Como sucede desde comienzo de año, el principal foco de protestas fue la ciudad de Tel Aviv, donde según estimaciones se concentraron unas 100.000 personas. A estas se sumaron varios miles más en distintos puntos del país.
Las manifestaciones llegan poco antes de que Israel marque desde hoy por la noche el Yom Kipur, el Día del Perdón, la jornada mas sagrada del judaísmo.
Con ocasión de esta festividad, los organizadores de las protestas dijeron que el mensaje central de las concentraciones de hoy es «No hay perdón para la Dictadura», en alusión al Ejecutivo liderado por Netanyahu e integrado además por partidos ultraortodoxos y ultraderechistas.
Los manifestantes denuncian que la reforma judicial, que busca otorgar más poder al Ejecutivo en detrimento de la Justicia, pone en peligro la democracia israelí y marca una tendencia crecientemente autoritaria del Gobierno.
Shikma Bressler, una de las líderes del movimiento de protesta, se hizo presente en la manifestación central de Tel Aviv y se refirió a las negociaciones entre Israel y Arabia Saudita hacia un acuerdo de normalización de relaciones, describiéndolas como «una trampa» para desviar la atención de la reforma judicial.
«Nosotros, los ciudadanos israelíes de todo el espectro político, decimos esta tarde y durante 38 semanas consecutivas: no nos dejaremos engañar», señaló Bressler, que destacó además que acuerdos previos con otros países árabes como Emiratos Árabes Unidos, Bahréin y Marruecos no impidieron a Netanyahu impulsar políticas autoritarias en el pasado.
Tras declaraciones esta semana en las Naciones Unidas por parte del príncipe heredero saudita, Mohammed bin Salman, el presidente estadounidense, Joe Biden, y el propio Netanyahu, sobre el avance de las negociaciones hacia el establecimiento de lazos diplomáticos, en Israel creció la especulación sobre el riesgo que esto representaría para el actual gobierno israelí, cuyos miembros más derechistas han anticipado que rechazan la inclusión en el pacto de cualquier tipo de concesión hacia los palestinos, cuestión central para los sauditas. EFE y Aurora
Más de 100.000 israelíes protestan contra la reforma judicial de Netanyahu
Shikma Bressler (en el centro) durante una protesta contra la reforma judicial en Jerusalén Foto: Ilan Kostika Wikimedia Commons CC BY-SA 4.0
Benjamín es un rehén de estos JAZAROS que se apoderaron de Israel, el poder ortodoxos que es una lepra, por eso JACOB..ANTES DE MORIR MALDIJO A..LEVI..y que jamás tendrían propiedades y solo servirían para la apestosa religión pagana, por eso tienen tanto odio hacia los cristianos y los árabes, ellos hicieron un dios nacional que como todo imaginario humano es limitado, borraron todo lo del anciano ABRAHAM que tenía un concepto de DIOS ..lleno de justicia..humanidad…y bondad, cosa que no existe en el pensamiento de los falsos JUDIOS JAZAROS, y muy por salir a las calles y los otros que no acompañan son cómplices haciendo silencio bien de una nación llena de pusilánimes, PALESTINA SIEMPRE EXISTIO..y fue un lugar para que las tribus nómades vivieran en paz..saquen a BENJAMIN traicionó al pueblo, para salvarse de no ir a la cárcel, y así ocultar su ostentoso patrimonio en varios bancos de los EEUU que son de los FALSOS JUDIOS JAZAROS..ok..luchen..luchen. o viene la dictadura ok
El mundo está lleno de pervertidos como vos.
Comunismo flagelo mundial donde 100 parecen 100 mil por su militancia.Militancia de zombies idiotizados por una ideología que caducó hace años y nunca sirvio mas que ensangrentar y esclavizar pueblos.Cayó el muro de Berlín algunos parecería ser que NO VIERON HACIA DONDE CORRIÓ EL PUEBLO.Aguante Netanyahu ni un solo paso atras frente a esa burda y extremista minoria.
Sigan perdiendo el tiempo con las marchas, mientras Bibi sigue consolidando su gobierno. Los líderes de la oposición deben pensar como hombres y mujeres de Estado, no como adolescentes que hacen berrinches con las marchitas
La izquierda abandonó sus ideales y se convirtió en la pancarta del libertinaje. El enemigo está dentro y a fuera, muchos de ellos son falsos judíos que odian a su propia nación. El mundo está de cabeza. Necesitamos una revolución que detenga esta revolución «cultural» que nos quieren imponer en todas las naciones del mundo.