaban contra el despido en Tel Aviv y líderes de la oposición llamaban a la huelga nacional.
La Corte Suprema de Justicia paralizó el despido de Bar después de que varios partidos políticos y el Movimiento por un Gobierno de Calidad presentaran peticiones contra la decisión. El tribunal se dio hasta el 8 de abril para evaluarlas.
Netanyahu anunció tras la reunión del Gobierno en la que se aprobó el despido de Bar que este se haría efectivo el 10 de abril o cuando se nombrara a un sucesor, lo que primero ocurriera.
Tras la decisión de la Corte Suprema, tanto Netanyahu como varios de sus ministros más radicales se pronunciaron contra ella, reivindicando como única del Gobierno la capacidad para elegir o destituir al jefe del Shabak.
La fiscal general, por su parte, informó a Netanyahu a raíz del anuncio del tribunal que tenía “prohibido” nombrar a un nuevo jefe del Shabak mientras la destitución permaneciera paralizada.
El choque del Gobierno con la Justicia ha avivado las protestas en Israel, llevando a políticos y otras autoridades a hablar de una gran división en la sociedad y a asegurar que Netanyahu lleva al país hacia una “guerra civil”.
Agencias colaboraron con este artículo de Aurora