Mondo fake

26 marzo, 2020 ,
Foto: Wikipedia - Dominio Público

Un hombre con chaqué se coloca frente a un piano de cola y empieza a tocar la segunda Rapsodia húngara de Liszt. Junto a él, en la escena, siete hombres alineados de más grande a más pequeño son abofeteados por el director de orquesta. Cuanto más se acelera la melodía más llueven los cachetazos. Los primeros planos se deleitan con la mano que colisiona con los mofletes enrojecidos de esos pobres tipos. Al acabar, todos sangran por la nariz y por la boca, y el más pequeño, un Willow que ha recibido palos como nadie, se echa a llorar. Pasaje de la séptima escena de MONDO CANE.

Tras varios años de debate alrededor de la “Crisis Climática” ahora llamada “emergencia climática”, y en el pasado, cambio climático y ahora apareció “también” el festival del virus “Corona”. En esta fase van aflorando algunas de las falacias con las que van regando los diferentes bandos sus posiciones enfrentadas y de momento gana  el equipo verde del cambio climático, y el de control total en el caso del coronavirus, ya ambos en “estado de emergencia” (nombre interino).

La realidad israelí, “el supuesto aislamiento internacional”, relativiza el aislamiento real en los sujetos que en todo el mundo permanecen confinados en sus casas, por la pandemia. “La gran jaula”, en la que los noticieros europeos colocan a Israel, es ahora un fenómeno transnacional, compartido por ciudadanos de países amigos y enemigos.

La cuestión del cuidado del planeta tierra está en el mismo nivel que el cuidado de la salud de los humanos y las especies, desde la época del Diluvio Universal (que según Wikipedia: es el nombre de una supuesta inundación que duro 40 días y se describe en el Génesis,7:2, que data del siglo VI A.C.) y también en el poema de Gilgamesh (relatado en la Babilonia antigua en el 2100 A.C.).  Es de suponer que hay más creencias al respecto, algunas teorías y algunos  dogmas improbables también.

No es casualidad, que todo lo que acontece, o no, en el “Diluvio”, manipuló a casi todos los pueblos del planeta durante milenios, pasando de los que piensan que se trata de una alegoría, a los que intuyen una base histórica que diese origen al Mito.

Mucho antes de que los humanos descubran el petróleo, el carbón, el diésel, la deforestación de la Amazonia y otros ingredientes del “merengue climático”, ya hubo en esta misma tierra sucesos conocidos o deducidos por el estabilishment científico, de calentamientos y enfriamientos globales, que tienen una explicación científica y que seguramente no se admitirá su veracidad, de momento, por ninguna de las partes implicadas.

También pandemias, como la de 1918, llamada spanishflu, aunque no comenzó en España, durante la cual murieron más de 50.000.000 de personas cuando el mundo contaba con una población muchísimo menor a la actual. España fue uno de los más afectados con 8 millones de personas infectadas y 300.000 personas fallecidas.

Lo interesante, amén de la discusión científica y política, esta última: utilizando fake Info; y ambas “atrincherándose”, es seguir probando y descubriendo nuevas fuentes de energía o soluciones a la pandemia actual.  tenemos disponible en el planeta tierra: el sol, el viento, las mareas y el aire para generar una nueva plataforma, que permita crear energía a coste aceptablemente bajo, y desarrollar, en el camino, industrias tecnológicamente avanzadas que ofrezcan nuevos puestos de trabajo y ayuden al cambio de paradigma que ya vemos en el horizonte cercano.

En el caso del coronavirus a pesar del rápido contagio en algunos países como China, Italia y España también, no dejaría de ser una gripe más en un mundo inmensamente globalizado desde el punto de vista de la información expansiva, “al minuto”.

Las noticias y los posicionamientos sobre el clima y esta pandemia, producen volumen de información sobradamente inexacta y, sobre todo, no probada. De tal manera que muchos de los agoreros de la futura extinción del planeta tierra y los partidarios de medidas urgentes y agresivas, en el caso del corona virus, se montan sobre una producción pseudo científica, poco probada. Ya que por ejemplo la subida del nivel del mar está en discusión hace varios decenios, y la amenaza es parte de la táctica de los movimientos ecologistas, ya que no existen comprobaciones fiables al respecto.

En el caso de la actual pandemia es prematuro tomar posición ya que estamos en medio de un suceso inédito en los últimos 100 años.

Por otra parte, si fuese cierto que el mar se elevará en toda la superficie terrestre, aproximadamente un metro en el año 2100 como predican los científicos del calentamiento. Los gobiernos y municipios deberían dejar de construir en las costas, y evacuar ciudades costeras antes de la catástrofe que se avecina, según ellos, cada vez más rápido.

No se trataría de enfrentarnos al Gretismo o a la iglesia Grética, que sin duda es un viento fresco, proveniente de zonas ricas del planeta, de “casualidad, seguramente”, ni de indagar en los costes de viajes en aviación contaminante del team que acompaño a Greta Thunberg en su viaje en velero por los mares hasta su desembarco en  América, con el objetivo de no contaminar, debido a los efectos negativos de la polución aérea, ni de los apoyos financieros, según se comenta, de grupos afines a la nueva industria, que se montó alrededor de la crisis\emergencia climática ,sino, de enfocar la discusión .

Por su parte el CORONAVIRUS también produce un sinfín de producción cuasi científica, y fundamentos de parte de políticos que seguramente no tienen muy claro aún como actuar en este caso, y vemos aquí también como surgen divergencias entre los mismos científicos en el tratamiento de los síntomas en muchos casos severos.

En la ciudad de Kiriat Shmona, norte de Israel, otrora conocida por los misiles que durante 20 años eran arrojados desde el Líbano por grupos pro iraníes, podría producirse el milagro. El corona virus, podría terminar sus días allí. Los científicos israelíes están, más cerca que universidades prestigiosas en el mundo de hallar una vacuna. Curiosa metáfora, aquellos que disparaban también salvarán su vida con este descubrimiento.

Se trata de focalizar  la dicotomía constante de la confrontación sociopolítica que estos asuntos producen, y las FAKE NEWS que las acompañan en el periplo.

Las FAKE NEWS, nueva arma de destrucción masiva, o la utilización de las noticias falsas y los hechos alternativos para desestabilizar a mi enemigo, va calando en la narrativa actual, aunque existía ya en el mismísimo Imperio Romano, donde es posible imaginar que Nerón no incendiara Roma, o que Livia no planeara el asesinato de todos los herederos al trono, incluido su marido. Y ya más cercano tendríamos las noticias aparecidas en varios medios y elucubraciones de “personalidades” sobre la muerte del mismísimo ex presidente Néstor Kirchner en Argentina, o la propuesta del presidente de la comunidad catalana Sr. Torra proponiendo al gobierno central de España que confine a Cataluña de España y del mundo, a raíz de la pandemia actual, que no parece ser una idea de “cariz sanitario justamente”.

Mientras tanto también el primer ministro israelí Netanyahu, que maneja  esta crisis en Israel, y consigue al igual que Torra, infectar políticamente esta pandemia consiguiendo que los juzgados le aplacen a mayo 2020 el inicio del juicio por sus tres casos de supuesta corrupción, según los jueces.

Un ejemplo más de FAKE NEWS, es también la noticia de una “fábrica de injerencias” del Kremlin, donde publicaban que: “una Cataluña independiente reconocerá que Crimea es rusa”.   Esa fue la primera noticia falsa sobre Cataluña.  Se trata de una desinformación proveniente de fuente no oficial que los rusos publican, y  que tiene gran recorrido en la vida política de Europa y acorde con los intereses de Moscú: que haya más independentismo en Europa y una mayor legitimación de la anexión de territorios por parte de la antigua Unión Soviética.

Las fake news suelen tener alguna vinculación real con lo que está pasando, pero  resulta por lo general una deformación grotesca y casi siempre favorable al sensacionalismo y al populismo, en ambos extremos políticos.

Con la aparición de las redes sociales, y principalmente Facebook, Twitter y Whatsapp, la barrera que dividió el mundo real del mundo virtual, desapareció, lo que nos permitió identificarlos con claridad. Actualmente, lo que encontramos en línea es un mundo de postverdad, dentro del cual se usan noticias deliberadamente falsas, manipuladas o distorsionadas para guiar significativamente las decisiones individuales, especialmente en relación con la confrontación política y los procesos electorales.

Fake News es solo una nueva forma de definir los procesos de desinformación que siempre han estado presentes en la esfera pública.

Es difícil que los que las difunden rindan cuentas y cada vez es más difícil contrarrestarlas, ya que se reproducen y retroalimentan unas de otras, creando un escenario o realidad paralela. Lo cierto es que estando casi siempre  en el ámbito virtual, también pueden borrarse de tal manera, que actúan durante cortos tiempos para beneficio de los que las crean, y luego se esfuman como pompas dejando solo un charco debajo.

Podría ser que estemos creando una “Fake Society”, construida sobre un manto de “fake news liquido”, que está siendo coordinado y externalizado a una gran maquinaria, que incluso les dirá a los científicos por intermedio de algoritmos, que links o footnotes deben incluir en sus trabajos de investigación. Y a su vez nos inducirán, con “nuestra cooperación“, ya que hemos “clickeado” la aprobación de los cookies, el que y como comprar. Y también ofrecerán una vía “segura” a los políticos en la toma de decisiones complejas en caso de guerras y otras determinaciones estratégicas que los algoritmos podrían solucionar ”mejor, más rápido y con más grados de seguridad”.

La “buena noticia”, viene precisamente de Argentina, donde se firmó un compromiso de los representantes de los partidos políticos y los “monstruos” de internet para combatir las fake news en el marco de las elecciones nacionales, para reducir los efectos de las noticias falsas y la desinformación intencionada, aunque allí después de las elecciones todo vuelve a ser “fake sin piedad”.

Nunca en la historia, estuvimos tan cerca de unas realidades ficticias o inventadas, “virtuales o fake realities” como en este siglo, y me permito vislumbrar que nos acompañaran por largos años, a pesar de los intentos de la “buena gente” por evitarlos o minimizarlos.

Me temo, que la VERDAD, a diferencia de la POSTVERDAD, no sea suficientemente sexy, ni seductora, entre otras cosas porque posee principalmente tonos de gris, con los cuales no “comulgamos”. Porque  agregarían un grado de hastío y aburrimiento que tratamos de evitar. Y los políticos son los que más entendieron esto.  Por tanto “estos fake individuos” usan y seguirán utilizando este método, para emplastar a su clientela potencial, y a sus militantes, para que estos no se duerman en los laureles. Los políticos israelíes, han aprendido después de las primeras, segundas y terceras elecciones: que se puede ir a comicios por cuarta vez. Este “fake empate”, es un malabar más de la posverdad democrática.

No solamente estamos rodeados de “Fake News”, sino que además y sin aviso previo: entramos en la Era de los “Fake Facts” o “verdad alternativa”.   Se produce una doble “localización”: Esos hechos operan en un mismo “Lugar” y se configuran en un “Post Factual Times”, en el que los “intereses fácticos” se oponen a los “interesantes facts» de valor científico probado, provocando un área de inestabilidad en la sociedad con el cual convivimos, y sobre el cual deberíamos dar cuenta sin sucumbir en el intento.

Sobrevivirá como estrategia de vida, producir una verdad “seductora”, verosímil, que deje menos margen de maniobra a las “verdades alternativas”.

Manos a la obra, incluso en medio y durante esta misma crisis climática y su prima hermana la pandemia del coronavirus.

Copyright Shimon Edenburg

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