Las heridas entre el primer ministro Naftalí Bennett y su antecesor Benjamín Netanyahu no parecen haber cicatrizado. El mandatario actual acusó a Bibi de intentar «socavar su legitimidad», luego de no reconocer su presencia en durante un evento.
La tensión afloró en la despedida del jefe saliente del Shin Bet. Al tomar la palabra, Netanyahu agradeció la presencia de varias personas, pero omitió saludar a Bennett. El gesto motivó abucheos y gritos entre los presentes, recordándole al orador que «había un primer ministro» allí.
Diversos medios informaron que Netanyahu decidió ignorar a Bennett luego de que éste haya señalado en su discurso que «estamos en la era de nosotros, no en la edad de mí», en referencia al líder opositor.
En Facebook, Bennet escribió que «lo ocurrido durante un evento tan digno y conmovedor fue una vergüenza. No era el único que se movía incómodo en mi silla. Espero que el presidente de la oposición comprenda que los desacuerdos políticos son algo natural».
«Los desacuerdos son parte de la vida. Pero socavar la legitimidad de un gobierno en Israel es peligroso», prosiguió el jefe de gobierno.
La llegada de Bennert al poder generó fuertes rispideces con Netanyahu, que quedó fuera del poder luego de diez años. Como líder de la oposición, el líder del Likud apuntó contra el primer ministro en varias oportunidades.
El lunes, durante una tormentosa sesión plenaria de la Knéset, Netanyahu alegó que Bennett «no era un verdadero primer ministro».
Por su parte, Bennett siempre busca despegarse del gobierno anterior. En la misma publicación de Facebook, el primer ministro aseguró que era el mandatario «menos influenciado por lobbies en años», en clara alusión a su predecesor.