La diputada Merav Michaeli se alzó con la presidencia del histórico Partido Laborista al obtener una contundente victoria en las primarias de esta agrupación política, que alguna vez supo monopolizar el control del Estado y actualmente, según las encuestas, parece no superar el umbral mínimo electoral del 3,25% de los votos emitidos para entrar en la Knéset (Parlamento).
Michaeli obtuvo 7.483 votos, lo que representa el 77% del total de 9.651 sufragios emitidos, de cara a las elecciones generales previstas para el 23 de marzo.
La participación electoral fue del 26 por ciento, una cifra bastante baja que refleja fielmente la crisis del partido que condujo los destinos del Estado de Israel en sus inicios.
El segundo lugar fue para Avi Shaked, aliado del veterano líder laborista Amir Peretz, con el 19,08 % de los votos. El tercer lugar fue para Gil Beilin, hijo del exministro Yossi Beilin, con el 2,37 % de los sufragios, mientras que los otros cinco candidatos no superaron el 1 %.
Ron Huldai, intendente de Tel Aviv y presidente del partido “Los israelíes”, felicitó a Michaeli y llamó a la unidad de las fuerzas de centroizquierda para derrotar al primer ministro en funciones, Benjamín Netanyahu, y traer “el cambio” a Israel.