Al igual que lo realizó Israel hace algunos meses, el Pase Verde también llegó a Francia. A causa de esta decisión sanitaria, se produjeron varias protestas públicas en las calles del país, especialmente en París.
250 mil personas se congregaron el sábado en varios puntos de la capital y otras ciudades para manifestar su descontento. El Gobierno advirtió que los encargados de los controles en las entradas a lugares masivos y públicos tendrán una semana para adaptarse a la nueva medida.
Los sitios en los que deberá presentarse el pase son bares, restaurantes, cines, hospitales y medios de transporte. La forma en la que se deberá hacer es mediante un código QR personalizado.
El mismo también podría ser requisito para entrar a algunas tiendas comerciales grandes, pero no será necesario para visitar un médico. A su vez, la gente está preocupada por si un empleador suspende el contrato de trabajo de un empleado sin este pase válido.
Al respecto, el ministro de Salud francés Olivier Véran afirmó el domingo en Le Parisien: “El pase y el progreso de la vacunación deberían impedirnos más toques de queda y confinamientos”. Y agregó: “En ningún caso esto debe ser una barrera para acceder a una atención útil y urgente”.