Hassan Nasrallah - Foto: farsi.khamenei.ir CC BY 4.0 vía Wikimedia

En su último discurso del 5 de julio, Nasrallah siguió fortaleciendo la narrativa de la “intervención extranjera en el Líbano”, alegando que Estados Unidos tiene la verdadera y mayor culpa de la crisis en el Líbano, porque es el que está sitiando al país. Nasrallah culpó a Estados Unidos por la devaluación de la libra libanesa, por evitar que otras naciones suministren ayuda, donaciones o depósitos en el Líbano, y por amenazar con imponer sanciones a altos miembros del gobierno libanés si autorizan acuerdos económicos con China e Irán.

En su discurso, Nasrallah criticó directamente a Dorothy Shea, embajadora de Estados Unidos en el Líbano, y dijo con desdén que derrama lágrimas de cocodrilo sobre los libaneses: mientras ve las terribles condiciones del pueblo libanés, el gobierno estadounidense está impidiendo que la ayuda llegue al Líbano. Nasrallah agregó que el gobierno estadounidense está actuando por el bien de Israel, el mantenimiento de su seguridad y para robar el gas de las aguas territoriales del Líbano.

Como parte de la guerra de información, Nasrallah está utilizando esencialmente la narrativa de la «intervención extranjera» para preservar la razón de ser de Hezbolá y sus capacidades militares en las mentes del pueblo del Líbano y los partidarios de Hezbolá, [en esta narrativa] la razón sería la defensa de las fronteras del Líbano contra el «agresivo» Israel…

Tras el discurso de Nasrallah, Shea decidió responder indirectamente a las duras críticas de este. Señaló que hay cierta evasión de la responsabilidad, y cuando «alguien» (Nasrallah) culpa a Estados Unidos por televisión, eso no se puede abordar seriamente. También agregó que todos los involucrados son los que tienen la responsabilidad, y no Estados Unidos. Hizo hincapié en que Estados Unidos no abandonará al pueblo libanés y que tiene aliados que están preparando ayuda humanitaria para abordar la escasez de alimentos en el Líbano.

Según Shea, la Embajada de los Estados Unidos no opera de acuerdo con pedidos personales, sino más bien de acuerdo con las necesidades de la gente de los servicios que los Estados Unidos ofrece, por lo que EE. UU. ciertamente está haciendo su parte. Por ejemplo, Estados Unidos proporcionó 7.300 millones de dólares para apoyar a las Fuerzas Armadas del Líbano y los servicios de seguridad en el Líbano.

 

Dorothy Shea, embajadora de Estados Unidos en el Líbano. Foto: Gobierno de EE.UU. vía Wikimedia

Fuente: Alma Research and Education Center

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