Modi acaba de ganar un debate sobre Israel de cien años en la India

Narendra Modi y Biniamín Netanyahu Foto Kobi Gideon GPO vía Flickr

Sadanand Dhume

En mi columna del Wall Street Journal, escribo sobre la visita de Narendra Modi a Israel, la primera de un primer ministro indio. La importancia para la política exterior es obvia. India fue durante mucho tiempo un ardiente defensor de la causa palestina, y durante la Guerra Fría se podía contar con ella para que por reflejo se uniera al coro de las naciones musulmanas y del Tercer Mundo que criticaban constantemente al Estado judío. Avancemos rápido al 2017: Modi ni siquiera visitó los territorios palestinos. (En cambio, recibió al presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abbas, en Delhi, en mayo).

En cierto modo, la visita de Modi sella un debate de cien años, en la India. Los líderes del movimiento para la independencia de la India de los británicos eran en su mayor parte antisionistas a ultranza. Jawaharlal Nehru se opuso a la declaración Balfour de 1917 que abrió la puerta de un hogar nacional judío en Palestina. Cuando se convirtió en primer ministro, tres décadas más tarde, se opuso a la creación de Israel en las Naciones Unidas. India reconoció a Israel solamente en 1950, después de decenas de otros países, y estableció relaciones diplomáticas recién en 1992.

Con el tiempo, sin embargo, los detractores de Israel en la India han perdido el debate en el tribunal de la opinión pública. En su mayor parte, la clase media india ve a Israel como los [norte]americanos: como un país valiente que ha prosperado en contra de todas las probabilidades en un barrio difícil. Ellos ven la timidez pasada de la India en abrazar Israel -a pesar de que la relación ha prosperado debajo del radar durante los últimos veinticinco años bajo los gobiernos del Partido del Congreso y el BJP- como un síntoma de que la mayoría hindú del país está siendo intimidada por una minoría musulmana bien organizada y vocal. Para muchos nacionalistas hindúes, el reclamo judío sobre Israel tiene una resonancia especial. Ellos también se ven a sí mismos como un pueblo antiguo con una conexión espiritual con su tierra.

La visión de la política de la India hacia Israel como rehén de la política doméstica del «voto étnico» puede ser algo exagerada; pero, sin embargo, contiene un núcleo de verdad. No es casualidad que el gobierno del Partido del Congreso, de centro izquierda de la India, congeló las visitas bilaterales presidenciales y de primeros ministros, durante diez años, entre 2004 y 2014.

Para aquellos de nosotros que han sostenido durante mucho tiempo que los lazos de la India e Israel necesitaban salir del armario; la visita de Modi era tan esperada. Marca un hito en la política exterior de la India.

Fuente: AEideas

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